Es una preocupación sobre comportamientos policiales que viene de viejo y que se ha acentuado en los últimos años. Años en los que el país ha logrado avances institucionales y de respeto a los derechos humanos y en administración de justicia.
Sin embargo, las muertes a manos de agentes policiales en el marco de lo que la propia fuerza del orden suele describir como intercambios de disparos arroja sombras sobre el país con una opinión pública que recibe la mayoría de esas versiones como contrarias a la realidad de lo ocurrido. Esto así porque con frecuencia las notas oficiales sobre los hechos en cuestión no se compadecen con la lógica o son desmentidas por testigos oculares; o por informes forenses. Autopsias que indicaron que la mayoría de las víctimas de tiroteos en un lapso contabilizado murieron por disparos a corta distancia y a las espaldas.
Este es un país marcado por entidades locales y externas que denuncian frecuentes ejecuciones extrajudiciales; y de año en año permanecen elevados los saldos de sucesos a los que se coloca el dudoso sello. Para amplios sectores se trata en verdad de una forma sumaria de quitar la vida, lo que además constituye un fracaso como supuesto control de la delincuencia. A más supuestos delincuentes abatidos, más delincuentes comprobados que azotan al país. La pasividad del Ministerio Público, que poco investiga tales homicidios, incentiva tan trágicos comportamientos.
Editorial Hoy
Hoy.com.do
Foto: Captura vídeo Nuria Piera
http://hoy.com.do/editorial/2012/11/10/454213/Una-suspicacia-imperecedera
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