Para nadie es un secreto que la herencia dejada por la gestión del expresidente Leonel Fernández está siendo peor que la recibida por el gobierno de Hipólito Mejía. Por supuesto, todo es cuestión de permanencia de ambas gestiones.
Recientemente, la mayoría de los dominicanos hemos visto a través de un medio de comunicación online la publicación de las nóminas del servicio exterior dominicano, no todas actualizadas como correspondería, pero es una lista que va por países y en la misma puede uno fijarse con atención a cada uno de los lujosos sueldos que se gastan nuestros estimables “servidores” del Estado en tierras extranjeras. Nada despreciable la verdad. Sueldos astronómicos que bien servirían la mayoría para resolver problemas de pobreza y salud en el país.
Nóminas abultadas que vistas por personas de otros países con recursos y desarrollados juran que nuestro nación nada en las aguas de la abundancia económica y que la desigualdad social es solo un espejismo.
La mayoría de estos servidores nombrados todos por decretos firmados por Leonel Fernández y la mayoría a la espera de ser ratificados por el presidente Medina, que solo se ha limitado a contados cambios en este sentido y ha premiado a otros ilustres “embajadores” con traslados a otras sedes, residen en Santo Domingo que no es una novedad.
No estoy diciendo que esto no haya existido en otros gobiernos anteriores a Fernández. Las innumerables denuncias y comentarios acerca de las abultadísimas nóminas del servicio exterior dominicano vienen desde hace muchos años.
El asunto se recrudeció con todos los enchufados que nombró Leonel Fernández hasta el día de hoy. Botellas que al Estado dominicano le cuestan millones mensualmente, un despilfarro innecesario que debe cortarse urgentemente.
El canciller Andrés Navarro, que se encontró con este panorama y canceló a mil botellas que había a lo interno de Cancillería, tiene que armarse de valor y cancelar a todos los empleados que cobran miles de dólares y viven en Santo Domingo.
El Canciller tiene que revisar esas nóminas y conjuntamente con la dependencia de Contraloría organizar ese desorden nominal millonario que no hay manera de justificar.
Son muchos los enganchados al tren gubernamental en el servicio exterior que no hacen ni aportan nada. Una de las tantas ejecuciones nefastas de Leonel Fernández y que Medina al parecer fomenta más.
Dunia De Windt
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