Existen más de 2 millones de tarjetas en manos de dominicanos los que en muchos casos poseen más de una y de diferentes bancos
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los bancos comerciales del país manejan el negocio de las tarjetas de crédito a su antojo, no importa leyes y reglamentos financieros. Existen trampas y ocultismo que buscan que los clientes paguen grandes sumas en intereses, que es donde los bancos obtienen los mayores beneficios.
“Las instituciones que ofertan este tipo de producto, no siempre dan toda la información que el tarjetahabiente o el consumidor necesita para, tomar las decisiones más oportunas, en un momento determinado, que luego ni siquiera sabe qué interés va a pagar. Porque esa información si se la dan es en una letra demasiado pequeña que no se lee o no se la pasan”, dijo el sicólogo y economista Joaquín Disla a Nuria Investigación Periodística.
Las ventajas de tener una tarjeta de crédito son múltiples, van desde poder realizar contrataciones de servicios (alquiler de vehículos, por ejemplo), evitar el robo de efectivo, hacer compras por Internet, entre otras. Sin embargo, pocos dominicanos conocen a cabalidad las implicaciones que conlleva manejar una tarjeta de crédito y los pormenores del contrato.
De varios ciudadanos que Nuria entrevistó en la calle, preguntándole si había leído la letra pequeñita del contrato de la tarjeta, sólo una persona, de cuatro, dijo haber leído esa parte del contrato.
“Al analizar la letra pequeña de un contrato típico, si bien habla de las obligaciones de pago no aparecen en ella los detalles del costo de la tarjeta y otros servicios, aun cuando se lee completa, lo cual resulta sumamente engorroso ya que en algunos casos todo el contrato está en letra minúscula, algo que mantienen algunos bancos a pesar de que Procomsumidor en su resolución sobre formatos de contratos prohíbe un documento redactado así”, dijo Nuria.
“Un contrato presentado así ya es un abuso, la resolución establece letra 10 y no 2 como son esas, entonces cuando te den un contrato de esa naturaleza el usuario puede venir aquí, porque la institución que lo está emitiendo es pasible de multa y hasta de consecuencias mayores, la ley nos faculta para eso”, explicó la directora de Pro Consumidor, Altagracia Paulino.
Si una persona consume con su tarjeta de crédito y no paga en el plazo que establece el banco para ello, entonces comienzan a correr la tasa de interés y la mora. La página web de la Superintendencia de Bancos publica las tasas de interés que cobran 19 bancos en el país por el servicio de crédito.
“En la Superintendencia de Bancos tienen en el portal esa información, pero nadie sabe que eso está ahí, eso lo sé yo, entonces si hay una difusión de las tasas de interés, porque son competitivas, aquí hay tasas buenísimas… Las cifras pueden ir desde un 48 por ciento de interés anual hasta un 104 por ciento del crédito recibido”, dijo Altagracia Paulino.
Por ejemplo, si su tarjeta es de 10 mil pesos y su tasa de interés es de 80 por ciento, si usted paga antes de la fecha de corte sólo paga los 10 mil, pero si lo hace pasada la fecha deberá pagar 18 mil. Como es lógico, para el banco es más beneficioso un cliente que no pague a tiempo, lo que permite el cobro de los intereses.
Las tasas de las tarjetas deben ser publicadas por los bancos en lugares visibles en cada una de sus sucursales bancarias, como parte de la información que en ese sentido debe brindarle al usuario. Esto según la Superintendencia, que emitió una resolución de que el interés pagado sólo sería por la suma adeudada y no por el monto total, y los bancos tardaron un año en cumplirla.
La directora de Pro Consumidor aspira a que el sector privado también asuma la transparencia:
“Es para el sector público y sector privado también, aquí nada más se le pide transparencia al sector público, el sector privado también tienen que ser transparente, porque tienen que inspirar confianza, y más el sector financiero, debe generar confianza”.
“La mayoría de los estados de cuenta de los bancos dominicanos, ni siquiera se establecen las tasas de interés, que se está cobrando, solamente he visto uno y en ese caso lo ponen de una forma diaria, imagínate la gente ve punto 03 por ciento y lo ve bien, lo que no sabe que anualmente llega a ser una tasa de un 80 o de un 90”, Alejandro Fernández, analista financiero.
Según la Ley Monetaria y Financiera, los servicios bancarios se realizan en régimen de libre mercado, pero para algunos la ausencia de leyes que regulen el sector, en límites para las tasas de interés o los contratos ambiguos o abusivos, propicia que muchos clientes acudan a un banco en específico instados sólo por las campañas publicitarias, como plantea el diputado Francisco Matos quien defiende un proyecto de ley para el control de las tarjetas.
“Como esta así, no hay forma de beneficiarnos, porque el pez grande se traga al chiquito, esto es cuestión de quién tiene el mejor spot televisivo, quién tiene mejores mensajes incitando al consumo, y posiblemente quién tienen la tarjeta más bonita”, dijo Matos en el programa.
Hasta el momento no existe en el país una ley que regule las tarjetas de crédito, sólo un Instructivo para el Cálculo de Intereses y Comisiones emitido por la Superintendencia de Bancos en el 2001, que establece que los bancos deben informar al cliente de información detallada sobre las tasas, comisiones, cargos, plazos y responsabilidades ante el incumplimiento.
“Poner una gente a explicarte por qué aquí hay gente que no sabe leer o lee y no entiende lo que lee, entonces es deber del banco como responsabilidad corporativa sentarse con la persona y decirle todos los riesgos que corre”, entiende Altagracia Paulino.
Lo que sí es seguro es, que para quien desconozca los detalles de poseer una tarjeta de crédito puede caer fácilmente en el Centro de Información de Crédito de las Américas, más conocido como CICLA, que registra a los clientes morosos lo que les impide acceder a crédito alguno en otra entidad bancaria.
En caso de que el costo de la tarjeta aumente, se le debe notificar al cliente por escrito con no menos de treinta días de anticipación, de no hacerlo así el banco no puede exigir el pago del aumento. Aun así los bancos dominicanos puede aumentar la cifra a cobrar cuando lo deseen, a diferencia de Estado Unidos que en el 2010 emitió una protección al cliente de un año con tasa fija.
Algunas de las comisiones se presentan con títulos confusos para el cliente como Cargos Misceláneos, Cargos Varios, Carga de Última Hora, Promoción por Cargo Diversos y Cargos sin Pagar Tarde. En el caso de los seguros, se ofrecen Servicios como el de Grúa, para el que solo califican vehículos fabricados después de cierto año, algo de lo que los clientes con autos más viejos a veces se entera en el momento de necesitarlo y luego de pagarlo durante meses o años.
Mientras los proyectos de ley se muevan por los entre telones legislativos o se exija la aplicación del reglamento existente, sirva este trabajo como advertencia a los usuarios y procuren la mayor información, para tomar una decisión antes de llevar en su cartera esa aparentemente sencilla pieza de plástico que es una una tarjeta de crédito.
Acento.com.do
http://www.acento.com.do/index.php/news/13817/56/Nuria-denuncia-bancos-manejan-tarjetas-de-credito-como-les-da-la-gana.html