Jean Michel Caroit, periodista de Le Monde.
Jean Michel Caroit / Versión al español Iván Pérez Carrión
PARIS, Francia.- El periodista Jean Michel Caroit, corresponsal del diario Le Monde para Centroamérica y la República Dominicana, describió en la capital francesa la realidad de la política dominicana. El cuadro podría ser doloroso, cuando un profesional de la calidad y reconocimiento de Caroit dice que detrás de las playas bordeadas de cocoteros que atraen a más de cuatro millones de visitantes al año, “más del 40% de la población sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza”.
El periodista habló de la pobreza, pero también habló en abundancia de la política dominicana, de los partidos y de los rejuegos del poder en un país donde el presidente de la República es un verdadero monarca. También habla de Félix Bautista y su poder, de Mícalo Bermúdez y de la división del Partido Revolucionario Dominicano.
Por Jean-Michel Caroit
Hola a todos desde Santo Domingo. Gracias a Kevin, Olivier Dabène y a CERI* por tomar la iniciativa de organizar este debate de la conferencia sobre un país que merece ser mejor conocido. No voy a entrar en los fundamentos brillantemente expuestos por el amigo Christian Girault. Permítanme compartir con ustedes una serie de observaciones sobre los recientes acontecimientos, en mi calidad de corresponsal de prensa con sede en la República Dominicana.
Sobre Leonel Fernández
En un artículo publicado el mes pasado, el intelectual dominicano Andrés L. Mateo califica al ex presidente Leonel Fernández, de príncipe del simulacro. “Leonel Fernández ‒escribe el novelista y ensayista‒ ha triplicado la deuda en ocho años, ha mantenido empleos ficticios en beneficio de más de 18,000 activistas del partido Liberación Dominicana, dejó que la corrupción prosperara como elemento de cohesión en torno a su liderazgo, ha gastado millones de dólares en viajes para alimentar su ego y, por lo tanto, se ha construido la imagen de un líder mundial”, denuncia Andrés L. Mateo, Premio Nacional de Literatura en 2004.
Sin lugar a dudas, Leonel Fernández se ha ganado a la mayoría de sus contrapartes en la escena internacional. Sus propuestas razonadas, su tono profesoral, le aseguraron a sus compañeros y a los inversores extranjeros a los que se presentó como el garante de un fuerte crecimiento con estabilidad macroeconómica impecable.
De hecho, el crecimiento de la economía dominicana ha seguido siendo uno de los más fuertes en América Latina y el Caribe durante los últimos veinte años. A pesar de la crisis internacional, alcanzó el 4,5% en 2011 y sólo será un poco menor este año.
Nuria Piera y Jean Michel Caroit.
Pero este crecimiento no ha contribuido a reducir la pobreza. Detrás de las playas bordeadas de cocoteros que atraen a más de cuatro millones de visitantes al año, más del 40% de la población sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza.
La tasa de mortalidad infantil y la exclusión escolar se encuentran entre las más altas de la región. Las desigualdades han aumentado entre las masas empobrecidas del campo y los barrios marginales, y las castas vinculadas al poder que exhiben riquezas con frecuencia mal adquiridas.
La crisis económica y el FMI
En cuanto a la famosa estabilidad macroeconómica, el mito ha volado en pedazos desde que Leonel Fernández dejó el palacio presidencial el 16 de agosto. Su sucesor, Danilo Medina, quien pertenece al mismo partido que Leonel Fernández, reconoció recientemente que heredó una situación económica muy difícil.
Los miembros de su equipo económico, el mismo que bajo Leonel Fernández, admitió que el déficit público consolidado había explotado, alcanzando el 8% del producto interno bruto. Los apagones, menos frecuentes durante la campaña electoral, han vuelto a intensificarse. Obligado a abordar el desequilibrio de las finanzas públicas, Danilo Medina hizo un llamamiento al Fondo Monetario Internacional.
Una misión del FMI visitó Santo Domingo en septiembre y sólo pudo constatar la gravedad de la situación debido a la magnitud del déficit fiscal y a las pérdidas del sector eléctrico, de más de 100 millones de dólares por mes. La posible firma de un acuerdo con el FMI, lo que proporcionaría nuevos préstamos, se ha aplazado hasta el próximo año y debe ir acompañada de condiciones estrictas.
Mientras tanto, Danilo Medina anunció un pacto fiscal, eufemismo para referirse a un fuerte aumento de los impuestos, incluyendo el ITBIS, el IVA local, que debería aumentar en dos puntos, de 16% a 18, y se extenderá a los bienes de consumo básicos, mucho de ellos exentos.
