sábado, 30 de mayo de 2015
Cleptocracia gobernante auxiliará PRD y PRSC
Imagine el lector que en los comicios generales de mayo de 2016 Miguel Vargas Maldonado y Quique Antún participen solos en representación del PRD y el PRSC respectivamente, ambos partidos perderían la personalidad jurídica y dejarían de recibir las multimillonarias asignaciones que abona actualmente la JCE del dinero del Estado.
La cleptocracia gobernante que encabeza el PLD no puede permitirse que le ocurra esta situación a dos socios que de una u otra manera han hecho aportes significativos para que se mantengan en el poder, si bien es cierto que el PLD es el único responsable de la destrucción de ambas organizaciones, mantenerlos con dinero propio o por medio de contratas públicas es más pesado y riesgoso.
El PRSC y el PRD están en la misma situación en que se encuentran todos los partiditos familiares que conforman el Bloque Progresista, ninguno de sus miembros tienen calidad ni cantidad política independientes. Tómese como ejemplo la Fuerza Nacional Progresista, su votación nacional en los comicios presidenciales de 2012 fue de 33,170 votos, un pírrico promedio de mil votantes por provincia. El partido de los vincho apenas alcanzó un 0.73% del sufragio total.
Todos aquellos que auparon a Miguel Vargas Maldonado y que lo estimularon para que traicionara a su partido hoy están sumamente preocupados por la situación de este y de su PRD, tan grande es el deterioro en que se encuentran, que la cleptocracia gobernante está urdiendo conformar un "Gobierno de Unidad Nacional", con el único fin de auxiliar al PRD y al PRSC, este último, luego de la salida de uno de sus más destacados dirigentes, Amable Aristy Castro, se ha reducido a unos cuantos miles de militantes y simpatizantes.
La cleptocracia que gobierna desde 2004 da por seguro su triunfo para el año entrante y dará la mano a sus socios políticos en desgracia, busca confundir a la opinión pública internacional cobijando ventorrillos políticos para dar una apariencia de gobierno de consenso donde participan todos los sectores de la vida nacional.
Esta es la línea política trazada luego de haber sepultado políticamente a Leonel Fernández y de encaminarse el presidente Danilo Medina a reformar la Constitución que permita su reelección. El jefe del Cuartel de Guerra Mediática de los cleptócratas ya dio los avances de los propósitos.
Luis Del Monte / Desde La República Dominicana
viernes, 29 de mayo de 2015
Diplomático muestra verdadera cara de la cleptocracia gobernante / Vídeo
Eduardo Miguel Villamán Fadul es Auxiliar Consular designado en EE. UU. con sueldo de US$920.00, con asiento en Santiago de los Caballeros, pasaporte diplomático y todos los privilegios de un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Vehículo de Eduardo Miguel Villamán Fadul, con placa oficial.
La cleptocracia que gobierna en la República Dominicana desde 2004, creada por el Partido de la Liberación Dominicana conjuntamente con el Bloque Progresista y una parte considerable de la oligarquía dominicana, quedó al descubierto en un vídeo tomado por agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET).
Toda la arrogancia, prepotencia, autoritarismo y represión de los miembros privilegiados del régimen fue expresada sin ningún recato al país por el Auxiliar Consular Eduardo Miguel Villamán Fadul, hijo de la dirigente reformista Rosita Fadul, sobrino del ministro de Interior y Policía y miembro del Comité Político del PLD, Monchy Fadul.
"¡Buena mierda, usted es un mojón, y usted también es un mojón!" Así se dirigía el diplomático que portaba una gorra de la Policía Nacional a dos agentes de la autoridad, dos policías de Amet.
"¡Déme el nombre suyo!" "¡Usted no sabe con quién se mete!"
Y como si fuera poco, agrede a uno de los agentes de AMET con su vehículo.
Desenlace del incidente
a) El agente de AMET desistió de querellarse contra el sobrino del ministro de Interior y Policía por la agresión recibida .
b) El señor Villamán Fadul no fue sometido a un examen de sangre para determinar qué sustancia desconocida le provocó tan salvaje comportamiento ciudadano.
c) Se espera que su acción quede sin sanción, y que el tiempo y el olvido completen la impunidad total.
d) La actitud de este diplomático nombrado en Estados Unidos con asiento en Santiago, cobrando en dólares, con matrícula de vehículo oficial e insultando a las autoridades oficiales y usurpando funciones con una gorra de la Policía Nacional, es típica de los miembros de la cleptocracia gobernante, así cómo, el hecho de que incurran en múltiples violaciones a las leyes y no reciban castigo alguno.
Que quede este vídeo para la posteridad.
Luis Del Monte / Desde La República Dominicana
Vídeo: Diario digital Acento
Fotos: Capturas del vídeo de Acento
El triunfo de un silente estratega
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Aun quienes solo conocen los rudimentos del popular juego de dominó saben que, extrapoladas sus reglas al ámbito político, en las negociaciones que pusieron fin aparente al conflicto en el oficialista Partido de la Liberación Dominicana, el presidente Danilo Medina trancó con doble y ganó la partida.
Menos de 72 horas después de un discurso autorreferencial desde la primera hasta la última frase, el expresidente Leonel Fernández ha debido recoger sus bártulos principistas y avenirse a un acuerdo que solo le deja en las manos las fichas del perdedor.
En primer lugar, y sin considerar los 15 puntos del documento firmado por los 35 miembros del Comité Político, Fernández no tiene ahora, ni tendrá en el futuro, modo alguno de explicar su inopinada renuncia a reivindicar como precepto democrático innegociable la sujeción de la reforma al referendo aprobatorio. La suya es deserción pura y simple. Aun cuando la embocen, nada podrá ocultar el rictus de la derrota política. Danilo Medina, artífice de su triunfo en 1996, se cobra con creces, pero sin aspavientos, la deuda contraída por Fernández en el 2008. El hombre del “palo” tiene la sierra en las manos, y la usa.
Revisados los 15 puntos del acuerdo, es tarea ardua espumar aquellos que definan el perfil “ganador” de Fernández. Que aligeren la pesada carga de su admitido desistimiento a continuar jugando una partida sin posibilidad de ser ganada. Que preserven su estatura de “líder” iluminado, émulo ético de José Martí cuando frente a los indecorosos partidarios de modificar la Constitución para allanarle el camino a Medina, levanta el “principio” insobornable de no producir cambio alguno sin antes consultar al soberano.
