En el sentido más llano, PetroCaribe establece un mecanismo mediante el cual Venezuela le fía al Gobierno dominicano una parte de un producto que los consumidores nacionales pagan al contado.
Ese mecanismo no implica reducción de precios ni regalo de parte del petróleo, sino que se posterga una parte del pago de la factura petrolera.
Como el Gobierno dominicano toma una parte fiada y vende al contado a partir del precio del mercado, República Dominicana va generando una deuda que actualmente ronda los 3,000 millones de dólares.
Que se entienda bien, PetroCaribe no reduce un centavo al precio del petróleo y el “fiao” no se le traduce al consumidor, por lo tanto la población tendrá que pagar dos veces.
Sin embargo, tiene un gran impacto, pues al no tener el Gobierno dominicano que pagar la totalidad de la factura petrolera la presión sobre la tasa de cambio se reduce y eso tiene un efecto contrainflacionario.
En adición, los intereses de esa deuda son bastantes razonables, por lo que de utilizarse esos fondos para obras o acciones productivas sería fenomenal. Además, está concebido para que República Dominicana pueda pagar en especies, lo que podría garantizar un mercado cautivo a productores nacionales.
Pero la cruel realidad es que no hemos aprovechado las ventajas de PetroCaribe y sólo nos hemos endeudado más.
Los productores no se han beneficiado y el crédito se ha usado para pagar subsidios ineficientes.
Las intenciones de PetroCaribe han sido buenas, pero República Dominicana no las ha aprovechado.
Editorial El Día
http://www.eldia.com.do/editorial/2013/5/5/113524/PetroCaribe
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