La paz es siempre deseada, pero qué es eso y cuál es su costo. ¿Acaso es el deseo supremo de la vida? No. La vida y el instinto de mantenerla a toda costa la valoramos más que ella, aunque a veces parezca que no.
En el mundo no ha existido paz duradera, más que por unos cuantos años. En algunos lugares más y en otros menos.
Siempre la ambición de dinero fácil, de poder, ha hecho que haya una inestabilidad, donde la mayoría ha tenido que aguantar y someterse hasta que ha explotado ante el yugo, ante el abuso y la codicia de grupos que se asocian en el mal .
Nuestra historia es esa. No hemos podido ser un pueblo que quiera vivir en paz, buscando el progreso y controlando sus ambiciones.
Desde el primer día de la independencia hemos sido el objeto de tira y jala, de revueltas e invasiones, de te tumbo a ti para subirme yo, por eso mucha nos extrañamos que EE.UU solo haya tenido 45 presidentes de 1776 a 2017, en 241 años, mientras nosotros hemos tenido 64 presidentes mal contados en 173 años, y digo mal contados pues entre asonadas, juntas gubernativas, etc. hemos tenido otros 7 provisionales.
Ahora tenemos en ciertos estratos de la sociedad paz, aunque en los barrios y entre la gente pobre, no, empezando con que la pobreza es quizás la peor violencia.
Ahora y desde hace ya demasiados años nos esquilman, nos roban, nos abusan. Dominicanos sin sentimientos suben al poder, se alían y la fiesta sigue a palos de tambora y a palos contra el pueblo.
Los supuestos a administrar el país, lo administran para ellos, no rinden cuentas, se creen intocables y superiores, se enriquecen y mantiene sumisos a los que siguen valorando la paz quizás más que sus vidas. Pero todo cambia un día y a todo puerco gordo le llega su San Martín.
Quizás ya la gente se esté hartando de tanto fuego de arriba y se voltee, y los “honorables” tengan que ocupar el lugar que les corresponde: en la cárcel o el cementerio.
Y es que la paz sin dignidad no puede disfrutarse ni vivirse.
Luis Arthur
7dias
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