Ese discurso de Danilo Medina del pasado 16 de agosto lo estoy escuchando desde que tengo uso de razón. Discurso de conjugación futura: “impulsaré”, “garantizaré”, “otorgaré”, “desarrollaré”, “mejoraré”. Lo único bueno de estos discursos es que da lo mismo que duren 5 minutos o dos horas, pues el pensamiento, como hace con todo lo inútil, unos segundos después de concluir, los borra por completo.
Lo que sí queda claro del discurso, es que Danilo y su gobierno no tienen salida ni soluciones a los graves problemas de la nación dominicana.
La República enfrenta una grave crisis de institucionalidad y de representatividad bajo el control del Partido Estado que ha colocado a su Comité Político como suprapoder, al margen de la arquitectura constitucional. Danilo, más que solución, es responsable directo de esta crisis. Él y su equipo fueron quienes ejecutaron la compra de legisladores para modificar la Constitución e introducir la reelección. Él mismo acaba de propiciar que sea su hermana la que presida la Cámara de Diputados ¿Qué control podrá ejercer esta cámara sobre el Poder Ejecutivo? ¿Cómo serán las reuniones del Consejo de la Magistratura integrada por el Presidente y su hermana?
Sin quizás, los 16 años de gobierno del partido oficial se registran como de los más corruptos de nuestra historia republicana. Nadie en su sano juicio piensa que Danilo tiene las convicciones para enfrentar la corrupción administrativa. ¿Y no ha sido Danilo un beneficiario del entramado de corrupción orquestado por Odebrecht y Petrobras, al punto que le enviaron a su hijo amado, Joao Santana, con todo y esposa, para que le asesorara en la campaña electoral y en los primeros años de su proyecto reeleccionista? ¿Y la sobrevaluación en más de mil millones de dólares de las plantas a carbón de Punta Catalina? ¿Y la sobrevaluación en la remodelación de los hospitales y todo el entramado de corrupción de la OISOE? ¿Y las decenas de denuncias de sobrevaluación de solares comprados con el 4% para la Educación? ¿Y la transacción para no apelar la sentencia de Félix Bautista? ¿Y los más de 1,200 funcionarios que no han presentado su declaración jurada, sin ninguna consecuencia?
La sociedad dominicana padece un grave problema de delincuencia e inseguridad pública. Danilo apela a una nueva ley. Danilo sabe que la mejor ley policial es aumentarle a por lo menos 20 mil pesos el sueldo mínimo y mejorar las condiciones de trabajo del policía y en base a ello hacer la necesaria profilaxis del cuerpo policial y reclutar un personal cada vez de mayor calidad y vocación.
Pero, además de una definida estrategia de prevención, el éxito contra la criminalidad requiere desmontar la estructura delincuencial que opera al interior del propio órgano policial que alimenta, protege y comparte beneficios con delito y el narco y que tiene conexiones con sectores oficiales. Está demostrado que Danilo carece de la voluntad para atacar este mal en su raíz.
En el país, el medio ambiente está seriamente afectado.
Danilo Medina mantuvo un ministro de Medio Ambiente que permitió un acelerado proceso de depredación de cordilleras y montañas y de destrucción de decenas de ríos por las granceras.
Danilo es quien observó la ley que declaraba a Loma Miranda parque nacional. Permite que los habitantes de Sánchez Ramírez no puedan usar el agua de sus ríos a causa de la explotación con cianuro de la Barrick Gold. Este es el mismo Danilo Medina que se apresta a permitirle a la Gold Quest una explotación de oro, próximo a la Presa de Sabaneta, con la destrucción de muchas fuentes de agua imprescindibles para la producción agropecuaria en el valle de San Juan de la Maguana.
Asumir la letra de estos discursos, rebatirle, es como creerle y quedar atrapado en sus mentiras, fantasías, medias verdades, falsedades y demagogia. Lo que dice el discurso no es la realidad, es la ilusión que pretende hacernos creer. El discurso real es el que no se pronuncia.
Danilo, lo que en realidad hizo el pasado 16 de agosto, fue darle inicio a su nuevo proyecto reeleccionista. Nuevos subterfugios se están tejiendo para modificar la constitución o interpretar el texto vigente. Lo verdadero para Danilo es volver a constituir la JCE, el TSE y la CC con adeptos incondicionales, y lo de modificar las leyes electorales es parte del circo para la entretención.
Danilo Medina y su cohorte representa una generación que claudicó a sus principios, arrió sus banderas, y se dispuso a darle continuidad al proyecto de dominio conservador vigente por décadas.
Danilo es la continuidad del leonelismo, y éste del balaguerismo, y éste del trujillismo. Por eso, siguen atrapados en los ritos impuestos por el tirano, y como payasos de blanco repiten como comedia circense lo que nuestro pueblo padeció como tragedia durante 31 años. ¿Qué liberación? ¿Qué democracia? ¿Qué institucionalidad?, ¿qué legalidad?, ¿qué honestidad? Todo eso quedó suspendido en una esquina de aquellos tiempos lejanos de círculos de estudio, Vanguardia del Pueblo, métodos de trabajo. Ahora, que nadie se confunda: Danilo es la continuidad de Danilo.
Guillermo Moreno
Presidente de Alianza País
Diario Libre
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