Lobby en Vaticano
De no ser el propio Papa quien admitiera la existencia de un “lobby gay” en el Vaticano, la sorprendente revelación fuera atribuida a una campaña de difamación patrocinada por los llamados enemigos de la Iglesia católica. Pero a un Pontífice que con sus votos de humildad se ha ganado el respeto y la admiración de laicos y devotos de la fe católica no se le puede desmentir.
La corrupción en la Iglesia, que el papa Francisco no ha ocultado, no sólo se circunscribe a los abusos sexuales en que han incurrido decenas de obispos, ni a las operaciones del Banco del Vaticano, sino que incluyen muchísimas otras prácticas.
En esta ocasión Su Santidad no ha hecho más que confirmar denuncias, que habían sido negadas, sobre un “lobby gay” y su influencia sobre la toma de decisiones por medio de la extorsión y el chantaje. En principio se insinuó incluso que el escándalo había sido uno de los motivos de la renuncia de Benedicto XVI. El escándalo hace pensar, pues, en una profilaxis.
Página Dos
El Nacional
Caricatura: Samuel Priego
Diógenes & Boquechivo
Diario Libre
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