Que el partido de gobierno vea una conspiración en cada propuesta para institucionalizar el país solo le hace daño a ese partido y al propio gobierno.
El más interesado, de palabra y de hecho, en la institucionalización del país debiera ser el partido gobernante. Por eso, su actitud es altamente sospechosa.
Sería la primera vez en la historia que pedir que se cumplan las leyes, que se busquen árbitros imparciales y que se juegue por las mismas reglas pueda considerarse como una conspiración. De lo que se trata no es de destruir el orden constitucional. Es todo lo contrario: ¡es ayudar a construirlo!
La posición del Partido de la Liberación Dominicana deja mucho que desear y habla muy alto del grado de soberbia que se ha apoderado de muchos de sus dirigentes. Parecería que prefieren gobernar sin consultar a la opinión pública, sin tomar en cuenta a los grupos organizados y ni siquiera a los propios partidos de oposición.
Si de verdad el PLD quiere seguir gobernando por más tiempo tiene que cambiar de actitud. Alguien autorizado debe enmendar planas en el PLD.
Editorial Diario Libre
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