Empobrecimiento sistemático
Los cuatro años que finalizan en agosto próximo de la actual gestión gubernamental se han caracterizado por la ejecución de un festival de préstamos internacionales, colocación de bonos soberanos y de una reforma fiscal que aumentó todos los productos de primera, segunda y tercera necesidad al pueblo dominicano en los meses de enero de 2013, 2014, 2015 y 2016.
Esos aumentos de impuestos colocados en el ITBIS, sumados a la especulación oficial que mantienen los gobiernos que se han sucedido desde 2004 en los precios de los combustibles y de la tarifa eléctrica, han empobrecido significativamente a los trabajadores y empleados que ven sus miserables salarios esfumarse sin poder cubrir sus necesidades mínimas.
Cuando asumió el poder el hoy reelecto Presidente de la República en agosto de 2012, la tasa del dólar se cotizaba a treinta y nueve pesos dominicanos por un dólar norteamericano (tasa oficial del Banco Central), cuatro años después ha superado la barrera del RD$47.00 X USD$1.00.
En promedio, durante el mandato del actual mandatario la moneda dominicana mantiene una depreciación anual acumulada de dos pesos contra la moneda de referencia nacional, lo que pronostica que para mediados de 2018 llegaría a RD$50.00 por USD$1.00.
Esta realidad contrasta con los anuncios trimestrales de crecimiento económico y de bonanza nacional que pavonean las autoridades monetarias y con la actitud miserable del Primer Ejecutivo de negarles, tanto a los empleados públicos como a los privados; aumentos de salarios que paleen esta desdichada situación que empobrece a todos.
Para que se tenga una idea de la incidencia de la pérdida de valor del salario de empleados y trabajadores, en los cuatro años transcurridos, un individuo que devengaba un sueldo de USD$384.61 en agosto de 2012, hoy recibe USD$319.14. Agregue a esto la especulación y estafa de los precios de los combustibles, el costo del KW / hora de la energía eléctrica y la descomunal inflación provocada por cuatro aumentos consecutivos de la base impositiva a la transferencia de bienes industrializados.
Las perspectivas para el cuatrenio que se avecina no son nada halagadoras, el premiado para continuar en la administración del Estado no tiene contemplado aumentar sueldos ni salarios y sí tomar muchos préstamos internacionales, elaborar profundos déficit fiscales y vender muchos bonos soberanos, para hacer muchas obras suntuosas que honren los compromisos asumidos y satisfacer a sus cliente políticos.
Y a los empleados y trabajadores con el 47 X 1, ¡que se los lleve Satanás!
Luis Del Monte / Desde La República Dominicana
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