Juan Temístocles Montás, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo.
Estas acciones han sido mal recibidas por la comunidad empresarial y la población. Aunque la República Dominicana es la campeona del mundo en corrupción y la mala gestión de los fondos públicos, de acuerdo con la última clasificación del Foro Económico Mundial de Davos, exigen el castigo de la corrupción del gobierno anterior y una reducción y racionalización del gasto público, antes de que se pongan en vigencia.
Las organizaciones populares agrupadas en el Foro Social Alternativo han exigido que el ex presidente Leonel Fernández sea llevado ante la justicia por su participación en la explosión del déficit fiscal. “Los culpables deben pagar los platos rotos, la gente no tiene que pagar nuevos impuestos”, comentó Víctor Gerónimo, vocero del Foro Social Alternativo. Anunció manifestaciones y huelgas.
Ya en las últimas semanas se llevaron a cabo protestas en contra de los cortes de energía, más frecuentes y más largos. Estos causan pérdidas significativas de productos frescos en colmados, las pequeñas tiendas de abarrotes. Paralizan las pequeñas empresas que no cuentan con generador y aumentan el descontento de la población que no puede utilizar ventiladores o acondicionadores de aire en estos tiempos de calor extremo.
El PLD como gobierno y Leonel Fernández
¿Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, el partido en el poder, ganó una tercera elección presidencial consecutiva?
Según Participación Ciudadana, la principal organización de la sociedad civil, cito: “el gasto público excesivo e irresponsable por razones puramente electorales provocó el déficit fiscal más grande de la historia dominicana”, fin de la cita.
En otras palabras, el partido gobernante ha sacrificado la estabilidad macroeconómica para comprar las elecciones con las viejas prácticas clientelistas. No podemos resolver el problema sin castigar a aquellos que lo crearon, añade Participación Ciudadana.
Desde hace varios meses, Leonel Fernández parecía estar seducido por una nueva candidatura consecutiva, prohibida por la Constitución. Cuando finalmente renunció a esta, presionado por sectores influyentes del país y de Washington, impuso a su esposa, Margarita Cedeño, como candidata a la vicepresidencia. Gracias a su gran presupuesto de su Oficina de la Primera Dama, Margarita Cedeño ha construido su popularidad fundamentada en la ayuda a los más pobres. Después de la elección, solicitó y obtuvo del presidente Danilo Medina la coordinación de todos los programas sociales. Es una forma de preparar el futuro.
Leonel Fernández y Margarita Cedeño de Fernández.
"La elección no ha sido justa", subrayó Francisco Álvarez, responsable de Participación Ciudadana poco antes de las elecciones. Esta organización ha denunciado, y abro comillas, "la participación activa y permanente del Presidente de la República en la campaña, acompañado por altos funcionarios, con el personal, los vehículos y los combustibles pagados por el Estado”, fin de la cita. Y las instituciones públicas multiplicaron sus distribuciones de alimentos y electrodomésticos en los mítines del candidato Medina.
La Fundación Justicia y Transparencia también expresó su preocupación por “el gasto sin precedentes de esta campaña interminable”. Se calcula que en los últimos cuatro meses de la campaña, los partidos políticos gastaron por lo menos 4,500 millones de pesos (90 millones de dólares), una suma considerable en este país de 10 millones de habitantes.
El 74,7% del total fueron gastados por el PLD, el partido gobernante, el 25,2% por el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, la organización principal de la oposición, y el 0,1% por los cuatro candidatos “alternativos".
Según el economista Bernardo Vega, la explosión del gasto público durante los primeros ocho meses de 2012 se explica también por el deseo de Leonel Fernández de preparar su propia reelección en 2016.
El ex gobernador del Banco Central y ex embajador en Washington observa que la brecha entre mayo, el mes de las elecciones, y agosto, el mes de la transferencia del poder ‒al que él llama el déficit de la reelección‒ fue superior al déficit de enero a mayo, que favoreció la elección de Danilo Medina.
Durante los primeros ocho meses del año, el gasto en obras públicas, una de las principales fuentes de corrupción, ha aumentado en un 134% con respecto al mismo período de 2011. Leonel Fernández pasó los últimos meses de su mandato inaugurando carreteras y proyectos de edificios, a veces sin terminar, en un intento de remontar su popularidad.
Hipólito Mejía.
La victoria del PLD se explica también por las divisiones y la debilidad de la oposición. El PRD, la principal formación de la oposición y un miembro de la Internacional Socialista, se dividió en dos facciones.