“Eso, naturalmente, sería sumamente peligroso para el porvenir de nuestro pueblo. Sería nefasto. Sería catastrófico, ya que dejaría las posibilidades abiertas para que en la posteridad surja algún aventurero que modifique de nuevo la Constitución, pero esta vez para establecer la reelección indefinida, e intentar perpetuarse en el poder”, afirmó enfático en su discurso para referirse a la aprobación de la Ley de convocatoria sin mayoría calificada y sin convocar un referendo aprobatorio popular que impidiera un “ Trujillo del siglo XXI, que vendría a cercenar nuestras libertades, a mutilar nuestra dignidad y a truncar nuestro porvenir como pueblo”.
Nada, absolutamente nada en el acuerdo pactado a unanimidad por el todopoderoso Comité Político peledeísta, obliga a considerar orgánica la ley que convoca la asamblea revisora (aprobada ya sin remisión por el Senado antes de conocerse el resultado de la componenda), y la exigencia al referendo enceguece (no solo brilla) por su ausencia.
¿Concesiones?
Trancado el juego con el doble de Medina en el primero de los 15 puntos del acuerdo, el segundo es una concesión para dummies. El lenguaje en que está redactado es ambiguo y saca a la superficie su propósito políticamente caritativo. El inicio “oportuno” (¿las calendas griegas?) de la modificación de los artículos constitucionales 270, 271 y 272, en particular este último, obligan a convocar un referendo aprobatorio que, si esta sociedad se pone las pilas –y no hay que dudar de que las tenga puestas cuando el momento llegue— podría tirar por la borda el sueño leonelista de meterse en un bolsillo los derechos ciudadanos.
Tomados uno por uno los acuerdos referidos a la repartición interna de poder, la perspectiva para Leonel Fernández no es más halagüeña. Ni siquiera el punto 12, relativo a la conformación de los equipos de campaña que, en este 2016, deja en sus manos la dirección de las candidaturas congresuales y municipales, es ganancia con réditos futuros. Que esas candidaturas estén económicamente bien provistas depende del Ejecutivo, es decir, de Danilo Medina y su equipo. Sin recursos, la dirección de campaña que toca a Fernández en las próximas elecciones está “pintada en la pared”. Holograma del deseo del expresidente. Carta en la manga de Medina, el dueño de la sartén y del mango.
Seamos realistas: en el PLD, la mística boschista de los círculos de estudios de impronta leninista fue mandada a paseo hace tanto tiempo como 1990, cuando las desbordadas apetencias de una pequeña burguesía que abría los ojos a las ventajas personales del poder hicieron renunciar a un Juan Bosch, desconcertado y dolido por el fracaso de su obra.
El martes 26, la votación en el Senado sobre la ley de convocatoria fue un apoplético revés para Fernández. Inhabilitado –21 contra 10 fue demasiado—, el acuerdo anunciado este jueves es el triunfo incontestable de un silente estratega, para algunos taimado, sobre el embobamiento de este Narciso tropical, canoso y mulato.
Margarita Cordero
7dias
jueves, 28 de mayo de 2015
Leonel Fernández no acepta que su ciclo como líder terminó
La división de los partidos en nada contribuiría a mejorar la situación del país. Por el contrario, sería muy negativo para el proceso electoral. En los próximos comicios estarán en juego más de cuatro mil posiciones electorales, incluyendo las del Poder Ejecutivo, en una sola jornada de votación. Si los partidos se dividen o no logran resolver sus diferencias internas el panorama sería mucho más complejo y complicado, con un balance difícil de calcular.
Por esa y otras razones, la situación planteada por el expresidente Leonel Fernández, poniendo al borde de un rompimiento la unidad en el partido gobernante al rebelarse contra una decisión del Comité Político del PLD, su máximo organismo ejecutivo, más la división que fraccionó al principal partido de oposición a raíz de las elecciones pasadas, puede derivar en un clima de confrontación política de alto riesgo para la estabilidad que requiere un proceso diáfano que sea garante de los derechos de todos los actores del proceso. Fernández se ha opuesto a la reforma de un artículo de la Constitución planteada por su partido para permitirle al presidente Danilo Medina optar por un segundo mandato consecutivo. La aprobación de esa reforma en nada perjudicaría a Fernández, pues le permitiría medir su liderazgo con el del jefe del Estado en unas primarias para decidir la candidatura.
Su desafío a la directriz asumida por el partido que él preside exigiendo la realización de un referendo como la vía idónea para llegar a la reforma, no responden, como alega, a cuestiones de principios ni tiene sentido su pretensión de convertirse en guardián de respeto a la Carta Magna, porque el procedimiento que él usó para reformar la constitución anterior y hacer una nueva, no incluyó lo que él ahora le exige a su propio partido. El caso es sencillo, Fernández no acepta que su ciclo como líder terminó. Y quiere forzar una situación de tranque para imponer su candidatura.
Miguel Guerrero
La Columna de Miguel Guerrero
elCaribe
Caricatura: José Mercader
El Clamor del Pueblo vs el Guardián de la Constitución
El país está en ascuas. Es necesario pisar fino para no quemarse los pies con una brasa ardiendo. Pero en el mundo de hoy lo real no existe sino como una abstracción que organiza muchas cosas a su alrededor. Leer lo que está pasando ahora mismo es introducirse en ese complejo entramado de informaciones, hechos, réplicas y contraréplicas, retículas de poderes, tácticas y estrategias, etc; todo solapado en gran medida en el complejo semiótico de la lucha por el poder.
Esa, sin embargo, es la apariencia. Danilo Medina enfrentado a Leonel Fernández ya no encarna la misma confrontación que se verificó en el 2008. El danilismo está muy lejos ahora de aquellas dos lágrimas cansadas, que colgaban de las mejillas de quien es en este instante Presidente de la República, la noche en que tronó diciendo: “Me derrotó el Estado”. Ambas facciones ya han probado las “mieles del poder”, y pertenecen a la misma estirpe. Una buena parte, pues, de lo que está ocurriendo ante nuestros ojos no necesita ser justificada, ha sido creada, manipulada, organizada como un engendro del poder. No podemos confundir el efecto con la causa. El efecto es convertir la reelección en un “clamor del pueblo” y un territorio de confrontación jurídica; pero la causa es la continuidad del modelo de dominación social implantado por los doce años de leonelismo. Ese modelo tejió para el PLD una retícula de poder exitosa. Subordinó todo el tinglado institucional del país a los intereses del grupo dominante, legitimó la corrupción, enriqueció a la cúpula partidaria, originó acumulación originaria de capital que permitió crear grupos económicos pujantes, convirtió al Estado en fuente de financiamiento del partido, y se constituyó en garantía de los triunfos electorales.
