Al reaccionar con sorpresa e indignación ante el reparto de apartamentos de un complejo de edificios de primera categoría construido por el gobierno de Leonel Fernández en una de las zonas residenciales más exclusivas de la ciudad, los medios han calculado que el valor de los mismos ronda los 5.8 millones de pesos.
La estimación está muy por debajo del precio real de inmuebles de esas condiciones y del lugar en que se encuentran.
En este caso, en la avenida Luperón, próximo a Los Cacicazgos, en el extremo oeste de la avenida Anacaona y frente al parque Mirador Sur, el más bello de los pulmones de Santo Domingo.
El valor real de una propiedad se mide actualmente tanto por la zona donde está ubicada como por sus características. En esa zona, el costo aproximado de un apartamento se mide a razón de 200 dólares por metro de construcción.
Si calculamos que cada uno de esos apartamentos tiene entre 200 y 250 metros cuadrados, como una vez se publicó, pudiéramos estar hablando que el precio real de venta, es decir el valor comercial de esos inmuebles, ronda más o menos entre los 500 y los 600 mil dólares, o sean entre 16 y 20 millones de pesos, cuatro veces el monto oficial que aparentemente se le ha dado a cada uno de ellos.
Como se ha dicho, sin desmentido oficial, que las condiciones de entrega supuso sólo un pago inicial de 900 mil pesos, habría que convenir que en realidad el subsidio otorgado a cada beneficiario supera con creces los dos o tres millones que les quedarían como deuda con el Banco de Reservas por el financiamiento del resto del valor de cada apartamento.
Que en las actuales condiciones en que se encuentra el país, con un pueblo forzado al castigo de nuevos impuestos para corregir excesos como el de estos apartamentos y el reparto gracioso e ilegal de pensiones y liquidaciones para una elite adherida al poder, uno está obligado a rogar a Dios que nos salve de una catástrofe.
Miguel Guerrero
La Columna de Miguel Guerrero
elCaribe
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