Condición de pobres no ha mejorado significativamente
El 41.9% de ellos vive en condiciones de hacinamiento
Santo Domingo.-La pobreza ha bajado más de 10 puntos porcentuales desde 2004 hasta la fecha, pero la condición de vida de los pobres no ha mejorado en la misma proporción. Por el contrario, es casi la misma.
La pobreza es definida como la falta de dinero y recursos materiales que requiere una persona para cubrir sus necesidades básicas, como son: los gastos en alimentación, vivienda, salud, educación y otros bienes y servicios.
Tipos de pobreza
En República Dominicana se miden dos tipos de pobreza: la extrema y la moderada.
De acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), una persona está en pobreza extrema cuando los ingresos que recibe no son suficientes para comprar la canasta de alimentos que los especialistas de Salud Pública consideran que son los necesarios para mantener un nivel aceptable de nutrición.
Eso significa que ese individuo no gana lo suficiente para comprar arroz, plátano verde, leche fresca, guineo verde, plátano maduro, pollo fresco, yuca, pan de agua y azúcar.
Por otro lado, una persona es moderadamente pobre si su ingreso no le alcanza para comprar la canasta alimenticia más los demás bienes básicos.
Ambos tipos de pobreza se miden por medio a una línea de ingresos.
Un pobre extremo o indigente es aquel que gana 2,122.6 pesos al mes, mientras que un moderado recibe 4,357 pesos, según datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd), actualizados por la inflación.
Entre lágrimas y vergüenza
Aunque frecuentemente se habla del tema con mucha frialdad, la pobreza extrema es igual que un “cáncer maligno” para las familias que están en esa situación.
Minerva Martínez, una ama de casa residente de un barrio de San Pedro de Macorís, sabe muy bien lo que eso significa.
La dama era totalmente dependiente del dinero proveniente de las “chiripas” que hacían su esposo y sus dos hijos mayores, con las cuáles podrían sumar hasta 10,000 peso al mes.
Con eso comían aunque sea “un arroz con huevo”, pero por desgracia, la madre de cinco hijos en edades entre 11 y 21 años hace poco quedó viuda y ya no reúne ni 2,000 pesos al mes.
“Yo he durado hasta una semana sin cocinar, comiendo sólo galleticas y pan, porque ni siquiera tengo dinero para comprar gas”, explica ella, entre lágrimas y vergüenza.
Pero Martínez no es un caso “aparte”.
Datos de pobreza
Según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, en el año 2011 había 3 millones 412 mil 375 pobres y 921 mil 993 personas estaban en pobreza extrema.
Eso quiere decir que el 34.3% de la población no recibía los ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios básicos, mientras que un 9.3%, no ganaba ni para comer.
Aún así, el número de pobres se ha reducido en unos 10 puntos porcentuales, si se compara esa cifra con las del año 2004, que era de 43.4 por ciento.
Sin embargo, esos datos sólo se refieren a la pobreza monetaria, es decir, aquella que mide la insuficiencia de ingresos que tienen los hogares para adquirir una canasta de consumo que le permita satisfacer las necesidades mínimas de alimentación, y otros bienes y servicios.
Esa metodología no profundiza en los multi-factores que afectan la calidad de vida de las personas, como son: la condición de la vivienda, el acceso a los servicios básicos, la dependencia económica y la escolaridad.
“Es por eso que los gobiernos con frecuencia logran reducir las cifras de pobreza con tan sólo hacer una transferencia social de por ejemplo 500 pesos a una persona, ya que con eso puede que sus ingresos sobrepasen una de las dos líneas de pobrezas ya establecidas”, explicó a EL DÍA el economista Antonio Ciriaco, encargado de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
¿Cómo viven los pobres?
Un ejemplo de ello es Elisabeth Castro, quien ganaba 4,000 pesos al mes con su trabajo de doméstica, pero recibió un aumento de cerca de 2,000 a través del Programa de Solidaridad y, por lo tanto, ya no debe contarse en la línea de la pobreza.
Sin embargo, la madre de dos niños pequeños aún tiene dificultad para alimentar a sus hijos, sigue viviendo en una casucha que se la está comiendo la carcoma y todavía carga agua de una tubería que queda a unos cuantos metros de su casa.
Al igual que ella, el 41.9% de los pobres del país continuaba viviendo en condiciones de hacinamiento en el año 2012, un 20.7% seguían sin acceso a los servicios sanitarios y el 40% aún no tiene cobertura de salud.
Para los indigentes o pobres extremos, la situación es aún más dramática.
En el año 2000, el 60.9% de ellos estaba en condiciones de hacinamiento y para el año 2012 un 57.1% de ellos seguía igual.
En ese mismo período, sólo un 0.8% de los indigentes logró conectarse por tuberías a la red de agua pública, según una investigación de la Escuela de Economía de la UASD, realizada a partir de informaciones de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT).
En cuanto al desempleo, agrega, que del total de indigentes el 41.1% no tenía trabajo en el año 2000 y ese número apenas bajó a un 36.7% en 2012.
La misma tendencia ocurrió en la escolaridad. En esos 12 años los que no tenían estudios apenas bajaron de 24.7% a 14.8%.
Esto evidencia que aunque las cifras globales han mejorado, los pobres continúan mal viviendo.
Senabris Silvestre
senabriss[@]yahoo.com
El Día