De las bonanzas que ese modelo generaba los danilistas habían sido únicamente beneficiarios marginales. Si el danilismo sobrevivió a la embestida del Estado y permaneció como proyecto, fue porque contó con la “inversión” de rentistas que creyeron en su opción de poder. El danilismo no es un pensamiento, no es una propuesta de redención social, no encarna un imaginario ideológico que apunta a la liberación. Ni siquiera aspira a ser un referente ético de la acción política. Es una práctica, un proyecto político-económico cuya fuente de explotación es el Estado. Contrario al leonelismo, que forjó su costado económico desde dentro de la administración del presupuesto público expandiendo la corrupción, el danilismo arribó al poder con sus rentistas para quienes el Estado es tan solo una oportunidad de negocios. Al danilismo el modelo de dominación leonelista le viene como anillo al dedo. Danilo no lo ha tocado en lo más mínimo, y lo reproduce y le pelea el espacio.
Por lo que Leonel Fernández y su grupo quieren volver al poder es exactamente lo mismo por lo que Danilo Medina y su grupo quieren quedarse. Gonzalo Castillo, José Ramón Peralta, José Manuel González Cuadra, José del Castillo Saviñón, Carlos Amarante Baret, y muchos otros; pueden proclamar que la reelección es una “jornada patriótica”. Pero eso no es más que lo que Michel Foucault llamó “discurso-poder”, un recurso de legitimación que emplean todos los grupos dominantes. No existe poder sin retórica propia, y los discursos con los que los modelos jurídicos se legitiman, son las máscaras con las cuales el poder se presenta. Leonel es “el guardián de la Constitución”. Danilo Medina responde al “clamor del pueblo”. Ambos son el mismo modelo. La sociedad no es más que un sistema de fuerzas y poderes, y por debajo de esa retórica se esconde la mano férrea de la dominación. Lo real es que los dos grupos hegemónicos dentro del PLD practican la misma explotación del Estado. El danilismo no tiene ninguna sucesión que le garantice seguir disfrutando del modelo que erigió Leonel Fernández, y se lleva por delante todo el marco de la Constitución para mantenerse con el dominio del presupuesto. El leonelismo tiene urgencia de regresar al Gobierno del aparato del Estado, oxígeno y cordón umbilical de su riqueza. Para el leonelismo es de vida o muerte; para el danilismo, que se le abrió el apetito, es la consolidación y el pago exhaustivo a sus rentistas y militantes que invirtieron en el proyecto. El objetivo es el dominio del presupuesto.
Uno sabe que el poder se ejerce más bien que se posee. Hay que conocer la esencia para entender la apariencia.
Andrés Luciano Mateo
Hoy
Foto: Art by Marihal
miércoles, 27 de mayo de 2015
Es que nadie más en el PLD sirve para presidente?
Leonel Fernández devuelve la pelota
Los abogados constitucionalistas no concuerdan en si la Constitución dominicana actual establece que la ley de reforma es orgánica, ni tampoco en si la modificación sobre la reelección necesita referendo aprobatorio.
La Constitución de 2010 es tan larga que olvidaron precisarla. Los principales arquitectos fueron el Congreso actual que la aprobó y el expresidente Leonel Fernández que la promovió y promulgó. Ahora Fernández se erige en protector de lo que no establece claramente la Constitución, y lo hace a su conveniencia. Ha tirado la pelota al danilismo y al Comité Político que él mismo preside.
Primero reitero mi opinión general sobre el tema: no estuve de acuerdo con la reforma constitucional de Hipólito Mejía en 2002 porque su objetivo fue exclusivamente cambiar el artículo sobre la reelección para beneficio propio. No estuve tampoco de acuerdo con la reforma constitucional que impulsó Leonel Fernández en 2009-2010 porque su objetivo fundamental fue rehabilitarse electoralmente, ya que había agotado todas las posibilidades de reelección después de 2008. Quería volver al poder y para eso tenía que reformar la Constitución.
Con más inteligencia política que Mejía, Fernández promovió una supuesta reforma constitucional integral con la participación de notables del derecho nombrados por Fernández y “consultas populares” patrocinadas por la Presidencia de la República.
A pesar de las peticiones para reformar la Constitución mediante una Asamblea Constituyente y que el nuevo texto constitucional se aprobara en un referendo, Fernández hizo caso omiso y procedió a modificar la Constitución sin la participación ni la validación popular. Sorprende pues ahora su apoyo a la soberanía popular.
El llamado pacto de las corbatas azules entre Leonel Fernández y Miguel Vargas sirvió para coronar el supuesto gran pacto político mediante el cual se reformó la Constitución. Pero en aquel momento Vargas no era presidente del PRD, aunque actuó como tal sin serlo.
La Constitución de 2010 es un texto fundamentalmente conservador lleno de adornos progresistas (a este asunto me he referido en artículos anteriores). Producto de esa Constitución, Fernández se rehabilitó para poder buscar una cuarta postulación como lo intenta ahora; y eso se ha convertido en la manzana de la discordia en el PLD.
Si Fernández no cambió la Constitución en 2010 para beneficio propio como dijo en su reciente discurso, y si la idea de restablecer la reelección indefinida (no consecutiva) no fue suya, entonces la evidencia de que su planteamiento es genuino sería no buscar una nueva postulación en 2016. Pero ¡oh no!, desde que salió del poder en el 2012, no cesa en sus afanes de volver.
Ahora se erige en intérprete de la Constitución y declara que la ley de reforma es orgánica, es decir, que requiere dos terceras partes para aprobarse, y que es necesario un referendo aprobatorio. Establecer este argumento correspondería al Tribunal Constitucional, cuyos miembros fueron todos nombrados por el propio Fernández en base a la Constitución de 2010.
Con su discurso, Fernández devuelve la pelota a los danilistas y les complica el juego político. Los leonelistas en el Congreso asumirán la posición de Fernández, no habrá unidad peledeísta, y será muy difícil lograr las dos terceras partes para la reforma constitucional.
Mi opinión final: para demostrar el institucionalismo y el desinterés histórico que propaga, Fernández debería probarlo no postulándose en el 2016; fue él quien promovió y promulgó la Constitución de 2010 que lo rehabilitó electoralmente. Medina, por su parte, para ser consecuente con sus planteamientos críticos de la reelección en el pasado, tampoco debería buscar una repostulación ahora.
¿Es que nadie más en el PLD sirve para presidente?
Rosario Espinal
Hoy
Los abogados constitucionalistas no concuerdan en si la Constitución dominicana actual establece que la ley de reforma es orgánica, ni tampoco en si la modificación sobre la reelección necesita referendo aprobatorio.
