No es más que una burla que diputados peledeístas, perredeístas y reformistas aleguen que son todavía insuficientes los recursos extras que reciben del contribuyente para supuesta asistencia social. Amén de que no deben recibir un centavo para labores impropias de su función de legislar, esos señores tienen todavía el tupé de quejarse. ¡Qué pechuses! Si son tan sensibles a las necesidades de la población, ¿por qué no reparten sus sueldazos? Pero es muy bueno ser caritativo con lo ajeno, sobre todo en un país con tantas necesidades. Todos saben que los millones para fondos sociales que reciben los legisladores no son más que para fomentar la perniciosa práctica del clientelismo. En una sociedad donde los discursos nada pintan frente a los recursos, los legisladores simplemente se sirven con la cuchara grande. Aunque les importe un comino, avergüenza la desfachatez con que defienden unos privilegios irritantes. La necesidad de recursos enarbolada por el Gobierno representa la coyuntura más adecuada para eliminar distorsiones como la representada por los recursos asignados a los congresistas para supuesta caridad.
Cójanlo
El Nacional
http://elnacional.com.do/pagina-dos/2012/10/19/138608/Cojanlo
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