Un grupo de personas que acudió a una actividad para respaldar al expresidente Leonel Fernández, ante el anuncio de que otro grupo dijo iría a repudiarlo, realizó un inaceptable ataque contra varios periodistas, fotógrafos y camarógrafos que estaban cubriendo las incidencias.
Las pasiones que presidieron ambas convocatorias auguraban un desenlace poco civilizado.
La Policía Nacional en esta oportunidad, como en otras similares en la que están envueltos militantes de partidos políticos, actuó con mucha pasividad (si es que se puede decir que actuó).
Agredir a periodistas demuestra un desprecio por las más elementales normas de la democracia y de la convivencia.
Estos episodios no pueden pasar como parte del anecdotario político dominicano. Dejarlos impunes, como cualquier otro delito, solo contribuiría a alentar que se repitan en otra oportunidad.
La sociedad en su conjunto, incluso los que tienen afinidad política con los agresores, deben repudiar de manera tajante y firme ese accionar propio de la barbarie política.
En la más reciente Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se denunciaron agresiones similares a periodistas dominicanos en meses pasados y se seguirán denunciando hasta que todos los actores sociales entiendan que la libertad de prensa está estrechamente vinculada a la libertad de expresión, derecho que se ejerce para exigir los demás derechos.
Condenemos con firmeza esos atropellos.
Editorial El Día
El Día.com.do
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