La falta de confianza en el gobierno es una enfermedad de los sistemas políticos como el nuestro y es un "mal de raíces hondas", que muy pocos gobiernos han tratado de remediar.
Por el contrario, los gobiernos han visto el ejercicio del poder como una oportunidad para enriquecerse, enriquecer a los suyos y empobrecer a los demás. Con esos antecedentes, ¿cómo tener confianza en las instituciones gubernamentales?
¿Cómo confiar en los servicios del orden? ¿Cómo confiar en los servidores públicos si son nombrados por mérito político y no por sus calificaciones profesionales? ¿Cómo confiar en los partidos y sus líderes si no son confiar?
La revolución que se necesita debe comenzar por los líderes y los partidos. Cuando ellos sean de confiar, confiaremos en lo demás.
ED
Diario Libre
http://www.diariolibre.com/noticias_det.php?id=270245
Foto: http://soyunaconciencia.blogspot.com
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