La Constitución de 2010 es tan larga que olvidaron precisarla. Los principales arquitectos fueron el Congreso actual que la aprobó y el expresidente Leonel Fernández que la promovió y promulgó. Ahora Fernández se erige en protector de lo que no establece claramente la Constitución, y lo hace a su conveniencia. Ha tirado la pelota al danilismo y al Comité Político que él mismo preside.
Primero reitero mi opinión general sobre el tema: no estuve de acuerdo con la reforma constitucional de Hipólito Mejía en 2002 porque su objetivo fue exclusivamente cambiar el artículo sobre la reelección para beneficio propio. No estuve tampoco de acuerdo con la reforma constitucional que impulsó Leonel Fernández en 2009-2010 porque su objetivo fundamental fue rehabilitarse electoralmente, ya que había agotado todas las posibilidades de reelección después de 2008. Quería volver al poder y para eso tenía que reformar la Constitución.
Con más inteligencia política que Mejía, Fernández promovió una supuesta reforma constitucional integral con la participación de notables del derecho nombrados por Fernández y “consultas populares” patrocinadas por la Presidencia de la República.
A pesar de las peticiones para reformar la Constitución mediante una Asamblea Constituyente y que el nuevo texto constitucional se aprobara en un referendo, Fernández hizo caso omiso y procedió a modificar la Constitución sin la participación ni la validación popular. Sorprende pues ahora su apoyo a la soberanía popular.
El llamado pacto de las corbatas azules entre Leonel Fernández y Miguel Vargas sirvió para coronar el supuesto gran pacto político mediante el cual se reformó la Constitución. Pero en aquel momento Vargas no era presidente del PRD, aunque actuó como tal sin serlo.
La Constitución de 2010 es un texto fundamentalmente conservador lleno de adornos progresistas (a este asunto me he referido en artículos anteriores). Producto de esa Constitución, Fernández se rehabilitó para poder buscar una cuarta postulación como lo intenta ahora; y eso se ha convertido en la manzana de la discordia en el PLD.
Si Fernández no cambió la Constitución en 2010 para beneficio propio como dijo en su reciente discurso, y si la idea de restablecer la reelección indefinida (no consecutiva) no fue suya, entonces la evidencia de que su planteamiento es genuino sería no buscar una nueva postulación en 2016. Pero ¡oh no!, desde que salió del poder en el 2012, no cesa en sus afanes de volver.
Ahora se erige en intérprete de la Constitución y declara que la ley de reforma es orgánica, es decir, que requiere dos terceras partes para aprobarse, y que es necesario un referendo aprobatorio. Establecer este argumento correspondería al Tribunal Constitucional, cuyos miembros fueron todos nombrados por el propio Fernández en base a la Constitución de 2010.
Con su discurso, Fernández devuelve la pelota a los danilistas y les complica el juego político. Los leonelistas en el Congreso asumirán la posición de Fernández, no habrá unidad peledeísta, y será muy difícil lograr las dos terceras partes para la reforma constitucional.
Mi opinión final: para demostrar el institucionalismo y el desinterés histórico que propaga, Fernández debería probarlo no postulándose en el 2016; fue él quien promovió y promulgó la Constitución de 2010 que lo rehabilitó electoralmente. Medina, por su parte, para ser consecuente con sus planteamientos críticos de la reelección en el pasado, tampoco debería buscar una repostulación ahora.
¿Es que nadie más en el PLD sirve para presidente?
Rosario Espinal
Hoy
Leonel Fernández cierra las puertas a un entendimiento
Los seguidores del expresidente Leonel Fernández talvez no se han percatado todavía del significado de su discurso el lunes de esta semana, con el que cerró toda posibilidad de un entendimiento para ponerle fin a la situación generada en el Partido de la Liberación Dominicana por el cambio en la correlación de fuerzas que dan al presidente Danilo Medina el control y el liderazgo de la organización.
Acorralado por la pérdida de la supremacía partidaria, el tres veces presidente de la República pareció esa noche incapaz de colocarse a la altura que le impone su condición de presidente del partido, desafiando la autoridad que las reglas y la tradición le han impuesto desde su fundación hacen más de 40 años.
Sin hacer mención alguna de ella, Fernández expresó su rechazo tajante a la decisión del Comité Político, la máxima jerarquía ejecutiva que él encabeza, de llevar al Congreso un proyecto de ley de reforma constitucional, que permitiría al presidente Medina optar por un segundo mandato consecutivo. La aprobación de esa ley cambiaría radicalmente la dirección de los vientos con los que Fernández aspira a ser nuevamente el candidato presidencial, a despecho de su creciente tasa de rechazo. Su posición más que de principio obviamente radica en ese punto: su desplazamiento como líder de la organización.
Visiblemente enojado y con muestras faciales del mal momento, el exmandatario hizo referencias muy ácidas hacia la figura del mandatario, quejándose de una supuesta campaña dirigida a desacreditarlo, atribuyéndolo a una lucha de intereses grupales dentro del partido. Lejos de plantear una salida negociada al impasse a lo interno del PLD, Fernández añadió ingredientes que podrían acentuar las diferencias, anulándose probablemente como una opción a la reelección presidencial, y alejándose así de la tradición disciplinaria que ha caracterizado la vida de ese partido.
Miguel Guerrero
La Columna de Miguel Guerrero
elCaribe
Un discurso de división
Leonel Fernández siempre ha sido una persona que, además de su inteligencia y formación, ha exhibido una sangre fría impresionante, pero en su discurso de este lunes en la noche lució irreconocible, adoptando una posición de división, agresiva, definitivamente inapropiada para el cargo que ostenta de presidente del PLD. Claro que era obvio que hablaba no el presidente del partido sino el aspirante a la candidatura presidencial.
Ni Danilo Medina con su silencio, ni Leonel Fernández erigiéndose en guardián de la Constitución podrán convencer a nadie de que buscan algo distinto de, uno, la permanencia en el poder y el otro el regreso al poder, además, claro está, del liderazgo indiscutido del partido de gobierno.
Por esa razón creo que Leonel falló en querer presentarse como un individuo que no aspira a cargo público alguno, que solo se opone a la reforma constitucional por razones de principios, cuando todo el mundo sabe que ha estado soplando fuerte para que los vientos lo empujen al palacio presidencial y que su oposición a la reforma se debe a que para lograr sus propias ambiciones tiene que cerrarle el paso a las ambiciones del presidente Medina.
