Ante las graves imputaciones hechas por el señor Quirino Paulino contra el ex presidente Fernández y varios de sus allegados, hasta ahora por ellos no seriamente refutadas, parecería que la estrategia de este último y de su partido ha sido la de apostar a que las mismas se evaporen con el tiempo y se pierdan en el aparente corto alcance de la memoria del dominicano. Sin argumentos, por el momento, parecería que no advierten que mientras más tiempo pasa sin refutarlas, más se acerca el ineludible periodo electoral tornándose el tsunami desatado por Quirino más presente, amplio y devastador.
Algunos seguidores de Fernández argumentan que lo importante no es discutir si son ciertas o no las imputaciones de Quirino, sino si este está o no calificado para acusar, que todo forma parte del “plan norteamericano para fusionar la isla”. Más que pobreza argumental esto es desfachatez y expresión del desquiciamiento moral e intelectual de determinados personeros de la clase política dominicana y de la sociedad misma. Esos infelices argumentos, el silencio todos los implicados en las imputaciones de Quirino y más que todo, las condiciones en que este último vive una limitada libertad que le impiden declarar cosas contrarias a las ya hechas para obtenerla, refuerzan la percepción en la gente de la posible veracidad de mucho de lo que este afirma.
En esa circunstancia, el olvido es imposible y sin esperar una condena legal/formal la opinión pública ha comenzado a hacerlo, que es lo esencial desde el punto de vista político y abarcará a los hasta ahora nombrados por Quirino, incluyendo al PLD y sus gobiernos. Sólo un desmentido categórico, sin dejar dudas, podría limitar significativamente el impacto corrosivo que el llamado Quirinazo está produciendo no sólo en la imagen de Fernández, sino en todas las instituciones del Estado, abarcando a todo aquel que de una u otra manera haya sido nombrado por Quirino, o sea, al sistema político. Eso no lo detiene una incierta apuesta al recurso del olvido, el silencio de los imputados ni el de la generalidad de la prensa escrita.
Sin haberlo desmentido ninguno de los directamente imputados, Quirino ha dado detalles de los lugares donde dice haberse encontrado con algunas figuras y las formas que dice haberles hecho donaciones. Mientras tanto, desde ya el Quirinazo es un elemento de campaña electoral, las redes sociales, en las modalidades en que esta nueva forma de comunicación actúa ya han iniciado este proceso, pudiéndose pensar que en la medida avance este año pre electoral, el efecto Quirino será cada vez determinante en las próximas elecciones y en el futuro del político del país.
La oposición ha reaccionado en ese sentido, pero cada quien encauzando agua para su propio molino, como le es habitual, cuando lo que debería hacer es analizar conjuntamente la nueva coyuntura y en la medida de lo posible, coordinar sus acciones para incidir en la misma de manera efectiva, creando un movimiento de masas que demande al Ministerio Público y al presidente Medina sus respectivas responsabilidad en el esclarecimiento de esta polvorera, como sucedería en cualquier país medianamente institucionalizado.
Sin apostar al olvido.
De nuevo el país se encuentra en una coyuntura con potencialidad de hacer que la población salga del estado de inmovilismo que dura una década, que sólo es capaz de emocionarse en unos procesos, cuyos resultados, en general han sido globalmente negativos para el pueblo. En el mundo se siguen dando procesos de luchas de masas en las calles, procesos electorales altamente estimulantes para sus pueblos y sin embargo en este país se mantiene un sistema político cerrado, en manos de una cáfila política corrupta.
Esa circunstancia tiene múltiples explicaciones y creo que nuestra incapacidad de ponernos de acuerdo en cosas políticamente trascendentes, podría ser una de las razones que explican la circunstancia arriba enunciada. Si las imputaciones de Quirino son ciertas, como muchas afirman categóricamente y otros lo insinúan casi afirmándolo, se debería ser consecuente con esa actitud y pensar en las consecuencias que para este país podrían tener este Quirinazo, de ser esencialmente cierto. Si a pesar de las potencialidad que este tiene para producir un cambio en el país, se cae en el olvido por la acción de los implicados y por la dispersión de la oposición, que “dios nos agarre confesaos”.
César Pérez
Hoy