Un merecido boicot
El actor norteamericano Robert Downey Jr., además de tener una amplio prontuario delincuencial, drogadicto empernido, ahora se rebela como un racista. El multimillonario intérprete, dueño de numerosas fichas policiales por conducta criminal, muy molesto, manifestó la envidia que siente de que un director mexicano, Alejandro González Iñárritu, haya ganado tres premios Óscar por su excelente película Birdman. González Iñárritu ganó este año los óscares a mejor película, mejor dirección y mejor guión original, lo que ha causado mucha roncha entre los norteamericanos de baja ralea, los desclasados.
Durante una entrevista le preguntaron a Downey Jr. que qué opinaba de la afirmación de González Iñárritu de que los personajes de superhéroes eran un genocidio cultura, y la respuesta del exconvicto, bajo los efectos no se sabe de qué sustancia prohibida fue: “Mire, yo le respeto. Creo que para un hombre cuya lengua nativa es el español, ser capaz de armar una frase como ‘genocidio cultural’ habla de lo brillante que es”.
La respuesta insolente, hiriente, envidiosa, a todas luces racista de Downey, nos invitan a todos los que hablamos español a no ir al cine a pagar taquillas para ver sus películas. Un boicot de taquillas debe ser la respuesta de los hispanoparlantes, miremos al talentoso Downey Jr. a través de The Pirate Bay o del amigo Yify, hasta que recobre la sobriedad y pida excusas a millones de hispanos que hemos pagado millones de dólares por ver sus filmes y que ofende con sus racistas e insólitas declaraciones.
Esto es una prueba de que no es fácil salir de las garras de la drogadicción.
Luis Del Monte / Desde La República Dominicana
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