Cuesta mucho trabajo digerir que Leonel está asumiendo esta causa basado exclusivamente en el respeto a la Constitución, pues se siente “en la obligación moral de ser su guardián, su vigilante y su centinela”.
Esta posición de Leonel no es coherente con su práctica, mientras ejerció como presidente de la República, de violar la Constitución sin pena alguna. Para muestras en dos tiempos diferentes están el contrato de la Sun Land y el déficit fiscal del año 2012. El hecho de que ese déficit haya sido realizado, en parte, para lograr que Danilo Medina alcanzara la presidencia de la República no implica una circunstancia atenuante de su responsabilidad sino por el contrario, es una circunstancia agravante de la misma.
Leonel no puede olvidar que la Constitución del 2010 establece en su artículo 238 los criterios para la asignación del gasto público, y ese texto constitucional fue pisoteado por él a mansalva para gastar en el año 2012 más dinero que el aprobado por el Congreso, sin ningún tipo de planificación, programación o evaluación. Ese gasto excesivo e inconstitucional no solo ocurrió durante el periodo electoral sino que se extendió luego de las elecciones y hasta que bajó de la silla presidencial, en una clara muestra de que desde ese momento estaba promocionándose y acumulando capital a través de sus funcionarios de más confianza, para volver a la presidencia.
El discurso muestra a un Leonel lacerado, que enseña sus heridas sin problemas (“se ha intentado degradarme, deshonrarme y hacerme añicos”) y aunque no lo dice de manera directa, es claro que identifica a Danilo como responsable, pues éste es el destinatario del discurso.
La sangre fría de Leonel desaparece y utiliza frases que todo el mundo sabe que van dirigidas contra Danilo aunque no lo diga expresamente. Por ejemplo, dice que se están utilizando ardides y argucias para violar la Constitución, que se pretende interpretar la misma en forma aviesa o acomodaticia, que una modificación constitucional no debe favorecer al gobernante de turno, que él respeta la Constitución, infiriendo que el otro no lo hace, que mañana puede surgir algún aventurero que quiera volver a modificar la Constitución para perpetuarse en el poder haciendo un símil con Trujillo, que hay hombres que viven sin decoro, que un hombre que oculta lo que piensa o no se atreve a decir lo que piensa no es un hombre honrado (citando a Martí).
Leonel, como político sagaz, no podía pasar por alto que la gran mayoría de los que escucharan o leyeran su discurso, iban a pensar que todas esas frases y otras tantas, estaban dirigidas a su rival político que le disputa no solo la presidencia de la República sino también el liderazgo del partido.
De todo lo dicho por Leonel solo pude rescatar una idea que pudiera dejar entrever cierta posibilidad de negociación en el futuro, y es cuando se refiere a una “propuesta” de modificar la Constitución para ponerle un candado al tema del periodo presidencial, estableciendo una súper mayoría de las tres cuartas partes de los miembros de cada Cámara para aprobar la ley que declara la necesidad de una reforma sobre ese tema, así como una mayoría similar para que pueda ser aprobada por la Asamblea Revisora y de que en el referendo ratificatorio se aumente el porcentaje mínimo de participantes de 30 a 60 por ciento.
Estoy plenamente de acuerdo con estas ideas, pero la gente se preguntará por qué Leonel no las introdujo en la Constitución del 2010, y me atrevo a pensar que no lo hizo porque no quería cerrarse definitivamente la posibilidad de modificar la Constitución para ser candidato en el 2012. Si 27 senadores lo visitaron en el 2011 para pedirle que se reeligiera y se recogieron 2.4 millones de firmas para tales fines que se presentaron en un acto ¿solemne? en el Palacio de los Deportes, era porque estaba midiendo cómo soplaban los vientos en ese momento y por lo visto no le eran favorables.
En mi opinión la reelección ha sido una maldición para nuestro país y no es que sea mala per se, es que no tenemos suficiente institucionalidad para evitar sus consecuencias dañinas, como las que ocurren en este momento, en que todo gira en torno a la reelección y nadie presta atención a temas muchísimos más importantes, como por ejemplo el escandaloso caso del Hospital Darío Contreras.
A este país no le conviene una oposición dividida, como la que hemos tenido por tanto tiempo, pero tampoco un partido de gobierno, cual que sea, dividido. El discurso de Leonel lamentablemente fue un discurso de división.
Francisco Álvarez Valdez
Acento
Váyase en paz, mi compadre, váyase en paz
Una fiera herida es muy peligrosa. La fiera herida extrema su instinto de sobrevivencia y ve en todo el que se asoma una amenaza inminente. La fiera herida se expresa entre gruñidos y quejidos lastimeros, y a ratos finge que ha muerto quedándose quietecita, pero siempre con un ojo entreabierto. Y si acaso el cazador engañado se le acerca, con sus últimas fuerzas la fiera herida se le abalanza mortalmente con garras y colmillos. Por eso, cuando una fiera está herida lo mejor es amarrarla para que no pueda moverse, o rematarla (y cantarle aquel merengue que relanzara Juan Bosch: “Váyase en paz, mi compadre, váyase en paz”).
Ramón Colombo
Fogaraté
elCaribe
El naufragio simultáneo de dos proyectos políticos
Leonel ha dicho lo que piensa, falta Danilo
Finalmente, Leonel fija su posición sobre el tema de la reforma constitucional, en un discurso donde deja claro su rechazo a la resolución del Comité Político del PLD, a través de la cual los danilistas pretenden hacer pasar la reelección. Con su posición, formaliza la ruptura con Danilo y ahora le toca a este hacer pública su posición frente a ese rechazo y a la ruptura planteada por Leonel con una propuesta camuflada de jurídica, pero en esencia política.
Además, en todo el discurrir de su discurso deja claramente establecidas sus diferencias personales con Danilo. Fueron varias las alusiones a este, la parte de la cita que hace de José Martí: “un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado”, en la última parte de su discurso, difícilmente pueda no ser interpretada como una de esas alusiones y una ofensa de improbable olvido.
En tiempo de crisis y de deslindes en la lucha política los líderes acostumbran a recurrir al recuento de sus logros y a sacar del baúl los agravios que real o supuestamente le provocaron sus adversarios, el discurso de Leonel del pasado lunes se inscribe dentro de esos usos y costumbres. Ha amalgamado lo político y lo personal haciendo casi imposible cualquier entendimiento.
Más que una lucha política, la de ellos es una lucha de personalidades, agravada en este caso por ser también una lucha entre facciones/ corporaciones de una poderosa corporación económico/política, haciéndola inédita en la historia política del país y posiblemente de toda la región. Leonel propone la celebración de un Referendo para modificar la Constitución y el artículo 210, consciente de que este dice que para hacerlo será a través de una “ley que determinará todo lo relativo a su celebración” y requerirá las dos terceras partes.
