El Comité Político del PLD prorrogó hasta el 19 de abril el debate del tema de la reelección presidencial. Ciertas restricciones explican esa prórroga.
Es obvio que en ningún caso el debate implicaría reflexiones sobre el destino del país, ni preocupaciones acerca de las culpas graves del PLD en el hundimiento social que registra República Dominicana en el presente.
Medio mundo sabe de la impunidad impuesta por las gestiones gubernamentales del Leonel Fernández y Danilo Medina.
Fernández nombró a puro dedazo sus pregonadas altas cortes precisamente en prevención para no ser afectado, ni él ni sus más allegados funcionarios, por cualquier acusación que en su contra partiendo de los tantos hechos en que el rumor público y las vivencias ciudadanas advirtieron irregularidades dignas de ser ventiladas en los tribunales.
También se sabe de la cura preventiva de Fernández interviniendo en el universo del ejercicio periodístico, llevado hoy a lo que más se parece a una ciénaga moral.
Tras juramentarse Danilo Medina como Presidente de la República, alguna gente, muy poca, pensó que los dominicanos podían aspirar a que la justicia abordara la corrupción desparpajada de gestiones anteriores.
Pero Danilo Medina se adelantó a proclamar su rechazo a tirar piedras hacia atrás. Esto no sorprendió absolutamente a ningún ciudadano conocedor de la naturaleza corrupta que ya sellaba a una alta proporción de la cúpula morada.
Lo de no tirar piedras hacia atrás, también se interpretó en círculos de críticos con la vieja expresión de que los bomberos “no se pisan sus mangueras”.
Los párrafos precedentes y otros tantos hasta llenar “un listín”, pueden testimoniar la realidad vivida en este país, particularmente de lo que nominalmente le llaman “Justicia”.
Como no hay crimen perfecto y en el panorama dominicano intervienen múltiples vertientes, algunas con eventualidades impredecibles, quienes controlan el poder no están siempre exentos de ser salpicados por determinadas circunstancias.
Reflexione además: una cosa piensa el burro y otra el bodeguero, cuando los intereses los arrastran a diferendos circunstanciales. Así pues, la prórroga del tema reeleccionista anunciada por el Comité Político morado, se originó por apuros y factores cursantes en ambos lados.
Raúl Pérez Peña (Bacho)
PANCARTA
Listín Diario
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