Me quito el sombrero ante Leonel Fernández, el PLD y Danilo Medina. Prefiero nombrarlos así, de arriba hacia abajo, pero Usted -en caso de que quiera destocarse también- puede hacerlo en el orden que considere mejor, pues lo mismo da. Ellos conforman una unidad de perversión e indolencia monolítica, impenetrable y demoledora.
Hay que reconocer, con todas las de la ley, que esos tunantes saben como sacarle grasa a un ladrillo, y que tienen al pueblo dominicano totalmente dominado, tal y como si le hubiesen dado a beber agua de clavelitos.
Por si acaso Usted llego tarde, le explico que el agua de “clavelitos” o de “tindanga” es aquella a la que la sabiduría popular atribuía ser la causante del obvio embobamiento en que las damas rejugadas envolvían a sus consortes, quienes mansos accedían a todo lo que ellas quisieran, como lo hará el pueblo con la sexta reforma fiscal del gobierno del PLD en ocho años.
Danilo, con un cinismo que nada tiene que envidiarle al de Leonel, define como “un trago amargo” el siniestro plan de la corporación peledeista para recaudar 55 mil millones de pesos más en impuestos, pero esa metáfora es un eufemismo, porque lo que ellos van a hacer es “algo que nunca se ha hecho” y equivalente a ponerle un enema a un enfermo deshidratado. No hay que preocuparse, será una genialidad más de ellos mantener al paciente con vida, y lo lograrán porque viven de él.
No se puede dudar de la perversa genialidad de los peledeístas, sí que son geniales de verdad. Fíjese en que ellos no sólo le han robado su presente sino el futuro también a un pueblo que luce como un boxeador groggy, como un tipo ajumado o un endrogado. Se han asegurado -independientemente de si alguna vez hay un cambio de administración- vivir permanentemente del pueblo con las pensiones fabulosas que se han ido adjudicando.
Tan geniales son que no pocos aceptan como real la percepción creada a nivel de los medios periodísticos de que el pasado 16 de agosto se produjo un cambio de administración, a pesar de que Danilo mantiene todavía hoy como ministros y en posiciones claves al 80% de los nombrados por Leonel, y el propio Danilo, como secretario de la presidencia en 2004, con la particularidad de algo tan revelador de más de lo mismo como el ascenso de Margarita Cedeño de primera dama a vicepresidenta del país.
De su genialidad también habla la presentación de la sexta reforma fiscal con la “equivocación”, que no fue tal, de anunciar el cobro de impuestos por la venta de tripitas, bofe, mondongo. El anuncio no fue por error sino adrede, para tener margen de negociación y espacio para ceder. Cuando formalmente se anuncie que las tripitas y las otras menudencias que venden las frituras no pagarán el ITBIS la gente percibirá al gobierno como flexible, y el grueso de los demás impuestos pasará sin arrugas por el Congreso. Así de groggy está el pueblo.
¿No es cosa de genios mantener fuera de la vista de todo el mundo el dispendio y robo de una cifra que va rumbo a los 200 mil millones, algo que se dejó ver ahora ante la urgencia de escarbar más profundo para mantener el nivel de vida que se han dado los peledeístas?
Y qué decir de esta otra genialidad de prometer que el gobierno -como medida compensatoria para que el pueblo se deje poner tranquilo, sin quejarse, el enema impositivo- reducirá en 39,500 millones el gasto público, cifra que es alta, aunque en realidad es inferior en 500 millones de pesos a los 40 mil millones que con pelos y señales anunció Leonel que gastaría en la campaña para mantener al PLD en el gobierno. El PLD, no lo dudo, cumplirá esta promesa porque no tiene fondo, y no está en el fragor de una campaña electoral.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.
Rafael Calderón
Periodista dominicano residente en Nueva York
Entre Usted y yo
7dias.com.do
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