El Presidente de la República firmó un indignante decreto en el que pone en retiro con disfrute de pensión a cuatro altos oficiales de la Policía Nacional acusados de encabezar el robo y posterior comercialización de al menos 950 kilos de cocaína.
El Ministro de Interior y Policía y el Jefe de la Policía se despachan diciendo que “la disposición va acorde con la ley policial” que indica que cuando los oficiales son separados de la institución por una “falta” preservan esos beneficios.
Estos dos funcionarios, para justificar tal indignidad, equiparan una “falta” con un “crimen”.
Las faltas como tal se enmarcan en el aspecto disciplinario, en los reglamentos internos. A estos oficiales se les imputa un crimen tipificado por la ley 50-88 como narcotráfico.
De esa interpretación a conveniencia que ha dado la Policía Nacional a su ley orgánica se han beneficiado numerosos oficiales delincuentes, criminales, asesinos y narcotraficantes.
¿Cómo es posible que el presidente Danilo Medina haya estampado su firma en un decreto que premia de por vida a oficiales acusados de haber cometido un crimen que daña a la sociedad en su conjunto y que además dejó mal herido el honor de la Policía?
Señor Presidente, de mantener vigente ese decreto el efecto inmediato es contribuir a enviar el errado mensaje de que el crimen sí paga.
Si finalmente esos oficiales resultan ser inocentes, lo justo es reintegrarlos como activos y hasta pagarles los salarios de manera retroactiva, pero lo que ahora se ha hecho es una indignidad.
Editorial El Día
El Día
No hay comentarios:
Publicar un comentario