Los gatos del mercado se comen la carne del pueblo
Las políticas impuestas al país a través del Consenso de Washington, con las recetas de las instituciones de Bretton Woods, llámese Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial, tienen maniatado al país de pies y manos. La deuda externa con cifras impagables disminuye la soberanía nacional y somete al país cada vez más a los dictados de estas instituciones financieras, que representan las oligarquías financieras de las grandes potencias, particularmente de los Estados Unidos de América.
Las dos intervenciones militares estadounidenses que sufrió el país durante el siglo XX estuvieron relacionadas en gran medida con la deuda externa, sobretodo la del 1916, época en la cual las aduanas dominicanas estaban controladas por el gobierno norteamericano.
En la actualidad el país, con esa deuda que aumenta cada vez más, tiene su soberanía amenazada más que nunca; hasta el extremo de que el alto mando de las Fuerzas Armadas Dominicanas no puede renovar sus blindados y otros armamentos fundamentales para salvaguardar la soberanía nacional, porque los militares estadounidenses establecidos en nuestro territorio, en representación del pentágono, lo impiden.
La entrega de los recursos auríferos del país a empresas multinacionales, de capital de las oligarquías financieras de diversos países, está íntimamente relacionada con la deuda externa.
El mercado nacional fue entregado a las grandes corporaciones norteamericanas a través del DR-CAFTA, afectando sensiblemente la capacidad competitiva del empresario dominicano, que en absoluto puede competir con ningún producto de Estados Unidos. El llamado Tratado de Libre Comercio solo ayuda la balanza comercial del coloso del Norte.
Han desmantelado casi por completo el aparato productivo nacional, afectando la capacidad exportadora del país, de tal forma que la balanza comercial dominicana arroja saldos rojos por todas partes, excepto con los haitianos, que ya no desean muchas de las mercancías que importaban del país.
La economía agroexportadora la han convertido en una de servicios, sobretodo turísticos, que solo beneficia a sus propietarios porque el Estado dominicano no es accionista de esas corporaciones extranjeras, y si lo fuera seria en términos muy minoritario.
Con el recetario del Consenso de Washington han privatizado todo, hasta las carreteras, cuyos peajes los reciben empresas privadas; aeropuertos privatizados; la energía eléctrica privatizada, y no se termina la lista; bajo el dogma de que “el mercado lo decide todo”. Pero estos gobernantes traidores a la Patria no han logrado entender que esa receta foránea, ajena a nuestras tradiciones, usos y costumbres ha fracasado en todas partes; si no que miren hacia España, Grecia, Portugal, Estados Unidos, etc.
Estos desgobiernos han permitido que el país sea recolonizado por las grandes potencias, particularmente Estados Unidos.
Con esas políticas neoliberales están destruyendo los cimientos de la dominicanidad. Han sumido a la mayoría del pueblo dominicano en el más absoluto abandono, bajo el argumento de que el “Estado no puede ser proteccionista ni controlar nada” porque “es el mercado quien lo decide”. Han puesto a los gatos del mercado a cuidar la carne del pueblo dominicano y se la están comiendo toda y están dejando a este pueblo valiente y digno con la boca abierta, en espera indefinida.
Han convertido al Estado dominicano en una corporación privada perteneciente al partido de turno, cuyos ejecutivos politiqueros solo van a él a enriquecerse; porque es el “mercado de los gatos”y no el gobierno quien decide el futuro del pueblo dominicano.
Hasta ahí han llegado estos politiqueros traidores del PLD y de la derecha política dominicana.
Ante un panorama así, no se puede esperar que el gobierno resuelva el tema de la pobreza, el analfabetismo, el desempleo, la delincuencia, el 4% para la educación, Loma Miranda, Bahía de las Águilas, los arrecifes de coral, etc., porque el mercado no existe para tales fines, si no para generar riquezas particulares, ajenas a los intereses de la nación. Solo en las calles, exigiendo sus derechos elementales, puede el pueblo conquistar el cielo.
Estos desgobiernos han llevado al país a uno de sus momentos más trágicos.
Pero los traidores de siempre pueden tener la seguridad que el valiente pueblo dominicano, como siempre lo ha hecho, en su momento oportuno sabrá arrebatarle a los “gatos del mercado” la carne que le pertenece; y cual ave fénix, resurgirá de sus cenizas!!
Johnny Guerrero
(inmueblesturisticos@hotmail.com)
El autor es Secretario General de la Asociación Americana de Juristas (AAJ) Capítulo Dominican
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Foto: Protección felina
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