El escape perfecto dentro de la misma ciudad
Uno de los seres humanos que nos dan razón y aliento para vivir está de vista en el país, procedente de Europa. El domingo pasado estuvimos con él y otras personas compartiendo en el Club Deportivo Naco, conglomerado social del que somos miembros desde la adolescencia.Quedamos gratamente sorprendidos de lo que un grupo de hombres visionarios, dedicados y verdaderos naqueños lograron al convertir en pocas décadas unas ranchetas, en un monstruo de esparcimiento social como pocos en América Latina.
Desde que uno llega, aprecia los amplios y cómodos parqueos techados. Dos hermosas piscinas (adultos y niños) reciben al visitante invitándolo a darse un chapuzón en estos calurosos días. El restaurante no tiene nada que envidiarle a ningún otro. Un piano/bar con música en vivo. Gimnasio, salón de dominó, billar, Night Club, Gran Salón de Bailes, etc.
Además de poseer una cuota mensual razonable, los precios de las bebidas y comidas que se expenden en el Club Naco, deben estar entre los más considerados del mercado, lo aseguramos.
Vino a nuestra memoria la espigada figura de don Alejandro Asmar Sánchez, don Chito, como lo conocemos la mayoría de nosotros en el círculo naqueño. Y como si fuera una aparición, entraba por la puerta principal en ese preciso momento, lo saludamos brevemente ante la cantidad de socios que se le apersonaban, nos alegramos de verlo en perfecto estado de salud y dándole la vuelta a su querido club, visitando a sus amigos y compartiendo la alegría de ver los frutos de su esfuerzo reflejado en el rostro de los padres e hijos que acuden a divertirse sanamente.
El Club Naco es algo fuera de serie en materia de clubes sociales, es el escape perfecto dentro de la misma ciudad en que moramos, es el combate artero a la inflación, la mediocridad de los servicios en los establecimientos comerciales y un refugio contra la delincuencia.
¡Qué club!
Marihal / Desde La República Dominicana
Dibujo: Wilson Morfe / Hoy Digital.com.do
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