El Partido de la Liberación Dominicana se ha convertido en un partido de feudos y familias, muy distante del proyecto al que su fundador, el profesor Juan Bosch, dedicó los últimos años de su vida.
Si Bosch volviera a la vida, no lo reconocería.
Pero lo peor es que a los actuales dirigentes les importaría un bledo su opinión.
Un miembro del partido describe la actual situación de la siguiente manera: “Ahora en el PLD el ‘mérito’ partidario no consiste en ser cumplidor de las normas de trabajo del partido y ser disciplinado, honesto y consecuente con sus compañeros, sino que dicho ‘mérito’ consiste en la habilidad de disfrazarme de seguidor personal de Monchy Fadul, de Valentín, de Abel, del compañero Domínguez Brito y de Cristina. Hoy tenemos en la cúpula una agotada gerontocracia y en provincias y municipios, a compañeros que ya sin contenido se apegan a proclamar que son ‘seguidores’ del compañero Danilo o ‘seguidores’ del compañero Leonel, utilizados ambos como escalones para llegar arriba”.
Las posiciones del Estado, existentes o creadas a tal efecto, son para dirigentes y familiares y como prueban las actuales dificultades, existen feudos provinciales y municipales donde manda la voluntad de un caudillo local y no los métodos de trabajo ni la disciplina partidaria.
Parece que ese es el problema de crear un partido de pequeño burgueses, algo que Bosch sabía pero que no pudo evitar pues llegado el partido al poder ya no tenía fuerzas para esa lucha.
Adriano Miguel Tejada
Diario Libre
No hay comentarios:
Publicar un comentario