Si el sistema político dominicano fuera genuinamente democrático y transparente, esta pregunta estaría fuera del lugar: el PLD no podría ganar las elecciones.
El PLD es una vergüenza política: corrupto hasta la médula, oscuro, mafioso, tramposo e insensible socialmente. Uno sólo de sus escándalos lo hubiera invalidado para ser opción de poder si en República Dominicana existiera un mínimo de cultura democrática. Basa su quehacer en la vulneración permanente de una institucionalidad que su máximo dirigente –Leonel Fernández- ha mostrado como su obra de ingeniería política mientras pasea por el mundo con recursos que evidentemente no estaban a su alcance cuando solo era un mediocre profesor de la universidad estatal. Y apoya su menguada popularidad en la compra de conciencias y existencias mediante la entrega de canonjías a intelectuales y activistas, y de centavos amortiguadores de la miseria a esa vasta población nacional que no está nunca segura si podrá comer al día siguiente.
El PLD medra y prospera sobre esa miseria humana y política. Y por eso el PLD tiene todas las posibilidades de ganar las elecciones de 2016. Tiene a su favor una gestión de muy poquísimos logros sociales, pero de extensión de las prebendas –desde las tarjeticas para comer hasta los cargos millonarios- y de una estabilidad económica que para nada implica desarrollo, pero sí un peso que no se devalúa para disfrute consumista de la clase media, a cargo de un endeudamiento brutal que habrá que pagar en algún momento.
El gobierno de Danilo Medina nació de la corrupción y la mediocridad política. Solo pudo imponerse a Hipólito Mejía mediante una abrumadora campaña electoral que luego pagamos, centavo a centavo, todos los dominicanos y dominicanas. Y nunca ha podido dar un paso más allá de ese origen.
Por eso es muy posible que el PLD vuelva a ganar en 2016. Lo va a hacer mediante el fraude, la compra de votos, el uso de recursos públicos y las donaciones multimillonarias de todos los mafiosos que temen a la justicia. Y va a contar con el apoyo de toda la lacra política, tales como el PRSC, el PRD, la FNP, y otros aliados o potenciales aliados de la derecha más cavernícola. Pero además, lo va a conseguir porque todo ese espectro que llamamos oposición no logra entender que no conseguirá ganar si se propone hacer más de lo mismo y discutir al PLD el apoyo de los poderes fácticos. La lacra militar, la alta jerarquía eclesiástica, los círculos empresariales más poderosos atrincherados en el CONEP son aliados por definición del PLD y de todo lo que representa. Ni siquiera sería viable querer competir movilizando clientelas con las viejas caras que solo nos recuerdan lo mal que está nuestra política.
Si el PRM/Convergencia quiere ganar, y con ello hacer ganar a toda la sociedad, tiene que moverse decididamente en la dirección del programa social y político de centro izquierda que acaba de proclamar, explicarlo, mostrarlo en cada comunidad y en cada casa. Y desde él producir alianzas con organizaciones y redes de la sociedad civil. Tiene que discutir cada voto al PLD, pero también cada voto a la abstención.
La sociedad dominicana tiene que ganar el derecho a construir su futuro. Y para ello, un primer paso inevitable, hay que derrotar este inmenso fraude histórico que se llama Partido de la Liberación Dominicana.
Haroldo Dilla Alfonso
Solo una idea
7dias
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