El presidente Danilo Medina, en su intervención ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio, tocó el tema de la corrupción gubernamental haciendo dos afirmaciones importantes: la primera, que se han ido tomando medidas en favor de la transparencia, y la segunda, que habían disminuido los casos de corrupción en su gobierno.
Sin embargo, la percepción es de que ahora hay tanta o más corrupción que antes y que el tema es ya uno de los motivos principales de preocupación de los dominicanos.
La corrupción es difícil de combatir pero fácil de probar pues el corrupto no puede evitar hacer ostentación de la nueva riqueza adquirida. Es difícil de combatir porque cada día encuentra nuevas formas de sofisticación en el procedimiento. Antes, la corrupción era un hurto vulgar, pero ahora se esconde bajo contratos, obras “necesarias”, leyes que se aprueban, incentivos que se obtienen y mil formas más.
La impresión que tiene la gente es de que no solo se ha sofisticado el método corrupto, sino que el partido de Gobierno y el propio presidente Medina no están en capacidad de combatirla.
Y en verdad es difícil de desvirtuar esa percepción por el control que tiene el partido de los diversos estamentos en que se divide el poder y por la experiencia vivida con casos que han llegado a la justicia.
Quizás el PLD pueda ganar las próximas elecciones a pesar de su mala valoración, pero si no hace algo contundente contra la corrupción, que no espere triunfar en el 2020.
Adriano Miguel Tejada
atejada[@]diariolibre.com
AM
Diario Libre
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