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jueves, 4 de julio de 2013

Después que Danilo Medina gobierna todos somos más pobres


Marx, Proudhon, Danilo y las placas
Pierre-Joseph Proudhon ha pasado a ser el arquetipo del pequeño burgués, porque el genio de Carlos Marx lo crucificó para siempre estudiando en él las características de ese segmento de clase social. Proudhon escribió  su libro “El sistema de las contradicciones económicas o la filosofía de la miseria”, de 1844; y Marx le respondió con su muy célebre “Miseria de la filosofía”, de 1847.  Ese es un debate antológico, que sirvió para enmarcar todo lo que atañe al comportamiento zigzagueante del pequeñoburgués, tal y como éste se nos aparece en sus intereses económicos, en su moral y en todas las cosas que rodean su historia.

 Después de la muerte de Proudhon, Marx escribió una descripción de su personalidad, y en ese tono irónico que caracteriza su escritura, dio unos pincelazos sobre el pequeño burgués que son el epítome de su definición: “El pequeño burgués consta de ‘por una parte’ y de ‘por otra parte’. Es la contradicción personificada” –dijo-. Eso quiere decir que la pequeña burguesía es muchas cosas al mismo tiempo. Es canalla y heroica, puede ofrendar la vida por un ideal y ser mezquina al mismo tiempo. Hace flamear principios sacrosantos en su discurso y puede ser traidora de sí misma sin inmutarse. Pero lo que nunca deja de ser la pequeña burguesía es ese colchón social que amortigua las diferencias extremas del esquema de dominación clasista, y que permite cierto grado de equilibrio para la paz y la convivencia.

En el caso dominicano, la pequeña burguesía actual es una trabajosa construcción social surgida como parte de la estrategia de contrainsurgencia orquestada luego de la guerra de abril de 1965. Trujillo terminó su régimen soldando una polarización económica  infranqueable, luego de la inversión desmesurada en la celebración del 25 aniversario de su gobierno, en el 1955.  En el postrujillismo sólo había dos clases extremas, y la revuelta de abril  del 1965 llevaba en sus entrañas el aliciente de la equidad social. Es por eso que, aunque derrotada, la pequeña burguesía va a emerger de esa revolución. Las universidades se multiplicarán, el capital financiero aparecerá como una providencia divina, la democracia formal comenzará a andar,  y la movilidad social tenderá un puente entre los grados extremos de la posesión de la riqueza. ¡Era el modo de anticiparse a los estallidos sociales, y la manera como aparecían  los bríos del pequeñoburgués  desplegándose en el escenario de la historia contemporánea!

Después de tres periodos de gobiernos peledeístas hay una amenaza galopante de disolución del segmento de la pequeña burguesía dominicana. Lo que se observa en este momento es que aquella pequeña burguesía surgida en la atmósfera de los años sesenta del siglo pasado se está desintegrando.  Siete reformas fiscales, un aumento del 16 al 18% del ITBIS, el costo de la salud triplicado, la energía eléctrica más cara del mundo, la gasolina con un valor por galón mayor que el de los países desarrollados, el costo de la educación cada vez más  por las nubes, los servicios inaguantables si uno no puede costearlo; al pequeño burgués dominicano la voracidad fiscal le sustrae su capacidad de sustituir sus bienes de consumo, en el mismo momento en que la corrupción  se roba más de  un 10% del PIB, y  desvencija el sueño de equidad social que  todos albergamos. La pequeña burguesía se está descascarando en la misma medida  en que esa otra pequeña burguesía que disfruta el poder se ha ido enriqueciendo.

El último golpe de esa “Crónica de una desaparición anunciada” es el sainete del impuesto a la circulación (aumento del pago de las placas). Danilo lo postergó, pero no es postergarlo, se trata  de que es un impuesto injusto y abusivo. Después que Danilo Medina gobierna todos somos más pobres. Los romanos le llamaban “El Estado exactor”, a ese engendro depredador de las ciudades que solo cobraba tributos. El gobierno actual es un “Estado exactor”, que no toca la corrupción de sus funcionarios, ni  los altos salarios, las nominillas del partido,  el robo descarado de la riqueza social; y cae sobre el pequeño burgués. Danilo Medina está terminando de desmontar a la pequeña burguesía.  Pero la pequeña burguesía es impredecible.  ¡Miren hacia Brasil! ¡El pequeño burgués dominicano ya no aguanta más! Nosotros también tenemos derecho a la desobediencia civil! ¡Oh, Dios!

Andrés Luciano Mateo
Hoy Digital.com.do
Dibujo: Wilson Morfe
http://www.hoy.com.do/opiniones/2013/7/3/488241/Marx-proudhon-Danilo-y-las-placas

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