El gobierno de Venezuela, que encabeza Nicolás Maduro, sigue cometiendo abusos contra las libertades públicas, como acaba de ocurrir con la sentencia condenatoria contra el líder opositor Leopoldo López, condenado a 14 años de prisión por encabezar protestas pacíficas contra el régimen.
Es inaudito lo que acaba de hacer el gobierno venezolano. ¿Cómo justificar una injusta de esta dimensión, en este tiempo, mientras el gobierno que ha sido inspiración de los chavistas y maduristas, el régimen cubano, está caminando por el sendero de la flexibilización?
El papa Francisco visitará próximamente Cuba, y con ese motivo el gobierno que encabeza Raúl Castro anunció una apertura poniendo en libertad a miles de presos.
La información que ha llegado a los medios de todo el mundo indica lo siguiente:
“El Gobierno de Cuba indultará a 3.522 presos con motivo de la visita del papa Francisco a la isla, según un acuerdo del Consejo de Estado divulgado hoy en medios oficiales.
En las próximas 72 horas se hará efectivo ese indulto, según la información oficial, a presos con más de 60 años de edad, menores de 20 años sin antecedentes penales, enfermos crónicos, mujeres, reclusos que iban a obtener libertad condicional en 2016, así como extranjeros siempre que el país de origen garantice su repatriación”.
Pero el gobierno de Venezuela ha mantenido en prisión durante más de un año al joven dirigente político Leopoldo López, por incitar a la protesta contra el régimen. Le han inventado varias acusaciones, pero todo el mundo sabe que la razón de la prisión, y ahora de la condena, es de carácter político.
Varios organismos internacionales han hablado con mucha claridad sobre la prisión injusta contra Leopoldo López. Lo han declarado preso de conciencia. Nadie con prueba puede decir que haya incitado a la violencia. El proceso ha sido jurídicamente débil, inconsistente y burdo, para no llamarlo una patraña de bajas pasiones políticas.
El gobierno venezolano tiene múltiples problemas que debe afrontar, especialmente relacionados con la corrupción administrativa, con el desabastecimiento general de alimentos y productos, la quiebra moral de la sociedad venezolana, la huida persistente de miles de personas de ese país, hacia naciones vecinas, incluyendo Colombia, que tiene frontera con Venezuela. Ahora, para complicar más el panorama Maduro ha tomado medidas abusivas contra ciudadanos colombianos que comparten frontera con Venezuela.
El régimen político de Venezuela deberá revisarse. El camino que transitan no es el de solucionar los graves problemas de ese país, sino el de la confrontación y la violencia. Declarar la prisión de 14 años contra Leopoldo López es un acto de violencia política y jurídica que toda nación democrática y civilizada debe evitar.
Con Leopoldo López los dirigentes venezolanos andan desorientados, no saben qué hacer, y por eso han decidido condenarlo. No se dan cuenta que están construyendo el camino de un mártir, si terminan de asesinarlo, o de un héroe redentor, pues podría salir de la cárcel al Palacio de Miraflores.
Editorial Acento
Acento
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