La patología en su conducta que muestra el presidente Danilo Medina es seria. Nuestro gobernante luce una persona que alucina y divaga. Sus declaraciones y su accionar no son propios de una persona en sus cabales. Fuera de toda valoración política se esperaba que a estas alturas luego de comprobarse por las declaraciones de Brasil, del financiamiento de sus dos campañas electorales con dinero sucio de la mafia internacional de Odebrecht hubiese renunciado a la Presidencia.
El contrato de arrendamiento de unos terrenos a la familia Vicini es considerado por analistas como una obra del Poder Ejecutivo contra el Estado, una traición a la patria. En vez de reflexionar y dar el paso de salir del poder de manera pacífica, Danilo Medina se despacha con la declaración de que gran parte de la población disfruta de salarios dignos.
Lo que dijo el 20 de agosto de 2014
O el Presidente está muy enfermo y no se entera de los hechos graves que ha cometido, que lo invalidan para continuar al frente de los destinos nacionales o se ha convertido en un mentiroso de vocación; habrá que darle una dosis doble de Marcha Verde para que entienda que ya no nos representa a los dominicanos y que lo mejor es que se vaya.
Jeannelle Koss / DLRD
Capturas:
Diario Libre
elCaribe
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