TARJETA DE CRÉDITO
Hace algún tiempo, un joven murió ante la negativa de una clínica de prestarle atención, porque los familiares no disponían de 10 mil pesos, pese a que la Ley de Salud establece obligatoriedad para todos los centros médicos en caso de estado de emergencia.Es un solo ejemplo de que las leyes de nuestro país se respetan muy poco. Y por razones como esa y múltiples imprevistos económicos, las tarjetas de crédito constituyen una alternativa fabulosa. Es su única virtud. No es como dice la empleada bancaria que llama a la casa molestando a la hora de comida, con el clisé: “Usted acaba de ser seleccionado…”
Las tarjetas de crédito estimulan el consumo. Y mucha gente se pasa de contenta, para luego atravesar déficit en su presupuesto, porque esos consumos hay que pagarlos con intereses, y las moras conllevan recargos y penalizaciones.
Pero lo peor de todo es cuando algunas instituciones bancarias, no todas, colocan en el estado de cuenta consumos que el cliente no hizo y hasta penalizan las reclamaciones. Es una vulgar forma de robarle el dinero a la gente, de parte de banqueros que suelen estar en misa los domingos en la mañana. Se trata de delincuentes que también pretenden engañar a Dios.
Y pobres de aquellos clientes que, por una razón u otra, no pudieron saldar “sus deudas” con esas entidades bancarias. De inmediato los colocan en Datacrédito y los asesinan de forma civil, porque quedan descalificados para hacer muchas operaciones y adquirir determinados servicios.
No es que estoy justificando moras y falta de pago. Simplemente, pido que se haga justicia y se establezca “quién engañó a quién” o si se engañaron los dos (cliente y banco) y la soga no siga cortando siempre por el lado flaco. Hay que poner coto a los abusos que se cometen con las tarjetas de crédito.
Danilo Cruz Pichardo
http://elnacional.com.do/opiniones/2010/10/9/63067/Tarjeta-de-credito
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