Lecciones de Miranda
1.- La lucha ambientalista por Loma de Miranda es coyuntural. Lo que importa son sus resultados a largo plazo.
2.- Aunque a nivel de las clases con poder el presidente se ha comportado como un “Estadista”, a nivel popular el Presidente aparece como un hombre que quiere, como su antecesor, estar con Dios y con el diablo.
3.- El resultado inmediato es que al acariciado proyecto de reelección, se le ha echado un jabón en la sopa, brillante maniobra de los adversarios del Presidente.
4.- Más a largo plazo, el resultado es un asqueamiento general con lo político y los Partidos, y un fomento del apoliticismo en el pueblo y de desprecio de la política como efecto desmovilizador. “Todos son iguales”. “Yo con la política no tengo nada que ver”.
5.- Este desprecio por la política prepara al pueblo para otros protagonistas “apolíticos”, que siempre han soñado con hacer del Estado su gran negocio. Collor de Mello en Brazil, Martinelli en Panamá, Pineyra en Chile, son claros ejemplos, sólo que su angurria mercantilista hizo que metieran la pata y el pueblo los destituyó.
6.- Lo que hay que entender es que lo que está en juego es la soberanía de la nación, y que Loma de Miranda, como Bahía de las Águilas, son todos hitos de una lucha donde ya el 43% de los recursos medioambientales del país está
concesionados a compañías extranjeras.
7.- Loma de Miranda es importante como espacio de articulación de las fuerzas que luchan por la soberanía nacional. El agua es un elemento central, pero no es la Patria y hay que dar el salto para no quedarse estancados en esta reivindicación fundamental, o desmovilizados.
8.- Hay que desglosar, estudiar y reflexionar sobre Bolivia. Allá la lucha contra la privatización del agua, del gas, el hambre y la pobreza, articuladas por la reivindicación de lo indígena (que en nuestro caso sería del mulataje), desembocó en una Asamblea Constituyente, donde cada sector retuvo su protagonismo particular, su causa específica sin perder el norte.
9.- Todas las organizaciones bolivianas permanecieron como lo que eran, movimientos sociales. Entendieron que sus luchas particulares reinvindicativas eran políticas, que no tenían que fragmentar sus conciencias, sino aunarlas para construir.
¿Construir qué?
- Primero, la confianza y hermandad entre los sectores en lucha; – Segundo, una base programática común; - Tercero: un Foro que avanzara hacia una Asamblea Constituyente; -Y cuarto un movimiento donde convergieran todas las luchas, todas las tendencias, todas las reinvindicaciones, que no perdiera su carácter popular, que no se “institucionalizara”, “onegeizara”, que no perdiera su carácter de clase.
Chiqui Vicioso
luisavicioso21@gmail.com
El Nacional.com.do
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