Existe mucha aprensión entre empresarios y la gente del pueblo por el diluvio que podría venir después de las elecciones del 15 de mayo. Se habla de una reforma fiscal que se dice confiscatoria y se habla de devaluación.
El Gobierno intenta cuidarse ante de las elecciones pero no ha podido resolver la escasez de dólares en el mercado. El anuncio del Banco Central, según fuentes consultadas, fue un “amagar y no dar”, como ha hecho en el pasado con distinto resultado a lo ocurrido ahora, y parece que el Gobierno se ha estado preparando para dar el zarpazo antes de la toma de posesión en agosto.
Se habla de modificaciones en el ITBIS, en las importaciones personales por medio de los courriers y otras medidas que afectan directamente a lo que queda de la clase media.
La mayor crítica proviene del hecho de que se sabe que el Gobierno gasta improductivamente y que hay mucha grasa por donde cortar antes que volver a gravar a una población que todavía recibe golpes de la anterior reforma. El Gobierno haría bien en aclarar las cosas.
Editorial Diario Libre
Diario Libre
Viñeta: Harold Priego
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