Cristina Lizardo Mézquita, presidenta del Senado de la República.
La senadora por la provincia de Santo Domingo Cristina Lizardo, actual presidenta del Senado de la República acaba de remodelar el despacho y antedespacho de la presidencia del Senado a un costo de más de 13 millones de pesos.
La señora Lizardo Mésquita es miembro del Comité Político del PLD, la casta superior del partido que gobierna la República Dominicana desde 2004. En un país donde la pobreza alcanza al 42% de sus nacionales, los merecidos peledeístas que nos hacen el favor de gobernarnos demuestran su amor por el lujo y el boato a expensas del dinero de los contribuyentes y su afición a realizar obras y remodelaciones.
No se concibe que una legisladora realice un gasto de 13 millones de pesos sin ningún tipo de fiscalización ni licitación bajo el pueril alegato de que era una inversión menor.
Luego, cuando les llegue su hora vendrán los llantos y las solicitudes de piedad, porque el mallete de la justicia estallará inexorablemente para todos los que han abusado, violado las leyes y se han apropiado del dinero de la salud, la educación y la creación de puestos de trabajos para los ciudadanos que sobreviven a la espantosa miseria que los ha condenado esta cleptocracia salvaje, implacable, ofensiva e indolente.
La nota de Radar de el Nacional es explícita y devela el accionar peledeísta en los cargos públicos:
Rediseño al gusto
La presidenta del Senado, Cristina Lizardo, necesitaba revestir su despacho y el antedespacho de un toque más a tono con su gusto. Y en tal sentido se abocó a una remodelación por la que se erogaron, según Diario Libre, 13,021,477.00 pesos. Ahora se siente más regocijada cuando llega a la oficina de la mujer que pasará a la historia, no por sus iniciativas para combatir los males que lastran a las representantes de ese género, sino por ser la primera que ocupa el puesto. La remodelación abarcó diseño, decoración, adecuación de las áreas, trabajos de ebanistería, climatización y electricidad.
Tratándose de un asunto menor, como se considera la inversión de los 13 millones de pesos, no había necesidad de licitar los trabajos. Ni siquiera para guardar las apariencias. Pero no fue la única inversión de la Cámara Alta.
También la Unidad de Transportación y las oficinas de los senadores de Azua, Monte Plata e Independencia fueron sometidas a un proceso de remodelación para que sus representantes se sientan más cómodos en sus funciones. Los detalles supusieron una erogación total de 20.6 millones de pesos. Aunque sea con cargo al contribuyente, del que sale también el infame barrilito, la remodelación sintoniza con una filosofía sobre el ejercicio del poder.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
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