Ferran Adrià. / GIANLUCA BATTISTA.
Adrià niega haber estafado a un exsocio al comprarle su parte de elBulli
Ferran Adrià ha negado hoy haber estafado a su exsocio Miquel Horta aprovechando que éste sufre una enfermedad degenerativa. Los hijos de Horta interpusieron una demanda contra el chef con el argumento de que Adrià y quien ha sido su compañero de viaje durante 30 años en elBulli, Juli Soler, compraron la participación de Horta a un precio inferior al de mercado. En el juicio, que se celebra hoy en Barcelona, el chef ha defendido la cantidad pagada a Horta y ha asegurado que éste contó con el apoyo de sus asesores cuando se produjo la operación, en 2005.
Adrià ha explicado ante la juez que conoció a Horta en 1992. Ambos trabaron una fuerte amistad que, para Adrià, aún perdura. "Yo quiero mucho a este señor, hay cosas que no se olvidan", ha dicho el chef. El hombre, que está incapacitado, no ha asistido al juicio y la demanda, de hecho, la han interpuesto solo sus hijos, que son quienes tienen su tutela. En aquella época, Soler y Adrià esperaban un crédito del banco como agua de mayo para seguir adelante con su negocio. Y Horta les hizo un favor difícil de olvidar. "Estábamos en la crisis del 93, que fue muy dura. Y él nos ayudó".
El chef de prestigio internacional ha negado, como sostienen los demandantes, que Horta fuera una suerte de protector de elBulli. "No fue un mecenas, sino un banco". El acuerdo fue el siguiente: Horta les prestó casi 300.000 euros con un interés del 11% y con la condición de que, si no pagaban, se quedaría con la propiedad del restaurante. Más tarde, y también en agradecimiento, Miguel Horta y su hermano Federic se hicieron socios, con una participación del 20%.
ElBulli no era entonces el restaurante de fama mundial en el que se convirtió más tarde. Pero en 1996, en Francia, Adrià fue proclamado el mejor chef internacional y las cosas empezaron a cambiar. "Yo entonces no tenía piso ni coche. Con Juli, trabajábamos 330 días al año, 15 horas cada día", ha recordado el chef sobre los inicios de su negocio. Hasta 2003, ha recordado, su mayor sueldo fueron 40.000 euros. Al contrario de lo que ha insinuado el abogado de los demandantes, Adrià ha negado que la fama internacional proceda de los "contactos" de Horta que, a su juicio, "en el extranjero no conocía a nadie". "Lo que hizo importante a elBulli fue la creatividad de todo un equipo".
Con el éxito llegaron también los derechos de imagen a raíz de una serie de televisión sobre el chef. En 2004, por primera vez, Adrià y Soler cobraron a elBulli por esos derechos un total de 600.000 euros, a pesar de que habían generado por ese concepto 3,5 millones de euros. Hasta entonces, todo lo que habían ganado había repercutido en el restaurante. "Horta siempre nos agradecía que lo hiciéramos así. Pero hasta él mismo nos dijo que teníamos que cobrar aparte por todo aquello. ¿Ustedes se imaginan que lo que Messi cobra de Nike y de otros sitios se lo lleve el Barça?", se ha preguntado Adrià durante la vista oral.
Ese mismo año, se giraron las tornas. Horta no había tenido éxito en sus negocios particulares y pidió a sus socios ayuda. Necesitaba un millón de euros. "Nos dijo que le hacía falta dinero. No le pregunté qué había pasado. Le intenté ayudar". Entre todos, siempre según el chef, pensaron que la mejor forma era comprarle su participación en elBulli. Soler y Adrià pagaron por ese 20% 1,2 millones, cuatro veces lo que había invertido Horta. "No sé quién no firmaría un negocio así. Yo lo consideré una cantidad justa". Adrià ha explicado que, entonces, elBulli, como toda España, vivía "la euforia económica" y llegó a facturar cuatro millones.
"No teníamos ninguna necesidad de comprar, lo hicimos para ayudarle. Yo me he acostumbrado a vivir con lo mínimo. Creo que voy a generar mucha riqueza en el futuro y que parte de ella ha de retornar a la sociedad", ha defendido Adrià, que ha insistido en que, ya entonces, pensaba cerrar el restaurante y crear una fundación. Llegó a proponerle a Horta la posibilidad de presidirla. Adrià ha dicho que es una "lástima" que ni él ni Soler -también afectado por una enfermedad degenerativa- puedan participar finalmente en el proyecto elBulli Foundation.
En su demanda, los hijos de Horta consideran que los exsocios de su padre se aprovecharon de su enfermedad mental para comprarle las participaciones por un precio irrisorio. El abogado ha insistido al chef si tenía indicios de su enfermedad. El letrado ha subrayado que Horta era una persona "emotiva" que "lloraba mucho" y cometía "excentricidades", como "celebrar su 25 aniversario de boda en elBulli?" "No creo que eso sea una excentrididad", ha replicado Adrià, que ha negado tener indicio alguno de la enfermedad de Horta. A la salida de la vista oral, el juez se ha mostrado sorprendido por la demanda -interpuesta tres años después de la compraventa de participaciones- y ha tenido palabras de elogio para Miquel Horta. "Tengo memoria para la gente que me ha ayudado. Pero el éxito tiene un precio".
JESÚS GARCÍA Barcelona / elpais.es / http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/29/catalunya/1351502263_778769.html
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