MÉXICO EN EL PUNTO DE QUIEBRE
Este es el día a día de un fotoperiodista que vive en Tijuana, México. Con una selección de su trabajo, Alejandro Cossío ha ganado el premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI en la modalidad de fotografía de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano fundada por el escritor Gabriel García Márquez en 1994. Alejandro tiene 35 años, nació en la ciudad de Los Mochis en el Estado de Sinaloa (noroeste del país).
Alejandro Cossío.
R. CARRETERO / R. IORI - Madrid
PREMIO NUEVO PERIODISMO CEMEX - FNPI
Mi nombre es Alejandro Cossío, tengo 36 años y radico en Tijuana, México. Me dedico al fotoperiodismo desde hace 13 años, y ese mismo tiempo tengo trabajando en el Semanario ZETA de Tijuana, cuyo fundador es el periodista ya fallecido, Jesús Blancornelas.
Me interesé en la fotografía desde que comenzaba mis estudios en la universidad, y siempre, por alguna razón no muy clara para mí, estuve interesado en la fotografía periodística, documental… aquellos tipos de imágenes en que podía señalar algo que yo consideraba no cuadraba, o no debía ser. En otras palabras, imágenes con sentido crítico, con intención de cambio. En cuanto me sentí listo para solicitar trabajo en alguna empresa periodística, lo hice. Aunque en realidad no estaba listo, aún no lo estoy, siempre hay algo que aprender.
Me acerqué a Zeta para preguntar si ocupaban a alguien en el departamento de fotografía, y bueno, la suerte estuvo de mi lado porque precisamente estaban pensando en buscar a alguien. Esto fue en el año de 1997, año en el cual atentaron contra mi jefe Blancornelas, el periodista y director de ZETA. Fue mi primer año en el periódico y supe rápido qué era y qué significaba trabajar en ZETA. De aquel atentado resultó muerto Luis Valero, el guardaespaldas de Blancornelas. El periodista, de milagro, no perdió su vida.
El ataque vino del Cártel de Tijuana, el grupo criminal en el poder. Estaban enojados por notas que Blancornelas había publicado sobre Ramón Arellano, uno de los líderes, y el más sanguinario del Cártel. Nada fue igual para nadie.
Teníamos que cuidarnos el doble al salir a la calle, podían atacar a cualquiera con tal de darle un golpe al periódico. Nada pasó, al menos no en ese tiempo, lamentablemente años más tarde sí mataron a un Editor de Zeta, Fracisco Ortiz Franco. Yo fui el primero de ZETA en llegar a la escena del crimen, y tomé fotos, qué otra cosa podía hacer, era mi deber... fue muy duro para todos.
Mi trabajo en Zeta consiste en cubrir y tomar fotos para todas las secciones que lo conforman: deportes, espectáculos, política, cultura, y claro, todo lo que tenga que ver con el crimen organizado. El trabajo que envié al Premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI se trata precisamente de eso. La guerra del Cártel de Tijuana se agudizó tremendamente en el 2008 y 2009. En el último trimestre del 2008, la muerte caminaba en Tijuana día y noche.
A cualquier hora recibía llamado a mis teléfonos para informarme de balaceras, muertos, secuestros, cuerpos colgados de puentes, doce cuerpos a un lado de una escuela primaria, y así.
Ha sido una experiencia agotadora, pero yo debo ser testigo, si no muestro con imágenes lo que pasa, menos tomará conciencia la gente y el gobierno.
México está viviendo como nunca antes una guerra sin tregua contra las mafias que controlan el país. El presidente Felipe Calderón se propuso desde el arranque de su administración, acabar con estos grupos. Para ello, el mandatario sacó al ejército a las calles, sustituyendo a policías municipales y estatales, quienes no pueden, o no quieren combatir de frente a los criminales. Sin embargo la tarea está lejos de ser completada, si es que acaso se puede.
El Punto de Quiebre
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