Esta división ha sido hábilmente mantenida por Leonel Fernández, con el apoyo solapado a Miguel Vargas, el presidente del PRD. Miguel Vargas, quien ha estado involucrado en varios casos de corrupción, no hizo nada para promover la elección del candidato de su partido a la presidencia, Hipólito Mejía.
Presidente entre 2000 y 2004, Hipólito Mejía ha seguido siendo popular entre los activistas de la base. Pero recibió el rechazo de las clases media y alta que no han olvidado la corrupción y el desastroso final de su mandato, después de la quiebra fraudulenta de los tres bancos principales en 2003.
El atípico personaje es conocido por su lenguaje florido, a veces ramplón, y no ha querido deshacerse de varios personajes desagradables que lo rodean.
En cuanto al Partido Reformista Social Cristiano, la organización conservadora fundada por el ex caudillo Joaquín Balaguer, fue tragado en gran parte por el PLD. Una buena parte de sus ejecutivos, entre ellos su presidente, Carlos Morales Troncoso, se unió a Leonel Fernández quien les distribuyó sus carteras públicas como prebendas y sinecuras. Danilo Medina ha retenido de manera sustancial casi la totalidad de estos ministros reformistas.
La campaña sucia contra Hipólito Mejía por la Fuerza Nacional Progresista, un pequeño partido de extrema derecha aliado del PLD, sin duda tuvo un papel importante en la victoria de Danilo Medina. Fundado por el abogado Vinicio “Vincho” Castillo, uno de los asesores más cercanos de Leonel Fernández, el pequeño grupo hizo de la lucha contra la inmigración haitiana su caballo de batalla principal.
Danilo Medina.
Otro elemento a favor de la victoria del partido en el poder: el control de la gran mayoría de los medios de comunicación, la compra masiva de espacio en los canales de prensa, radio y TV, así como la remuneración de cientos de periodistas para que cantaran las alabanzas a Leonel Fernández y a su sucesor.
La compra de documentos de identidad para evitar que los partidarios de la oposición votaran fue la principal irregularidad denunciada por el PRD. Esta práctica dio lugar a varios incidentes violentos en los que murieron al menos cinco por impactos de balas en la jornada electoral.
La Misión de Observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) deploró estas irregularidades y la "fuerte interferencia" del Presidente de la República saliente en el proceso electoral. No obstante, ratificó los resultados oficiales que proclaman la victoria de Danilo Medina con el 51% de los votos.
Es a fuerza de perseverancia que Danilo Medina, al fin llegó a la presidencia de la República Dominicana. Nacido hace 60 años en una familia pobre en el pueblo de Arroyo Cano, cerca de San Juan de la Maguana, al suroeste de la República Dominicana, se unió al PLD desde su fundación en 1973 por el ex presidente Juan Bosch. Después de estudiar química y economía, se dedicó al partido que evolucionó del marxismo a la centro-derecha, después de la muerte de su fundador.
Diputado en 1986, reelegido en dos ocasiones, Danilo Medina desempeñó un papel decisivo como jefe de campaña en la victoria de Leonel Fernández en las elecciones presidenciales de 1996. Candidato a su vez en 2000, Danilo Medina fue derrotado por Hipólito Mejía. En 2004, volvió a liderar la campaña de Leonel Fernández, quien ganó un segundo mandato.
A pesar de un pacto entre los dos hombres, Leonel Fernández se negó a cederle el paso en 2008 y la relación entre ambos se enfrió hasta la última campaña presidencial. Tras el nombramiento de su esposa, Margarita Cedeño como candidato a vicepresidente, Leonel Fernández hizo campaña activamente por Danilo Medina.
Danilo Medina se comprometió a “continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho”. Señales contradictorias: prometió grandes cambios en su discurso inaugural, poco antes de anunciar un gobierno con más de la mitad de los miembros que pertenecieron al de Leonel Fernández.
A su llegada al palacio presidencial, Danilo Medina ha exhibido un estilo más modesto y austero que su predecesor. A diferencia de Leonel Fernández, siempre rodeado de una multitud de soldados y guardaespaldas, se hace acompañar por una escolta discreta.
Se comprometió a destinar el 4% del producto interno bruto a la educación. Esta obligación constitucional fue irrespetada por el ex presidente Fernández, a pesar de una fuerte movilización de la juventud. El sistema educativo dominicano es uno de los más débiles en América Latina.
