La edición del pasado domingo de este matutino trajo como noticia de primera página que unas especies de animales de nuestro país están en vías de extinción de no tomar medidas para corregir esta desgracia ecológica.
Entre las especies en peligro mencionaron la Iguana de Ricord, especie endémica de Isla La Española, que habita principalmente en la región comprendida por el Lago Enriquillo, el Valle de Neiba y Barahona.
Estas Iguanas se alimentan de insectos y pequeños invertebrados al igual que son vegetarianas. Pueden poner hasta 18 huevos a la vez y al año, y el período de incubación es de 90 a 100 días. Sin embargo, su madurez sexual tarda varios años y tienen un bajo potencial reproductivo.
En ese sentido, quiero aportar algunas ideas de cómo proteger, reproducir y a la vez, incentivar el concepto de proteger estas especies al integrar a la comunidad en su protección.
Hace dos años fui invitado al Congreso de Infectología de la Región Andina celebrado en Guayaquil, Ecuador. Al visitar la ciudad, conocí el Parque de las Iguanas. Un parque en el medio de la ciudad, contiguo a la Catedral, igual que la mayoría de los parques del mundo y muy parecido a los parques de nuestro país.
La atracción principal de este parque para niños y adultos, aunque posee una larga historia de la ciudad, es la presencia de un numeroso grupo de iguanas que viven en el parque. A estas, se les puede observar en cualquier lugar: durmiendo en las ramas de los árboles, trepando los mismos, cruzando por donde usted camina, en fin, tienen la libertad de convivir con las personas, sin que estas últimas les hagan daño.
Al parecer esta iniciativa ha sido tan exitosa, que la mayoría de los parques de Guayaquil, aunque no son llamados de la Iguana, tienen iguanas, y el ayuntamiento y los patronatos de los parques, les han acomodado sus nichos para que puedan guarecerse y poner sus huevos.
Usted puede observar iguanas de todas las edades y tamaños y me imagino que deben llevar un censo para no sobre poblar los parques y trasladarlas a otros.
Considero que esta modalidad puede ser copiada perfectamente de Guayaquil y aún más, ponerse en contacto con las autoridades de esa ciudad para que asesoren las nuestras en ese sentido.
Además, con el desarrollo del turismo y de los diversos centros llamados “resort”, pueden también incentivar la crianza de Iguanas para que convivan en estos terrenos y de esta manera proteger esta especie inofensiva, llamativa y que ayuda al equilibrio ecológico al vivir también de insectos e invertebrados que en esos lugares son eliminados a través de insecticidas.
Debemos hacer un llamado de atención a las urbanizaciones con grandes extensiones de áreas verdes que tienen dentro de sus atractivos, campos de Golf como son: Metro Country Club, Guabaverry, Casa de Campo, Playa Marota, mal llamada Nueva Romana, Cap Cana, en la parte oriental de la Isla, al igual que las que están en pleno desarrollo en Samaná y toda la costa norte del país a que inicien la protección de la iguanas en sus áreas verdes.
No es posible conservar estas especies con anuncios en vallas, camisetas y otras modalidades en una región paupérrima como el área donde habitan hoy día.
En una ocasión me detuve por el Lago Enriquillo y le dije a un joven que vendía una Iguana, porqué la vendía si estaba en peligro de extinción y me contestó que el que estaba en peligro de morir era él si no la vendía para comer.
Jesús Feris Iglesias
Hoy
Dibujo: Wilson Morfe
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