Habrá que hacer esa ley, ponerse de acuerdo sobre si es orgánica o simple, hacer un protocolo introductorio y votarla, que demandará un tiempo que podría ser muy dilatado y traumático, de salida incierta, de alto costo político para Danilo y el PLD y de insoportable estrés para toda la sociedad. En ese sentido, la propuesta de Leonel, más que jurídica es esencialmente política y se enmarca en las posiciones y estrategia del sector más retrógrado del país, el de los Castillo, que está en plena guerra contra el gobierno de Medina, otro ingrediente de la crisis.
Otra cuestión que la complica es que la misma la plantea y conduce el presidente del partido, una arista institucional y simbólica muy significativa. Leonel tiene muchos seguidores que le son fieles y que podrían seguirlo hasta el final, no solo por su carisma, sino porque tienen suficientes recursos económicos para resistir por cierto tiempo el embate de la otra facción y porque están en juego sus intereses económico/políticos.
Leonel ha tomado la iniciativa y obligado por el tiempo, le toca a Danilo decir lo que piensa. En lo inmediato, la crisis afecta a ambos, no solo a Leonel, porque están en el mismo barco y parece que será simultáneo naufragio de sus respectivos proyectos.
César Pérez
Hoy
Dibujo: Jack Thayler
Finalmente, Leonel fija su posición sobre el tema de la reforma constitucional, en un discurso donde deja claro su rechazo a la resolución del Comité Político del PLD, a través de la cual los danilistas pretenden hacer pasar la reelección. Con su posición, formaliza la ruptura con Danilo y ahora le toca a este hacer pública su posición frente a ese rechazo y a la ruptura planteada por Leonel con una propuesta camuflada de jurídica, pero en esencia política.
Además, en todo el discurrir de su discurso deja claramente establecidas sus diferencias personales con Danilo. Fueron varias las alusiones a este, la parte de la cita que hace de José Martí: “un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado”, en la última parte de su discurso, difícilmente pueda no ser interpretada como una de esas alusiones y una ofensa de improbable olvido.
En tiempo de crisis y de deslindes en la lucha política los líderes acostumbran a recurrir al recuento de sus logros y a sacar del baúl los agravios que real o supuestamente le provocaron sus adversarios, el discurso de Leonel del pasado lunes se inscribe dentro de esos usos y costumbres. Ha amalgamado lo político y lo personal haciendo casi imposible cualquier entendimiento.
Más que una lucha política, la de ellos es una lucha de personalidades, agravada en este caso por ser también una lucha entre facciones/ corporaciones de una poderosa corporación económico/política, haciéndola inédita en la historia política del país y posiblemente de toda la región. Leonel propone la celebración de un Referendo para modificar la Constitución y el artículo 210, consciente de que este dice que para hacerlo será a través de una “ley que determinará todo lo relativo a su celebración” y requerirá las dos terceras partes.
Habrá que hacer esa ley, ponerse de acuerdo sobre si es orgánica o simple, hacer un protocolo introductorio y votarla, que demandará un tiempo que podría ser muy dilatado y traumático, de salida incierta, de alto costo político para Danilo y el PLD y de insoportable estrés para toda la sociedad. En ese sentido, la propuesta de Leonel, más que jurídica es esencialmente política y se enmarca en las posiciones y estrategia del sector más retrógrado del país, el de los Castillo, que está en plena guerra contra el gobierno de Medina, otro ingrediente de la crisis.
Otra cuestión que la complica es que la misma la plantea y conduce el presidente del partido, una arista institucional y simbólica muy significativa. Leonel tiene muchos seguidores que le son fieles y que podrían seguirlo hasta el final, no solo por su carisma, sino porque tienen suficientes recursos económicos para resistir por cierto tiempo el embate de la otra facción y porque están en juego sus intereses económico/políticos.
Leonel ha tomado la iniciativa y obligado por el tiempo, le toca a Danilo decir lo que piensa. En lo inmediato, la crisis afecta a ambos, no solo a Leonel, porque están en el mismo barco y parece que será simultáneo naufragio de sus respectivos proyectos.
César Pérez
Hoy
Dibujo: Jack Thayler
Consenso general: Comité Político del PLD debe actuar ¡ya!
Tantas opiniones de tantas personas entendidas en la materia no pueden estar equivocadas, Leonel Fernández, con su agresivo y ofensivo discurso que expresara a todo el país el pasado lunes lleva hacia la división al PLD. Leonel Fernández no ha podido asimilar la estocada a su ego que le propinara el comité político de su partido el pasado 19 de abril en Metro Country Club.
Leonel Fernández, dentro de todos los logros que ha acumulado en su larga carrera política tiene el deshonroso récord de haber destruido al PRSC, al PRD y va camino de realizar lo mismo con la organización que preside si no actúan con celeridad sus más altos dirigentes.
Es al comité político del PLD que le corresponde evitar una división y debe hacerlo ¡ya! Convocar a Leonel Fernández a un juicio disciplinario y destituirlo de la dirección de ese partido. Fernández se iría como candidato del partido familiar de los vincho, la FNP, y Miguel Vargas Maldonado se les uniría, así quedaría el PLD sin el insubordinado Leonel Fernández y sin su pandilla, los que dicho sea de paso ensombrecen la imagen de esa organización.
Una alianza Fernández y su pandilla + los vincho + Miguel Vargas Maldonado, a pesar del poderío económico que ostentan, obtendrían números electorales en los comicios de 2016 que los sacarían de la política nacional para siempre y esta purga beneficiaría al partido creado por Juan Bosch.
La actitud de Leonel Fernández y su pandilla no tiene dudas, no están dispuestos a dar paso a Danilo Medina y harán todo lo que esté a su alcance para asaltar el poder de nuevo, en contubernio con la FNP y si es necesario sumar al PRD (con sotanas incluidas).
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
Cuidao' con la guagua! / Vídeo
Encuesta de Trompoloco sobre el discurso de "El Guardián de la Constitución"
Trompoloco
martes, 26 de mayo de 2015
Claudio Acosta
Claudio Acosta.
Todavía se puede
En los diez años que vamos a cumplir próximamente como uno de los blogs dominicanos con presencia diaria hemos leído y estudiado a docenas de periodistas dominicanos de mucha valía, por su profesionalidad, integridad y buen juicio; entre ellos destaca Claudio Acosta, del diario Hoy. Su opinión vale y cuenta. No nos perdemos ni una sola de su popularísima columna "Qué se dice...", tan asiduos somos que cuando no la encontramos los lunes sentimos que nos estamos perdiendo de algo.