Las promesas de Danilo Medina
Danilo Medina se comprometió a resolver la crisis energética perenne para el final de su mandato. Esta promesa, realizada en numerosas ocasiones por Leonel Fernández durante sus tres mandatos presidenciales, nunca se cumplió. El servicio eléctrico dominicano sigue siendo uno de los más caros y deficientes de la región y es uno de los principales obstáculos para la competitividad.
El Presidente anunció nuevas medidas contra la delincuencia, que aumentó considerablemente en relación con el creciente papel de la República Dominicana como un centro para el tráfico de cocaína desde América del Sur con destino a Europa y Estados Unidos.
Prometió una revalorización del trato a los agentes de de la Policía, incluyendo el salario base que es de sólo 5,500 pesos (115 euros) al mes, mientras que algunos funcionarios dominicanos se encuentran entre los mejores pagados del mundo.
El número de militares y policías involucrados en el crimen y el tráfico ha ido en constante aumento. El alarmante número de ejecuciones extrajudiciales, 289 el año pasado, en un país donde teóricamente se abolió la pena de muerte, no impidió la explosión de la delincuencia.
Para estimular el crecimiento, el presidente Medina apuesta por el turismo. Su objetivo es aumentar el número de visitantes de 4 millones el año pasado a 10 millones en diez años. También se basa en el mercado en la vecina República de Haití, el segundo mayor destino de las exportaciones dominicanas. Propuso la firma de un acuerdo de libre comercio con su homólogo haitiano Michel Martelly, quien asistió a su toma de posesión.
Vincho Castillo.
La relación con Haití, que comparte la isla La Española con la República Dominicana, es uno de los temas principales de la política exterior. Históricamente complejo, esta relación ha estado en conflicto con frecuencia. Voy a seguir su evolución desde el terrible terremoto del 12 de enero de 2010 que devastó Puerto Príncipe y mató a más de 250,000 personas en Haití. El presidente Fernández y el pueblo dominicano fueron los primeros en acudir masivamente en ayuda de sus vecinos haitianos.
Esta solidaridad, muchas veces espontánea, de los ciudadanos comunes, ayudó a despejar prejuicios mutuos. Las autoridades dominicanas han intensificado las intervenciones de la comunidad internacional para que las promesas de ayuda para la reconstrucción de Haití se ejecuten. Leonel Fernández apareció en la escena internacional como abogado al servicio de su prójimo sumido en la adversidad.
Por supuesto, las empresas dominicanas han ido legítimamente buscando sacar ventaja de la recuperación del mercado en la reconstrucción. Sin embargo, esta imagen positiva se ha visto empañada por un escándalo de corrupción que involucra a uno de los más cercanos colaboradores del ex presidente Fernández, el senador Félix Bautista. El escándalo binacional llevó a la renuncia del primer ministro haitiano, Garry Conille, que había descubierto “el pastel”.
Leonel Fernández y Félix Bautista.
Jean Max Bellerive, el predecesor de Garry Conille, adjudicó ocho contratos de construcción en un solo día, el 8 de noviembre de 2010, por un total de US$385 millones a tres empresas pertenecientes al senador Félix Bautista. Un comité de auditoría formado por Garry Conille sostuvo que la adjudicación de estos contratos, financiado por fondos venezolanos, fue irregular e iba en detrimento de los intereses del Estado haitiano.
De acuerdo con los registros que obtuvimos con la periodista de investigación dominicana Nuria Piera, el presidente haitiano Michel Martelly había recibido pagos, cheques y dinero en efectivo por la suma de US$2,587,000 dólares en empresas pertenecientes al senador Félix Bautista y su familia.
El ex sastre Félix Bautista se convirtió en uno de los principales contribuyentes del PLD, el partido de gobierno en Santo Domingo, donde es secretario de organización. Su negocio floreció gracias a los contratos de trabajos lucrativos otorgados por la Oficina para la Supervisión de Obras del Estado que dirigió por largo tiempo. Considerado como un hijo para Leonel Fernández, Félix Bautista ha acumulado una fortuna de tal magnitud que hace poco le dijo a un reportero que desconocía el monto.
Desde el retorno al poder de Leonel Fernández en 2004, su negocio prosperó rápidamente en la República Dominicana y se extendió a Haití y Panamá. Implicado en varios casos de malversación de fondos y apropiación indebida de fondos públicos, y la adjudicación de un contrato grado a grado a una empresa del narcotraficante Figueroa Agosto, Félix Bautista ha escapado a la justicia, controlada por el presidente Fernández.
Goza de inmunidad parlamentaria desde su elección al Senado en 2010.
