Félix Bautista
Leonel Fernández
No hubo prensa de afuera, pero tampoco de adentro, a pesar de que la figura más importante de ese encuentro lo era el presidente Leonel Fernández. ¿Y eso? Razones habían, y de sobra. Habló Bautista e hizo su recuento, pero aprovechó para decir que el jefe del Estado era su amigo, y que por eso, cuando iban con chismes de esto o de lo otro, los difamadores se iban con el rabo entre las piernas, pues no lograban su objetivo de provocar su desgracia.
El mandatario decía que no, y lo hacía con un alegato incuestionable: “Yo lo conozco”. Es decir, que sabe para lo que da y para lo que no, aun cuando cercanos y distantes lo consideran capaz de cualquier perpetración...
El hijo
Si Félix Bautista le llegó al corazón del auditorio, mucho más al alma del presidente Leonel Fernández, que tomó un turno para consagrar a su colaborador. Dijo que Bautista no podía ser su hijo por razones obvias de edad, pero que lo sentía como carne de su carne, como parte de sus entrañas.
Los testigos exageran, pero hay que afirman haber visto lenguas de fuego como en el Pentecostés, y otros una paloma bajando del cielo como en el bautizo en el Jordán, como si se tratara de una imposición del Espíritu Santo. ( “O eres mi hijo amado en quien tengo complacencia...”). Quienes no lo sabían, ya saben porque Bautista es un hombre de cuidado...
Orlando Gil
Listín Diario
Extracto de su artículo: Reinaldo tiene una pared.
http://listin.com.do/puntos-de-vista/2010/8/23/155845/Reinaldo-tiene-una-pared-en-el-Senado
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