Mejor vino del mundo nace en intimidad y belleza de Montalcino
En este concurso internacional, celebrado en Londres, la reserva de 2004 del brunello de la bodega del italiano Sandro Chia ha sido elegido este año, entre más de 10.000 etiquetas, el mejor vino del mundo, y, como las mejores cosas de la vida, este tinto oscuro y potente se produce en la intimidad familiar.
Dejó la Nueva York bohemia de sus años de artista para trasladarse en 1984 a Montalcino, en Siena (centro de Italia), la tierra del celebre tinto, donde compró Castello Romitorio, un casal abandonado con un imponente torreón, y se fijó un objetivo: hacer vino.
Un tinto exclusivo, para paladares delicados, más o menos como sus esculturas y sus cuadros, que decoran la etiqueta de su prestigioso brunello y rodean la bodega donde su vino se transforma de un simple mosto en el caldo de los dioses.
No sabía casi nada de vino, asegura Filippo Chia a Efe, que ahora tiene 27 años, pero, escuchando lo que las personas de la zona le contaban, con "mucha humildad" y "atención", aprendió cuáles eran los sabores que le gustaban y "lo que su tierra y la tradición podían dar al vino".
EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario