Un anuncio de tv. sobre Punta Catalina ha logrado no dejar indiferente a nadie, que es lo que buscan siempre los publicistas. Pero no necesariamente en el sentido más conveniente para la CDEEE, el cliente que lo paga.
El problema no son los KWh que se producirán. El problema es Odebrecht y la necesidad de la opinión pública de que se demuestre que no hubo ni soborno ni sobreprecio. Los ciudadanos quieren confirmar que todo está bien, y no les gusta que Bichara les riña o se ofenda.
No se ha pedido que se detenga la construcción, lo que algunos sectores reclaman es que no la siga construyendo Odebrecht, “delincuente confeso”, y que se demuestre (no solo que se informe) que no hay sobreprecio. La creación de una comisión nombrada desde el Ejecutivo no termina de convencer por la gravedad de lo que Odebrecht reveló.
¿Energía estable y barata? ¿Fuera del negocio los generadores ineficientes? ¿No “tan” contaminante? Ese es un buen escenario, aplausos en la grada. Consultados especialistas del sector, en generación y en regulación, Punta Catalina no es necesariamente la respuesta. Los 7 centavos de dólar por KWh que se anuncian como precio de su energía se conseguirían si no se considera que hay que amortizar la inversión. Y si el precio del carbón se mantiene por niveles inferiores a los actuales, algo sobre lo que no tiene control el gobierno dominicano. Y si no se reconocen los restantes costos variables propios de la operación de una planta a carbón: lubricantes, mantenimiento, etc. Y si... Ese costo se estimó en base a supuestos de disponibilidad y confiabilidad altos.
Odebrecht y los funcionarios que aceptaron sobornos y sobreprecios son el problema. Los que quieren saber la verdad y piden Justicia no son el enemigo. Todo lo contrario.
Inés Aizpún
IAizpun[@]diariolibre.com
AM
Diario Libre
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