Haití ¿enemigo?
El cúmulo de amenazas y de hechos que han caído sobre el Santo Domingo español, ahora República Dominicana, es porque Haití no se cansa de hablar mal de nosotros, de presentarnos como esclavistas y racistas, de someternos a tribunales internacionales, de acorralarnos como mentalidades medievales para que nos sometan a la rueda, al palo o a la picota.
En estos días Funglode está presentando con aires de “Nosotros somos Haití también” a los precandidatos a las elecciones en Haití. Funglode actuando casi como una especie de pre-clasificador de candidatos haitianos. Pero además de esas presentaciones, el Vicepresidente de la República anuncia, con bombos y platillos, que RD entra a formar parte de la francofonía, monsieur Alburquerqué nous parlons espagnol, pas créole, pas francais, por si no se había dado cuenta.
Las reacciones de los haitianos cuando el terremoto y ahora con el cólera, son las de dar gracias entre-dientes, casi como obligados y con asco. Convencidos de que nosotros no debemos existir, convencidos de que toda su miseria es por culpa nuestra, por culpa de los “españoles esclavistas del este” que así es como nos ven y sienten.
Son ellos los que nos han invadido militar y “pacíficamente” durante siglos. Son ellos los que vinieron de último a la isla, y son ellos los que se deben acomodar, no nosotros.
Cada vez somos más los que, entre amigos, hablamos en este tono, con estas palabras, pero no se ponen en blanco y negro. Los eufemismos y el hablar político correcto nos está carcomiendo, nos está atando de manos y de lengua. Sólo los otros son los que pueden acabar con uno, decirnos de todo. La patología izquierdista es arrolladora.
Todavía hay algunos que creen y dicen que existe una élite haitiana más y mejor educada que la dominicana. Ese disparate sólo lo mantienen los izquierdosos de siempre, quizás pensando en su propia formación.
El ser nacionalista y revolucionario en 1844, durante nuestra independencia, era hablar, y hacer obras de teatro en español, en ser cristianos. Eso era lo progresista, porque era nuestra defensa ante el vudú, el africanismo, el francés, el canibalismo y la barbarie de hordas militares sanguinarias dirigidas por “generales” haitianos que ni siquiera sabían leer.
No se puede dormir en la República Dominicana, el cólera, la buba, la malaria, el dengue, el vudú, y la ignominia se nos están metiendo por la frontera y “El predestinado” se las está abriendo de par en par.
Fernando Casanova y Llaca
elCaribe.com.do
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