El Metro sigue siendo la alcancía electoral más productiva
El Día publicaba el miércoles 7 de julio de 2010: “Ditrén teme OMSA desaparezca ante limitados recursos. Moviliza 125,000 pasajeros en 175 guaguas en la capital y 25 en Santiago, diariamente, y recauda un millón de pesos.”
Aceptando como válidos los datos de usuarios que por un lado ofrece la OPRET sobre el Metro y los que ofrece OMSA sobre sus autobuses surge entonces una pregunta inquietante: ¿Cómo es posible que si OMSA transporta, cada día, más de dos veces y media la cantidad de pasajeros que el Metro, se mantenga a OMSA al borde del desastre mientras a la OPRET se le da todo el dinero que puede tener el gobierno e incluso el que no tiene?
Desde el punto de vista empresarial, cualquier administrador razonable está obligado a respaldar y estimular a aquella empresa que sea más eficiente. Esto así, porque se obtienen mejores resultados con la menor inversión posible. Sin embargo esa no parece que sea la lógica del gobierno del presidente Leonel Fernández. En esa primera línea del Metro apenas se transportan 25,000 personas diarias en viaje de ida y vuelta. Y por ese magro servicio el pueblo dominicano va a tener que pagar mil quinientos millones de dólares en capital e intereses, siempre que no haya aumentos por razón de mora en los futuros pagos. El subsidio actual del gobierno en la tarifa del Metro es del orden del 92.43%. Sus ingresos prácticamente nada aportan como retorno de la inversión. De ahí que el tren urbano se haya convertido en un gasto permanente sin probabilidades de que, por sí solo, pueda amortizar los préstamos tomados.
Tampoco se entiende la irracionalidad, OPRET de sabotearse a sí misma al no poner en funcionamiento las rutas alimentadoras, que es lo mismo decir que sería ampliar a OMSA y vincularla al tren urbano. El afán de monopolizar las asignaciones presupuestarias para el sector transporte, aún a costa de provocar la desaparición de OMSA, los lleva a una decisión masoquista. Resulta inexplicable que las rutas alimentadoras no hayan sido puestas en marcha todavía y, asombrosamente, el dinero que pudo haberse invertido en los autobuses y en el sistema de rutas que alimentarían el Metro sea utilizado para construir un enorme edificio para alojar las oficinas y los garajes de rutas alimentadoras que no existen.
Evidentemente una de las razones por la que el Metro ha sido un fracaso, y lo continuará siendo, es porque las decisiones no está en función de las necesidades del 70% de la población que necesita al transporte público sino en satisfacer la avidez de ganancia del cártel y financiar el proyecto “Leonel Siempre”. En ese sector de la economía nacional los que toman las decisiones son los principales cabecillas del cártel de la construcción. Dicho cártel reúne a altos funcionarios del gobierno y de la supuesta oposición política del Partido Revolucionario Dominicano en la figura de su Presidente, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado. Es decir, que existe una discreta complicidad entre gobierno y supuesta oposición para que siga predominando la mentalidad de los megaproyectos, la de la construcción pura y simple, no de la solución de los problemas del transporte.
Uno tiene que preguntarse entonces: ¿Por qué el gobierno dominicano ha puesto todos los huevos en la canasta del Metro contribuyendo a que el transporte público de pasajeros sea hoy un auténtico desorden? Es evidente que el Metro de Leonel y de Diandino, ha sido, y sigue siendo, la alcancía electoral más productiva. Aquella fuente de donde se nutren los planes de perpetuarse en el poder político de la nación.
Y entonces tenemos que volver al puerto de origen: ¿Cómo es posible que si OMSA transporta, cada día, más de dos veces y media la cantidad de pasajeros que el Metro, se mantenga a OMSA al borde del desastre mientras a la OPRET se le da todo el dinero que puede tener el gobierno, e incluso el que no tiene?
Hamlet Hermann
http://hoy.com.do/opiniones/2010/7/11/333504/OMSA-versus-OPRET
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