A derrotar el modelo neoliberal
El modelo neoliberal impuesto en República Dominicana, siguiendo las instrucciones del Consenso de Washington, es el responsable de los principales males que padece la sociedad dominicana.
La imposición de este modelo, que es un dogma filosófico, no solo afecta la economía del país, si no su sistema político y social. Sus autores lo impusieron para destruir la dominicanidad, la soberanía e identidad nacional y la existencia del pueblo dominicano como parte de una nación libre e independiente. Conduce al país a la más absoluta degradación moral y corroe los cimientos de sus instituciones primigenias.
Algunos de los frutos de este modelo perverso son: La enajenación del territorio nacional en manos privadas, sin ningún tipo de límite; destrucción del aparato productivo nacional y la imposición de una economía de servicios; la dominación del mercado nacional por corporaciones extranjeras; la destrucción paulatina de la biodiversidad, el ecosistema y las cuencas hidrográficas; la entrega de los recursos mineros a empresas extranjeras mediante contratos leoninos lesivos al país; la conversión del Estado dominicano en un mero acumulador de las riquezas nacionales para complacer las ansias de enriquecimiento de la camarilla gobernante; la entrega al capital privado, tanto internacional como nacional de las empresas del Estado, empeorando los servicios que estas brindaban a la población y estafando al pueblo dominicano mediante todo tipo de subterfugios; el abandono de la defensa nacional, de tal manera, que los blindados y el arsenal bélico para la defensa del país yace destruido y obsoleto, y pretenden imponer en los mandos militares-policiales y en los soldados y policías, el espíritu de trepar rápido el escalafón para aprovechar oportunidades y enriquecerse rápido, negándole el espíritu patriótico y los valores de la dominicanidad, que enaltecieron a los jefes y soldados de nuestras luchas y gestas libertarias, que se sintetizan en el principio de Todo por la Patria.
El modelo dogmático neoliberal niega los derechos económicos, políticos y sociales del pueblo dominicano. Por ese motivo, el Consejo Económico y Social que auspicia el gobierno, integrado mayoritariamente por organizaciones empresariales, es una institución destinada a legalizar las políticas antisociales del gobierno, ya que los proyectos sociales auspiciados por las organizaciones comunitarias son descartados, pues este Consejo no fue diseñado para tales fines; de tal modo que el supuesto triunfo popular de incluir en el presupuesto nacional el 4% del PIB para la educación, todavía es letra muerta y el gobierno no cumple con esa deseada demanda social.
Igualmente ocurre con la oferta demagógica gubernamental del programa nacional de alfabetización, el cual ha sido un fracaso total, que solo puede verse plasmado en los spots comerciales de programas televisivos.
Es que el neoliberalismo sostiene que el mercado debe regularlo todo; pero es obvio que no puede regular los programas sociales, porque los dueños del mercado están programados para engrosar sus bolsillos, y no les interesan las políticas sociales. Plantean que al Estado neoliberal no le corresponde llevar a cabo esas políticas, que caracterizaron al Estado de bienestar social, desechado por el dogma neoliberal. Tampoco han podido regular los apagones que sufre diariamente la población, ni la escasez de agua potable en todo el territorio nacional.
Los llamados programas sociales del gobierno, bonogás, solidaridad, etc., son de puro corte demagógico-clientelar, cuyo objetivo es mantener cautivas cientos de miles de personas para que voten cada 4 años por el partido de gobierno. Constituyen una burla a la pobreza del pueblo en estado de extrema precariedad económica.
Se ha impuesto la corrupción como paradigma, no solo en el sentido de depredar el erario, si no, que pretende eliminar los principios éticos y morales que han normado la vida del país desde la fundación de la República. Y en el fondo de la degradación moral y ética subyace el abandono absoluto a la población en estado de precariedad y fragilidad, tanto civil como militar, que el modelo neoliberal ha sumido en la pobreza extrema.
La población empobrecida es utilizada como “pavo de nochebuena”, que solo se le busca en época de elecciones, que es engañada repetidamente con falsas promesas y con un dispendio descomunal de los recursos del Estado. Mientras incumplen sus promesas demagógicas, le usurpan y niegan al pueblo votante sus más elementales derechos humanos, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la seguridad; a una vida digna en el suelo que los vio nacer.
Este nuevo dogma político, económico y social impuesto ha elevado el individualismo, el egoísmo y la deshonestidad al grado de filosofía, que es la esencia del engendro de la camada de políticos corruptos del gobierno, que desfalcan al Estado a su antojo y se sienten “blindados” de ser sometidos a la acción de la justicia, porque esta, al igual que los demás estamentos del Estado, está secuestrada por estos politiqueros del gobierno.
El modelo neoliberal con su política social de “sálvese quien pueda” ha generado una oleada de inseguridad y violencia, sin parangón en nuestra historia republicana, que cobra cada día decenas de víctimas, llevando al país al listado de los más violentos e inseguros del planeta.
La ola de violencia e inseguridad reinante no puede reducirse, ya que el modelo impuesto la repite, entre otras causas, por privilegiar y dejar en libertad antes de cumplir sus condenas a grandes delincuentes convictos por distintos delitos y por estafarle a la población miles de millones de pesos; lo cual envía el mensaje a los pequeños delincuentes de que es posible continuar robando y atracando y mantenerse impunes ante la ley. Es decir, que la delincuencia y la inseguridad, bajo el dogma neoliberal, son un círculo vicioso que se reproduce cada día con los malos ejemplos que emanan de los distintos estamentos gubernamentales.
El neoliberalismo ha fracasado en todas partes; fue desterrado de Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia, etc.; hace estragos en Grecia, España, Portugal, Estados Unidos. Es un mal en desuso que todavía el gobierno dominicano esta empecinado en sostener.
Ante la imposición del nefasto modelo neoliberal por el Consenso de Washington, las instituciones de Bretton Woods y los neoliberales dominicanos; y ante la testarudez del gobierno en mantenerlo, al pueblo dominicano solo le han dejado como alternativa combatir este modelo perverso en su conjunto y en todas sus manifestaciones, a fin de derrotarlo y desterrarlo de nuestro país, como única garantía para continuar sosteniendo la dominicanidad, la integridad del territorio nacional y la preservación de los recursos naturales del país. Para lograr esos fines, es necesario aferrarnos a nuestras tradiciones patrióticas, al pensamiento del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, y sobre todo, organizar al pueblo dominicano alrededor de un proyecto de gobierno, cuyos fines principales sean derrotar el modelo neoliberal en la República Dominicana e instaurar un gobierno patriótico, defensor de los sagrados intereses del país y del pueblo dominicano.
Johnny Guerrero
(inmueblesturisticos@hotmail.com)
*El autor es Secretario General del Capitulo Dominicano de la Asociación Americana de Juristas (AAJ)
El Día.com.do
http://www.eldia.com.do/columnas/2013/9/2/123490/A-derrotar-el-modelo-neoliberal