La solidaridad dominicana con Haití
En enero, con motivo del segundo aniversario del terremoto, el presidente Leonel Fernández inauguró en Lemonade, cerca de Cap Haitien, una universidad “donada” por la República Dominicana a Haití. Detrás del gesto, ampliamente elogiado, de nuevo se escondieron los intereses de Félix Bautista y su socio Mícalo Bermúdez, otro hombre de confianza del presidente Fernández. Su empresa, Constructora Mar, se adjudicó el contrato de construcción.
La reciente reactivación de la Comisión Mixta Bilateral, inactiva durante varios años, respondió a la preocupación de Santo Domingo para desarrollar el comercio con Haití, que se convirtió en el segundo mercado de los productos dominicanos, después de Estados Unidos.
Pero el espinoso tema de la migración no se ha mencionado, al menos públicamente. La República Dominicana aún no ha sido llamada al orden por el Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre la discriminación contra los inmigrantes haitianos y sus descendientes.
Las organizaciones de los derechos humanos denuncian muchos casos de “desnacionalización” de los dominicanos de ascendencia haitiana, que amenazan con convertir a decenas de miles de personas apátridas. Leonel Fernández consignó la Dirección de Migración a un oficial de la Fuerza Nacional Progresista. Esta decisión fue ratificada por Danilo Medina. Es como si en Francia le confiáramos la administración de asuntos migratorios a un funcionario del Frente Nacional.
La nueva Constitución promulgada en 2010 puso fin a la jus soli, y su aplicación retroactiva permite a las autoridades despojarlos de su ciudadanía a los muchos descendientes de inmigrantes haitianos nacidos en territorio dominicano. Bajo la presión de la jerarquía católica, la nueva Constitución de Leonel Fernández también ha prohibido todas las formas de aborto, incluso cuando la vida de la madre está en peligro o en casos de violación de una adolescente.
Mícalo Bermúdez.
Durante un cuarto de siglo, desde que vivo en República Dominicana, he sido testigo de cambios dramáticos. El país que era entonces el secreto mejor guardado del Caribe está abierto al mundo. Los inversionistas extranjeros afluyen, los españoles en el turismo, los canadienses en la minería y los franceses, como Orange, en las telecomunicaciones, o Alstom para construir el Metro.
El relajamiento y la corrupción de las autoridades también han atraído a los lavadores de dinero por montos considerables, estimados en más de mil millones de dólares al año. El turismo ha expuesto a la sociedad dominicana a millones de visitantes.
La capital está erizada de torres y grandes centros comerciales, hasta el punto de que durante el día de la fiesta nacional, el 27 de febrero, el presidente Fernández se felicitó de ver que Santo Domingo parecía un “Nueva York chiquito”. La población dominicana se ha duplicado en menos de treinta años. La migración se ha creado una diáspora dinámica en los Estados Unidos y en menor medida en Europa, incluidas las remesas y su influencia ha ayudado a cambiar el país.
Hace 25 años, al tiempo que reinó Balaguer, el heredero del dictador Rafael Leonidas Trujillo, El PLD de Juan Bosch representaba la esperanza de un gobierno menos corrupto. Pero la tentación del dinero, la corrupción judicial, la lujuria por el poder y el pragmatismo han hecho olvidar las enseñanzas del profesor Juan Bosch.
La presidencia de doce años de Leonel Fernández no ha resuelto la crisis de energía ni ha construido un gobierno honesto y eficiente. La corrupción es generalizada y sofisticada.
El autoritarismo legado por Trujillo, la adulación, el culto al líder y el nepotismo continúan. Nada se ha hecho para reducir el número de armas en circulación, mientras que se extiende la epidemia del feminicidio. El gobierno dominicano no ha hecho ninguna propuesta alternativa al fracaso de la guerra contra las drogas, uno de los mayores retos que enfrenta la región conjuntamente con el calentamiento global.
Sin embargo, se mantiene la esperanza. La movilización de una parte de la juventud contra la corrupción y en favor del medio ambiente y la educación son alentadores. Danilo Medina se comprometió a corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho. Como la presidenta brasileña Dilma Rousseff, tiene que enfrentarse a poderosos intereses dentro de su propio partido.
La República Dominicana tiene muchas ventajas comparativas desperdiciadas debido a la corrupción de gran parte de la clase dominante y el deterioro de su sistema educativo. Además de su ubicación geográfica, su clima, su belleza natural y la riqueza de la tierra, la República Dominicana, uno de los países más mezclados de la Tierra, ofrece un ejemplo de tolerancia en un mundo donde los conflictos étnicos y religiosos están muy lejos de desaparecer.
Gracias por su atención
* (Todos los subtítulos son de Acento.com.do)
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