Ninguno de los que colaboramos aquí hemos tenido el placer de conocerlo personalmente lo cual no ha sido necesario para estimarlo como un gran periodista y ser humano. DLRD es un blog pionero en la reproducción de los más destacados dominicanos que escriben sin lucrarnos de su talento, más bien los promovemos y difundimos su figura y pensamiento.
En varias ocasiones hemos sido testigos de que las opiniones de Claudio trazan líneas a otros comunicadores sin proponérselo y además nutre de ideas novedosas para plantear los sucesos diarios que acontecen. No son pocas las veces que coincidimos con el señor Acosta en sus puntos de vista, lo que nos indica que vamos por buen camino.
Reciba Claudio pues, un abrazo virtual de DLRD y lo exhortamos a continuar su fructífera labor en bien de la sociedad, su proceder nos hace creer que todavía se puede.
Desde La República Dominicana
Leonel Fernández y su lógica del todo o nada
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Nadie descubre nada si afirma que el discurso pronunciado en la noche del lunes por el expresidente Leonel Fernández para fijar posición sobre la propuesta de reforma constitucional, lleva la situación interna del Partido de la Liberación Dominicana a un punto de no retorno.
Lo que durante las últimas semanas pudo verse como una contradicción difícil pero soluble, es ahora un enfrentamiento frontal entre dos fuerzas de distinta potencia, es cierto, pero incapaces de neutralizar una a la otra. Insoslayable que el presidente Danilo Medina cuenta con la mayoría de las estructuras del partido renovadas durante el Congreso Norge Botello del año pasado, pero Leonel Fernández tiene en sus manos una cantidad suficiente de seguidores, construida intencionadamente desde el poder que abandonaba en 2012, con la que agriará el vino de la pretensión reeleccionista.
A diferencia de lo reiterado de manera casi obsesiva por Fernández en su discurso, no se trata de “principios”. Reeditando el tono bíblico impreso al final de su alocución, vale citar del evangelista Mateo su frase “Así que por sus frutos los conoceréis”, porque no todo el que invoca al Señor entra en el Reino de los Cielos, sino el que obra según su voluntad. A Fernández no le bastarán nunca sus vehementes reivindicaciones de demócrata constitucionalista. Los frutos de sus 12 años de gobierno son su marca de identidad. El secuestro de las altas cortes es un pernicioso botón de la muestra.
Pero, además, Fernández sacó el conflicto por la reelección del ámbito partidista. Ni una sola de las líneas de su discurso hace mención de la decisión del Comité Político peledeísta, que aprobó por mayoría significativa emprender la aventura de la reforma constitucional para allanar el camino a la repostulación de Medina. No la disciplina distintiva, invocada hasta el hartazgo por el peledeísmo desde su fundación, sino su visión de las cosas y su trayectoria pública, elaborada con los materiales de la fantasía.
Y este abandono del papel que le corresponde, ya no como dirigente y líder de larga data de las huestes moradas, sino como actual presidente de la organización, es sintomático de que la lucha interna no está motivada por el choque entre pensamientos políticos que buscan, uno, preservar la supuesta o real tradición institucionalista y, otro, echarla por la borda renunciando a la condición de “legatarios” de las lecciones políticas dejadas por la Revolución de Abril de 1965.
Tampoco ha de extrañar este abandono del terreno del partido a favor de un espacio que, enajenado el vínculo con las estructuras políticas de origen, permite desplegar una capacidad congresual obstructiva difícilmente doblegable. La extrema personalización del discurso, rayana con la egolatría, es conducta y no azar. Dentro de las filas partidistas, las posibilidades de perder son muchas; fuera, no ganará pero tampoco permitirá que lo haga el contrario. Ese, y no otro, parece ser el cálculo de Fernández, ingenuamente creído en que los manidos “principios” serán digeridos por la opinión pública como razón real, fehaciente, de su insubordinación al proyecto de reforma.
Otra pifia
Si como afirmara anoche, la percepción de que su oposición a la reforma obedece a la ambición y a la mezquindad personal y política es descabellada, Fernández perdió la oportunidad de demostrarlo de manera convincente. De enfrentar la ojeriza pública con la realidad de su presumida grandeza política.
Una vía hubiera sido descartarse públicamente y de plano como eventual candidato a ocupar la presidencia de la República por cuarta vez. El renunciamiento a competir hubiera dado carne al esperpento de su “defensa constitucional”. No lo hizo porque no le pasa por la cabeza la idea de renunciar a sus múltiples predestinaciones: desde hacedor indiscutible del progreso dominicano hasta garante irreemplazable de la Constitución. Su lógica, repetimos, es la del todo o nada.
La vía propuesta del referendo aprobatorio es la brecha que deja abierta no para Danilo Medina, sino para sí mismo: podrá el mecanismo recibir el respaldo popular, pero eso no anula la competencia interna por la candidatura --que a todas luces perseguiría convencido de que será suya— , aunque ponga la participación electoral peledeísta contra las cuerdas del tiempo.
Releer su discurso lleva a concluir que desdeña el riesgo –o incluso lo prefiere— inducido por una suerte de esquizofrenia social que lo hace pronunciar una frase diagnóstica: “Y en estos momentos, la causa que asumimos es la del respeto por nuestra Constitución, la defensa de nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho. Lo hago porque como principal promotor o auspiciador de la actual Carta Magna, sin que nadie me haya dado mandato para ello, me siento, sin embargo, en la obligación moral de ser su guardián, su vigilante y su centinela, al igual que todo el pueblo dominicano”.
La posmodernidad de Fernández no puede reprimir al Doctor Merengue que la acucia. “Horacio o que entre el mar”.
Margarita Cordero
7días
Auxilio al Instituto del Cáncer Rosa Emilia Pérez Tavares
Presidente debe apoyar al Incart
Cuando el presidente Danilo Medina designó a la Dra. Catalina González Pons al frente del Incart la sociedad la aceptó con beneplácito porque se entiende que es una mujer capacitada e íntegra. Los escollos que ha tenido que sortear desde su designación en diciembre pasado le han hecho sumamente difícil su gestión. Urge que la sensibilidad del presidente Danilo Medina y la sapiencia de la ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino, faciliten a la Dra. González Pons las herramientas necesarias para que una inversión de mil quinientos millones de pesos cumpla a cabalidad con los fines para lo cual fue construido. El Incart debe ser apoyado para que cumpla su misión y en este su primer aniversario es la ocasión propicia para realizarlo.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
Por lo menos 12 áreas del Instituto del Cáncer Rosa Emilia Pérez Tavares no funcionan debido a que la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) no ha terminado de colocar los lavamanos, techos en salas de cirugía y pisos especiales para medicina nuclear. El presupuesto para estos fines es de 11 millones 480 mil pesos.
