El presidente Danilo Medina nombró como ministro de Relaciones Exteriores a un individuo con un amplio historial en el sector privado y público de manejos económicos oscuros, no transparentes y cuestionables, amén de que es un personaje que no reúne ninguna condición como jefe de la diplomacia de ninguna nación, por miserable que esté dirigida esta. DLRD
La designación del presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores busca allanar el camino para la repostulación del presidente Medina en el 2020, según Pedro Pablo Yermenos Forastieri.
Al parecer del abogado, la decisión de colocar a Vargas Maldonado en el cargo garantiza el apoyo del partido blanco a Medina en las próximas elecciones presidenciales, consolida el rol de “partido bisagra” del PRD, alejándolo de llevar candidatura propia, y le entrega una cuota de poder en agradecimiento por el apoyo recibido en la pasada campaña electoral.
“La designación más nefasta, más perversa, más terrible, más implicadora de un retroceso terrible que se produjo ayer es la designación del ministro de Relaciones Exteriores, pero es al mismo tiempo la más política de todas las decisiones”, expresó.
Aseguró que al entregar la administración de ese ministerio a Vargas Maldonado, el presidente Danilo Medina convierte esa entidad en una madriguera del populismo, al abrirle un espacio para colocar a los miembros de la organización política en cargos embajadores, cónsules, y otras funciones, como pasaba cuando esa dependencia estuvo bajo la administración del reformismo.
“Se convierte a la Cancillería en una madriguera del populismo, y eso es una vergüenza para el país porque un servicio exterior que demandaba tantos cambios, que se estaban intentado hacer en la administración de Andrés Navarro se echan para atrás de golpe y porrazo”, aseveró.
A pesar que, según analistas, Vargas Maldonado pudiera ayudar el país a establecer relaciones con líderes de otras regiones del mundo, gracias a su rol de presidente de la Internacional Socialista, Yermenos Forastieri entiende que el precio a pagar es muy alto para el país.
"¿Caramba, cuesta tanto ese respaldo para entregarle a un partidito político como lo que ha terminado siendo el PRD y a una persona como Miguel Vargas Maldonado, que todo el mundo sabe que tiene la política como un mecanismo de negocio, nada más y nada menos que la Cancillería de la República?”
Merkiseded Avelino
Z-101 Digital
El escritor y comentarista Andrés L. Mateo señaló este miércoles que las intenciones políticas del nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, "eran puramente comercial y que quizás la población se ha equivocado al pensar lo contrario".
En su comentario ofrecido a través del espacio radial “El Gobierno de la Tarde”, Mateo valoró el nombramiento de Vargas Maldonado en la Cancillería del país, ya que “él es la mejor representación exterior de realidad de República Dominicana”.
“Miguel Vargas no ha engañado a nadie, yo pienso que los oscurecidos somos nosotros. El tiene muy claro cuales son sus objetivos dentro de la política. Es una relación estrictamente comercial”, manifestó.
Dijo que a Vargas Maldonado le resulta difícil dar declaraciones respecto a su posición política, ya que ese no es su objetivo dentro de la misma.
El Gobierno de la Tarde es transmitido de lunes a viernes de 3:00 PM a 7:00PM por la Z-101.
Katherine Guillén
Z-101 Digital
A través de la historia, el Estado dominicano ha sido clientelar y corrupto. Corrupto porque siempre un grupo ha usurpado de manera burda los recursos públicos. En la época de dictadura, era un pequeño grupo; luego, con la apertura política a partir de 1978, la corrupción se amplió. A más políticos, más corrupción.
Un Estado corrupto es clientelar por una sencilla razón: los recursos no alcanzan para desarrollar una noción de derechos ciudadanos. En su lugar, se desarrolla la relación clientelar: la población recibe beneficios limitados como dádivas del Estado y en retorno desarrolla lealtades políticas, y la cadena de beneficios y apoyos se promueve y mantiene.
Hay programas sociales, pero son muy limitados en su cobertura y calidad. Por eso en este país hemos heredado un Estado con una gran deuda social, un Estado con grandes déficits en su cobertura social. Por eso este país, aunque haya crecido durante los últimos cincuenta años, y sea de los que más crece en América Latina años tras años, no muestra buenos índices de desarrollo social.
A partir de 2004, el gobierno de Leonel Fernández se propuso establecer un Estado Asistencial mediante la ampliación de programas sociales. Se impulsó el programa Solidaridad, tal cual ocurría en otros países de América Latina. Pero es a partir de 2012 con la llegada de Danilo Medina al poder que se amplía el Estado Asistencial, que ha tenido como buque insignia el 4% del PIB para la educación, y la consecuente tanda extendida que representa un importante subsidio a las familias de escasos recursos.
En su discurso de toma de posesión ayer, el presidente Danilo Medina habló de diversos planes del gobierno que apuntalan hacia una ampliación del Estado Asistencial. Pero lograrlo será muy difícil si no se desmonta el Estado Clientelar.
