Admiro y respeto a Andrés L. Mateo. En consecuencia, me siento feliz al coincidir con él en su planteamiento de que nuestro Congreso Nacional no requiere dos cámaras legislativas.
No es la primera vez que se plantea la conveniencia de quedarnos con tan solo un cuerpo para legislar, en vez de dos costosas cámaras, como sucede ahora.
Pero el hecho de que una pluma tan autorizada como la del laureado escritor arriba mencionado se sume a esa idea, le imparte a la misma una fuerza extraordinaria imposible de ignorar.
Como nos recuerda Mateo en su artículo de ayer publicado en el fraterno periódico “Hoy”, serían miles de millones de pesos los que el Estado ahorraría si tuviéramos solamente un Senado o una Cámara de Diputados.
Soñar no cuesta nada. Y como dijo alguien que no me acuerdo: muchas de las cosas buenas de que disfrutamos hoy, no eran más que un sueño ayer.
Rafael Molina Morillo
El Día
No hay comentarios:
Publicar un comentario