Asimismo, el único hospital de cáncer que tiene el Estado dominicano funciona solo en un 10% de su capacidad porque casi todos los pacientes con cáncer afiliados en el régimen subsidiado son remitidos a los hospitales privados.
Durante un recorrido por el Instituto, periodistas de Hoy observaron que el centro está casi vacío de pacientes, pues aunque fue inaugurado y entregado hace un año, la resonancia no puede funcionar, por un detalle como una pieza que cuesta US$150 mil dólares.
Debilidades
Los UPS centrales están sin conectar todavía, esa conexión cuesta un poco más de RD$3.0 millones, es responsabilidad de la Oisoe.
Los techos para unas lámparas en salas de cirugía también están pendientes, Estos cuestan alrededor de RD$250,000.
No terminan
En la práctica, todavía la Oisoe no ha entregado el hospital del cáncer al Ministerio de Salud, pero aún así, detalles sin concluir atrasan el avance de los servicios, aseguran médicos. Se trata de detalles que se realizan en poco tiempo, pero que dificultan las tareas del centro de salud del Estado.
Si al hospital se le da prioridad, sus ingresos anuales en servicios podrían superar los RD$2,500 millones, aseguran especialistas en gerencia.
Ya se hacen cirugías, imágenes, laboratorios, procedimientos, pero hace falta más promoción y valorización oficial de la capacidad de este centro.
Priorizar. Las autoridades del centro necesitan que el Estado priorice la optimización de su hospital, que los pacientes asegurados subsidiados por quienes el Seguro oficial paga millones al sector privado sean enviados a ese centro, propiedad del Estado.
De tres millones de subsidiados que al mes de marzo pasado tenía afiliado el Senasa, se estima que el 15% de los 2.7 millones de adultos, tendrán algún tipo de cáncer.
En la actualidad los centros de salud y diagnóstico del gobierno pagan sumas millonarias a centros privados, por concepto de tratamiento de cáncer. Desde hace un año funciona el Instituto Oncológico Rosa Tavares.
Dinero
El centro tiene una subvención de RD$20 millones al mes, pero no necesitaría más recursos si el Seguro Nacional de Salud (Senasa) y la red de hospitales estatales enviara todos los pacientes asegurados del régimen subsidiado. Se refiere a los que tienen algún tipo de cáncer y requieren quimio o radioterapia
En el área de Gastroenterología se necesitan lavamanos y algunos instrumentos; eso cuesta cerca de RD$500 mil pesos.
Misión
Este hospital tiene entre sus objetivos dar atención a todos los pacientes con cáncer, para eso implementa un modelo nuevo basado en unidades funcionales, asegura González.
Los profesionales trabajan en las tres especialidades oncológica, quimioterapia y radioterapia.
Avances
Este centro, asegura su directora, tiene grandes ventajas para sus pacientes, una persona puede ir en un mismo día hasta a cuatro especialistas. Es único.
Los pacientes son acompañados permanentemente por una enfermera que los lleva hasta su proceso final en el tratamiento.
En este centro no necesita hacer una cita y desde el primer día el paciente es visto por el especialista, asegura la oncóloga. Tienen la esperanza de ver resueltos los problemas que tiene el hospital, para poder dar los avanzados servicios.
Altagracia Ortiz
Hoy
También el Incart tiene cojeras
A pesar de que el Instituto Nacional de Cáncer Rosa Emilia Pérez Tavares (Incart) fue inaugurado el 28 de mayo de 2014, un año después de esa ceremonia el centro tiene al menos doce de sus áreas inactivas porque no han sido terminadas por la dependencia oficial encargada de la obra. Salvando las diferencias, en este centro se observan fallas similares a las denunciadas por los médicos del hospital traumatológico Doctor Darío Contreras, obras que no fueron supervisadas por el Ministerio de Salud Pública.
El funcionamiento del Incart está limitado a solo un 10% de su capacidad por causas como la no instalación de los lavamanos, techos en salas de cirugía y pisos especiales para medicina nuclear. El equipo de resonancia magnética no está funcionando por falta de una pieza que cuesta 150 mil dólares, mientras que los UPS centrales están aún sin conectar. Los encargados de la obra ni nadie ha explicado por qué está pasando esto a un año de inaugurado el instituto.
Como consecuencia de las cosas que faltan por hacer e instalar, casi todos los enfermos de cáncer afiliados en el régimen subsidiado son remitidos a los hospitales privados, que cobran al Gobierno enormes sumas por concepto de tratamiento de pacientes cancerosos. El Gobierno debería tomar medidas enérgicas para conjurar estas fallas en las obras de centros como el Incart.
Editorial Hoy
Hoy
El problema no es la reelección, es la corrupción
La pobreza es la vida del 40% de los dominicanos. La indigencia, del 20%. Son datos de la CEPAL, y no hay crecimiento del 6.5% que haya logrado revertir esas cifras. Somos un país que, esencialmente, distribuye mal el crecimiento.
No somos tan pobres como para necesitar programas internacionales de asistencia para construir letrinas, como ha sucedido. Ni tan boyantes como para andar desperdiciando millones en acciones innecesarias, como ocurre todos los días.
Las discusiones sobre la reelección no pasan de ser ejercicios de lucha de poder entre grupos políticos para administrar un presupuesto que no para de crecer, y que no logra bajar las cifras de la pobreza, ni siquiera a la media de la región.
Nos arrastran a una discusión sin fin que nos distrae de los problemas reales. Nadie la gana, porque el que sigue la retoma.
No somos más pobres, ni nuestros jóvenes se quieren ir del país, ni las calles son un vertedero, ni los hornos de carbón siguen humeando, ni la capital se arrabaliza ante nuestros ojos, ni los choferes tienen secuestrado el transporte nacional, ni las playas están privatizadas o deterioradas, ni la educación es todavía de baja calidad, ni los sueldos no alcanzan... porque haya o no haya reelección cada cuatro años.
Somos más pobres, porque los políticos nos hacen más pobres, administrando de manera ineficiente e interesada el presupuesto que sale de nuestros impuestos.
El problema no es la reelección, es la corrupción. Siempre lo ha sido.
Inés Aizpún
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