Quirino Ernesto Paulino Castillo salió de la cárcel en enero del 2014, cumplió menos de 10 años de prisión por traficar más de 33 toneladas de cocaína. Aquí eso solo es posible para quienes trabajan con las autoridades o cooperan con ellas delatando a sus cómplices.
Su ofensiva mediática contra el expresidente Leonel Fernández sin dudas forma parte del acuerdo que habrá hecho con las autoridades para obtener su libertad. Los leonelistas prefieren creer que esta es “una campaña de descrédito” contra su líder, cuando en realidad es algo mucho más serio. Según Quirino, Leonel es su cómplice en el tráfico de las 33 toneladas de cocaína porque recibió dinero a cambio de protegerlo. Aquí cualquier denuncia anónima pone en movimiento la acción de la justicia; acusaciones como las que públicamente lanza Quirino tendrán serias consecuencias para el exgobernante dominicano.
Y cuando se dicen cosas como las dichas en público, uno debe preguntarse, ¿y qué cosas no le habrá dicho Quirino a las autoridades? Quirino fue al Consulado Dominicano en Nueva York en diciembre pasado a cambiar su cédula de militar a civil, estuvo acompañado de dos agentes de seguridad. Él está en el programa de protección de testigos, no puede hablar lo que quiera, lo que dijo debió ser aprobado por las autoridades. Este no es un problema entre Leonel y Quirino, este problema es entre Leonel y las autoridades estadounidenses.
Quirino señaló al enjuiciado senador Félix Bautista como un mensajero que habría ido a su casa a buscar dinero a nombre de Fernández.
Lo que ha revelado Quirino es nuevo para los dominicanos, pero no debe serlo para las autoridades estadounidenses. Esto quizá explique por qué “actualizaron” el tratado de extradición el año pasado. Aquí faltan muchas cosas por verse, esto recién empieza.
J. C. Malone
TESTIGO DEL TIEMPO
Listín Diario
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