Los corruptos de la República Dominicana, los que depredan el erario, han sofisticado su modo operandi, debido a que muchos de sus colegas en otros países han ido a prisión, o han tenido que huir hacia otras latitudes para evadir la justicia. No han tenido que inventar el método, porque sólo tienen que seguir los pasos de quienes les han antecedido en esa “profesión”.
La construcción de obras del Estado es un gran filón para legalizar la acumulación de capitales a partir de las arcas públicas. Se pretexta la inversión y sobrevalúan el costo de las mismas.
Para ampliar aún más el saqueo, los zares de las “contratas” oficiales violentan las normas de calidad de las mismas y al cabo de poco tiempo se inicia el deterioro, para volver a reconstruirlas.
Usan la modalidad de las subcontrataciones, firmando con testaferros de sus propias compañías, creadas para encarecer los costos y ocultar el destino final de los beneficios.
De manera que el funcionario corrupto elabora los proyectos, se los contrata así mismo a través de testaferros, se supervisa y finalmente cobra a través de sus compañías las sumas estipuladas en los contratos que él mismo suscribe.
Los corruptos se han vendido a sí mismos las empresas públicas o se han asociado con nacionales o extranjeros para hacerse accionistas de las compañías que las han adquirido a precios de “vaca muerta”.
Cuando pueden, se deciden por esta última opción, porque les arriesga menos y simplifican el lavado directo del robo al Estado y la recepción del soborno de la corporatocracia.
Y para lograr la impunidad se han blindado con el Poder Judicial, con el contubernio y la cobertura de cierta prensa bajo su control y “opinadores” venales que son parte del tinglado corrupto oficial.
Anulfo Mateo Pérez
(anulfomateo@gmail.com)
El Nacional
www.elnacional.com.do
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2013/8/24/170357/Esquemas-de-la-corrupcion
Foto: Otto Pirón
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