La actriz ha posado como una vaca en un anuncio de PETA y a algunos les parecerá sexista, pero está para posar enseñando la babilla, el brazuelo, el solomillo, el lomo alto o la culata de contra
Con el bañador de Nadal se hace Armani siete. O el mantel para una mesa de ocho comensales en una cocina típica italiana, que dirían en el anuncio del Carrefour Discount. El verano es muy malo para la estética. O muy bueno, según se mire. Bueno porque Iker Casillas se ha tenido que quitar las chanclas y el pantalón corto.
Ya se sabe la rasca que hace en San Francisco, donde ha sido fotografiado con Sara Carbonero. Sea verdadera o falsa la frase atribuida a Mark Twain («El invierno más frío que he pasado fue un verano en San Francisco») lo que no es falso es el fresquito estival de la ciudad californiana. Pero en general, con el calor la gente se quita la ropa. Pero no todos están para ello.
Lo peor que te pueden decir es lo bien que estás para tu edad. Es lo que pasa con Giorgio Armani, estupendo a los 76 pero no tan estupendo con su pequeño bañador blanco. Lo malo es que remite a David Gandy, el modelo que lleva uno igual en el acantilado de Capri y anuncia la colonia Light Blue de Dolce & Gabbana.
Giorgio Armani y Flavio Briatore (aquella vez del tanga, que luego engordó tirando a Pocero) comparten ese pliegue cercano a la ingle donde Cristiano Ronaldo tiene un músculo ilíaco. Esas cosas no le pasan a Aznar, cuyo posado estamos esperando como todos los veranos. Y lo esperamos con bañador de pata pese a que en los últimos seis meses ha habido un incremento del 400 por ciento en la venta de «speedos» o bragas náuticas. Aquí convendría poner la música de John Williams para «Tiburón».
Qué miedo.
Porque Pamela Anderson habrá posado como una vaca en un anuncio de PETA y a algunos les parecerá sexista (en Montreal no lo permiten) pero Pamela está para posar enseñando la babilla, el brazuelo, el solomillo, el lomo alto o la culata de contra (aunque a la vista de la foto parece que en América las vacas tienen menos partes). Otros no están para posar.
En cualquier caso, siempre hay grados. Antes Armani que Julián Muñoz, que días previos a quitárselo también lució uno de esos bañadores blancos que, salvo en David Gandy, parecen ropa interior. Braslips. En el fondo, es una moda de gente mayor. Porque los jóvenes llevan calzoncillos, pero debajo del bañador, que parece que temen que les vaya a despegar el Discovery como a Butragueño. No hay más que echar un vistazo en las playas, que están llenas de tatuajes y gayumbos por dentro.
Otra moda de los muchachos a los que Carmen Lomana llamaría poligoneros es ponerse una cinta en el pelo a lo Björn Borg. Además, sacándose ricitos por debajo, un poco a la romana. Aparte de a los desconocidos, se lo he visto a Stavros Niarchos.
El Niarchos de ahora, el que fue novio de Paris Hilton, no el que fue rival de Onassis. No sé, cuanta más gente veo medio desnuda en verano más me gusta ver a la gente vestida en «Mad Men», cuya cuarta temporada se estrena el domingo en Estados Unidos.
A Obama también le gusta. Mandó una carta manuscrita a Matt Weiner, el creador de la serie, para decírselo. Yo creo que «Mad Men» la ponen en verano para que descansemos la vista.
ROSA BELMONTE / MADRID
http://www.abc.es/20100723/estilo-gente/pamela-vaca-201007230829.html
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