La semana recién transcurrida se produjeron noticias estremecedoras en Brasil que han puesto al presidente Danilo Medina en un difícil trance ante la nación. El señor Migliaccio Da Silva, uno de los jefes fundamentales del departamento de sobornos de Odebrecht, confirmó que esa empresa financió la campaña de varios países, incluyendo la República Dominicana, a través del publicista Joao Santana y su esposa Monica Moura.
El testimonio bajo juramento del alto ejecutivo de Odebrecht se produjo ante el Tribunal Supremo Electoral, siendo un documento ofi cial y público que nadie en su sano juicio puede califi car de rumor, especulación o conjetura. Es un hecho objetivo que la campaña de nuestro Presidente Danilo Medina está formalmente imputada en un documento judicial en Brasil.
Horas después de la publicación de este interrogatorio, uno de los principales periódicos de Brasil, O’Globo, publicó que el publicista Joao Santana y su esposa Monica Moura habían llegado a un acuerdo de delación premiada (que fue homologado por la Suprema Corte de Justicia de Brasil de manera previa), en el que ellos detallan las actividades ilegales de todas las campañas en que participaron, incluyendo la de la República Dominicana.
La delación premiada de Joao Santana no busca la reducción de su primera condena por 8 años en primer grado (que fue por el hecho de no declarar transferencias bancarias catalogadas como lavado). Joao Santana negoció con los fi scales para evitar que esos 8 años le fueran aumentados signifi cativamente en apelación y en otros procesos abiertos, al surgir pruebas que lo comprometen como agente activo de sobornos de Odebrecht.
Estos testimonios se suman a un tercer testimonio que previamente se había conocido en el mismo sentido y que había estremecido la República, dado por el señor Gilberto Silva, quien igualmente trabajó en el departamento de sobornos internacionales de Odebrecht, y que declaró ante el Tribunal Electoral de Brasil que esa empresa había fi nanciado la campaña de la República Dominicana del Presidente Danilo Medina, a través del publicista Joao Santana.
El Presidente Danilo Medina, de manera airada, había pedido pruebas de las imputaciones sobre su campaña, negándolo rotundamente.
La pregunta que se hace cualquier ciudadano es qué motivo podrían tener dos altos ejecutivos de Odebrecht, los señores Gilberto Silva y Migliaccio Da Silva, de acusar falsamente al Presidente Medina en cuanto al fi nanciamiento de su campaña.
Las pruebas testimoniales de estos ejecutivos de Odebrecht dadas ante un tribunal de Brasil son hechos muy graves y contundentes. No son la obra malsana de ningún opositor local del Presidente Medina. Si se confi rma que la delación premiada de Joao Santana y su esposa lo delatan, como se ha publicado en el diario O’Globo, estaríamos en presencia de un trance sumamente difícil para el Presidente de la República Danilo Medina, a quien le sería muy cuesta arriba negar las imputaciones que se le hacen sobre el fi nanciamiento de su campaña electoral.
El dominicano sensato, que aún ante estas estremecedoras noticias desde Brasil quiere creer en su presidente y en su presunción de inocencia, se pregunta si no fue Odebrecht que pagó a Joao Santana millones y millones de dólares en las campañas del ’12 y del ’16, ¿quién lo hizo? En los reportes de gastos del PLD no hay un sólo peso o dólar registrado para Joao Santana ni su empresa. ¿Dónde está el contrato mediante el cual se contrató a Joao Santana? ¿Cuánto cobró? ¿Cómo le pagaron? ¿Dónde le pagaron? No son contratos de orden privado protegidos por la confi dencialidad; son aspectos que han devenido en ser parte de expedientes criminales de gran calado.
Por lo tanto, no pueden ser ocultos.
Quienes pagaron millones de dólares a Joao Santana y a su empresa no lo hicieron como un donativo generoso, altruista y desinteresado.
Nadie regala millones y millones de dólares si no tiene claro un objetivo de recuperarlos y con creces.
Y ahí está el mayor de los problemas de este delicado caso. No se trata de aportes registrados de una empresa extranjera a un candidato dominicano, lo que está terminantemente prohibido por la Ley Electoral. Se trata de altas sumas de dinero en dólares, manejadas de manera secreta y confi dencial por la Caja B de coimas o sobornos de Odebrecht.
El Presidente Medina, de quien soy adversario político, tiene perfecto y legítimo derecho de defender su inocencia ante este difícil trance en que está como gobernante, como dirigente político y como persona.
Para ello tiene el reto de ordenar una investigación imparcial y seria que despeje cualquier duda sobre su posible involucramiento en estos hechos. Es a quien más le convendría en las actuales circunstancias esa investigación, que no podría hacer jamás de manera idónea (por razones de cercanía política y personal) el actual Procurador General de la República, Dr. Jean Alain Rodríguez.
No hacer una investigación independiente sobre el fi nanciamiento de campaña por parte de Odebrecht y tratar de diluir esta grave imputación desviando la atención en los próximos días con la prisión de chivos expiatorios, ya escogidos en combinación con la fi rma Odebrecht en un nuevo y mostrenco Acuerdo, sólo complicaría más el delicado trance del Presidente.
Vinicio Castillo Semán
Listín Diario
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