La razón es muy simple: no hay dinero para tanto. Si el gobierno desea destinar más recursos a salud, educación, vivienda, transporte y otros servicios públicos, tiene que hacer la administración pública más eficiente, menos corrupta, menos clientelar.
Con el nivel de endeudamiento público que ya existe, no es posible seguir tomando prestado para cubrir gastos corrientes del Estado. ¿Y dónde recortar? ¿En los servicios sociales o en las nóminas y nominillas?
Además, existe el riesgo real de que el Estado Asistencial actual colapse si se produce una crisis de deuda externa que imponga grandes ajustes fiscales.
Las sociedades desarrolladas que han alcanzado un Estado de Bienestar lo hicieron desmontando el Estado Clientelar y la corrupción para liberar recursos que pudieran invertirse en programas sociales de forma institucional. La ciudadanía comenzó a ver esos programas como derechos, no como dádivas.
República Dominicana está muy lejos de tener un Estado de Bienestar, pero incluso mantener el Estado Asistencial impone cambios al Estado Clientelar.
La administración pública no puede seguir siendo el mecanismo de enriquecimiento de muchos activistas políticos de partidos y partiditos. Los ministerios y demás instituciones no pueden seguir siendo feudos de dirigentes políticos que utilizan el poder para usufructuar.
El costo de este sistema es altísimo para la población, y fomenta la corrupción, la ineficiencia, la holgazanería y el atraso.
Este país necesita un funcionariado público competente. Una empleomanía ajustada a las necesidades para cumplir funciones de servicios públicos a la población. Necesita que se apliquen las leyes, no que reine la impunidad.
Con 10 ministerios, no 21, sería suficiente. Con 10 provincias y 50 municipios bastaría. Cien diputados sin senadores podrían perfectamente hacer la labor legislativa. Pero nadie le pone el cascabel al gato.
Hoy
Guido Gómez Mazara ve designación de Miguel Vargas Maldonado como premio a su naturaleza "serviciosa"
SANTO DOMINGO (Rep. Dominicana).-La designación en el Ministerio de Relaciones Exteriores del presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, es un premio a su comportamiento electoral y a su naturaleza "serviciosa”, afirmó este miércoles su compañero de partido Guido Gómez Mazara, uno de los más ácidos críticos del empresario y dirigente político.
“Yo siento que esto es un premio a comportamiento electoral y a la naturaleza serviciosa de Miguel Vargas, que no comenzó ahora, comenzó en 2012 (se refiere cuando no apoyó al candidato del PRD en ese entonces el expresidente Hipólito Mejía) y es una manera de oficializar”, acotó el dirigente político.
Al dejar claro que el presidente Danilo Medina tiene la potestad constitucional de nombrar en su gabinete a quien desee, Gómez Mazara dijo que Vargas Maldonado no cuenta con la “condición, destreza y cultura diplomática”, para ocupar esa posición tan importante para las relaciones de República Dominicana.
“Cada día más el desempeño de funciones está asociado a los perfiles, a los perfiles, y desde mi punto de vista él (Vargas Maldonado) no es la persona que tiene ese tipo de condiciones”, dijo Gómez Mazara, entrevistado en el programa “La Súper 7 en la Mañana”, que se transmite por La Súper 7 (107.7 FM).
Dijo que con excepción de Andrés Navarro, quien fue canciller hasta el martes 16 de agosto, desde 1996 la Cancillería ha sido un refugio del transfuguismo político que apoya al candidato vencedor en las elecciones, y citó que igual pasó con el fenecido Carlos Morales Troncoso, quien era el reformismo pro-Leonel o pro-PLD que apoyó electoralmente.
El dirigente del partido de Vargas Maldonado sostuvo no imaginarse al nuevo Canciller tratando el tema haitiano con el cual República Dominicana "ha sido golpeada", así como aspectos de derechos humanos y otras situaciones donde el país ha estado en la mira por organismos internacionales.
La compra del PRD
El nombramiento de un Vargas Maldonado en el importante cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, da una medida de lo importante que fue para el PLD la compra del PRD, de hasta dónde llega la cultura de la compra de conciencia, la politiquería en el manejo de la cosa pública y la poca voluntad de establecer un puente hacia la oposición política y social para llegar a determinados acuerdos políticos sustanciosos para un cambio en las instituciones del Estado de mayor calado.
Esos ejemplos son matices, es cierto, no son concluyentes de que el próximo gobierno será mejor o peor que el anterior, pero dan una idea de la permanencia de la cultura del malabarismo y de evitar enfrentar los principales problemas que lastran este país en términos de institucionalidad. Esas taras tienen su máxima expresión en la conducción de un país con criterio patrimonial, de un partido que se ha convertido en la más potente y peculiar corporación económico/política que haya existido en este país y quizás en todo el mundo. Cambiar esa corporación es la cuestión
Nada es para siempre, pero 20 años de dominación política de un solo partido en cualquier país es demasiado.
Hoy