La policía canceló al raso Jairo Ramón Germosén tras comprobar que disparó la bala que segó la vida del joven estudiante William Wonder Florián Ramírez. Aplaudamos que este crimen no quede impune y que el criminal pague con su libertad la deuda contraída con la sociedad, que no cancelarán sus años de condena, estemos claros.
Aplaudamos, repito, pero no permitamos que los árboles nos impidan ver el bosque. Jairo Ramón Germosén es el producto de una cultura y una práctica policiales asesinas que todos los años suma a su lista los nombres de cientos de dominicanos, casi siempre muy jóvenes y siempre pobres, a los que arranca la vida prevalecida en su impunidad y, por qué no decirlo, en la indiferencia y en ocasiones entusiasta apoyo de una parte de los dominicanos.
Quienes han visto los vídeos de aficionados que circulan en las redes sociales sobre lo acontecido este jueves en las afueras de la UASD; pero sobre todo, quien vio el vídeo grabado por el periodista Robert Vargas, no tiene la menor duda de que el asesino de Florián Ramírez pudo ser cualquiera de las decenas de policías que dispararon con armas letales contra los jóvenes movilizados, gozosamente conscientes de lo que hacían. Entre los cientos de balas disparadas, una de Jairo Ramón Germosén alcanzó a William Wonder Florián Ramírez pero el es un asesino por procuración. Hechura de una estructura cuyo máximo jefe, José Armando Polanco Gómez, afirmó el pasado 18 de septiembre, sin que a este democrático gobierno se le contrajera un músculo, que los “delincuentes” tienen solo tres caminos: la cárcel, el hospital o el cementerio.
Frente a los ojos de los policías que este jueves fueron a la UASD para impedir que sus estudiantes y empleados marcharan al Congreso para protestar contra la reforma fiscal, los jóvenes estudiantes que, encapuchados o no (Florián Ramírez no lo estaba) lanzaban piedras contra sus represores eran delincuentes a los que había que allanarles el camino hacia el cementerio. Por eso, los oficiales que pedían refuerzos y municiones, según constatan todos los vídeos disponibles, menos el de la Policía, se cae de la mata, no hicieron nada cuando sus subalternos se embozaron con pasamontañas, sustituyeron la lacrimógena y tiraron a matar.
Muchos pueden regocijarse por la “rápida” identificación del asesino de Florián Ramírez. Repito que está bien, que el identificado criminal debe pagar su crimen. Pero al mismo tiempo me pregunto, y esto vale más que el reconocimiento de la diligencia policial, quién meterá en la cárcel a quienes lo enseñaron a matar y a convencerse de que la Policía planea impune sobre nuestra justicia y nuestros derechos.
Margarita Cordero
7dias.com.do
Foto: Captura vídeo Nuria Piera
http://7dias.com.do/app/article.aspx?id=129924
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