La firma encuestadora Asisa, de conocidos vínculos con el expresidente Leonel Fernández, ha vuelto al ruedo con un pronóstico electoral que contradice los hallazgos de cuantas otras empresas del ramo operan en el país. Anticipando lo que sería émulo del “milagro de los panes y los peces”, esta compañía vaticina que el expresidente ganaría las elecciones del año próximo en la primera ronda de votación con más de un 50% del sufragio, en cualquiera de los posibles escenarios que pudieran presentarse. ¡Atiza! ¡Qué cosas las de Asisa!
Esta firma, al parecer, funge como un antídoto a la baja de ánimo en la que suele caer el exmandatario cuando la realidad pulveriza la magia que lo rodeó en sus tiempos de gloria, y los sondeos lo muestran descendiendo en el aprecio del público a tal nivel que pudiera decirse a punto de encontrar petróleo. Es el bálsamo ideal para la depresión. Si la predicción de Asisa se acercara a lo que realmente siente y espera la gente de las próximas elecciones, tendríamos que concluir que todas las demás firmas encuestadoras, están pagadas para dañar la imagen y las posibilidades electorales del señor Fernández, o simplemente realizan su trabajo de campo en otro país, y todos sabemos que se trata de empresas acreditadas a nivel internacional y local.
Los medios que usan los servicios de la PSB, Gallup, Greenberg y el Centro Económico del Cibao conocen sus excelentes acreditaciones y saben que las tres primeras no pondrían en juego su reputación por un mercado tan pequeño como el dominicano, prestándose a predicciones tendenciosas, reñidas con la realidad. Si Asisa le sirve al expresidente, a sus patrocinadores y seguidores, para elevar el ánimo e inducir a cambios en la percepción de lo que se vive y observa, es problema de ellos. Pero que se la use públicamente para influir en la decisión del partido gobernante en la elección de su candidato, son palabras mayores, travesuras de Asisa.
Miguel Guerrero
La Columna de Miguel Guerrero
elCaribe
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